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Dilma se defiende del acoso por supuestos casos de corrupción y culpa a un banco alemán

La 'candidata de Lula', la primera mujer que podría ser presidenta de Brasil, sigue haciendo frente al cerco mediático que la vincula directamente con algunos de esos escándalos. De momento, todo indica que el respaldo de los electores, que hace un mes era abrumador, ha ido perdiendo fuelle.
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 18.10.2010

Los sondeos de opinión divulgados recientemente apuntan que en Brasil podría haber un empate técnico entre los candidatos de los comicios presidenciales, es decir, entre la oficialista Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), y el opositor José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrará el 31 de octubre. Rousseff, elegida por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para sucederlo, tiene un 47% de apoyo entre los votantes frente a un 41% de Serra, de acuerdo al sondeo divulgado por el sitio web Folha de S.Paulo.

La candidata oficialista, a quien los sondeos de septiembre daban como ganadora en la primera vuelta del pasado 3 de octubre, -Rousseff venció con el 46,9% de los votos, seguida por el aspirante socialdemócrata, quien consiguió el 32,6% del respaldo- ha tenido que asimilar la decepción que supuso tener que ir al ballotage y ha seguido perdiendo apoyos debido, en parte, a la feroz campaña de la oposición y de los principales medios de comunicación denunciando escándalos de corrupción que la salpican directamente.

Dilma Rousseff ha tratado de salir al paso de uno de ellos culpando al banco público alemán de fomento Kreditanstalt fur Wiederaufbau (KfW) por aceptar un aval ilegal para otorgar líneas de crédito a empresas brasileñas, que resultó en un millonario fraude. "El banco, como hizo y aceptó un préstamo con un aval ilegal, está queriendo hoy ganar esa cuestión en la que erró, al conseguir un aval de un director que fue dimitido, y ahora está alegando que otras personas sabían", comentó Rousseff a los periodistas después de visitar el Museo de la Lengua Portuguesa de Sao Paulo.

El KfW acusó al presidente de una subsidiaria de la estatal brasileña Eletrobras y asesor de la candidata, Valter Cardeal de Souza, de apadrinar el fraude millonario, según ha publicado la revista de opinión Época.

Rousseff explicó que el respaldo crediticio está fuera de la ley porque, "primero, no se puede tener un aval de un sólo director y, segundo, porque el aval de personas o de empresas estatales para organismos privados es ilegal". "Creo que es bueno que en la campaña electoral la gente se cuide de esos chismes. Quien está hablando eso está beneficiando al banco. Lo que está haciendo el banco es llorar y que lo que está haciendo la 'central del rumor', en vez de defender a Brasil, es defender a un banco extranjero", agregó.

Según el semanario, la institución alemana ha recurrido a la Justicia brasileña para obtener una indemnización de Cardeal de Souza, acusado de conocer la falta de garantías de las empresas beneficiadas con el crédito, que ocasionó perjuicios calculados en 157 millones de euros.

Cardeal de Soouza preside la Compañía de Generación Térmica de Energía Eléctrica (CGTEE) y fue director de la matriz Eletrobras. El banco presentó documentos y fotos para argumentar que Cardeal de Souza y la propia Rousseff, como ministra de Presidencia, tenían conocimiento del fraude sobre las garantías legales exigidas para los créditos otorgados para siete plantas termoeléctricas de biomasa, que no fueron construidas.

Cardeal de Souza es amigo personal de Rousseff desde los años noventa y llegó a la estatal por recomendación de la propia candidata cuando ella era ministra de Minas y Energía en el primer mandato de Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Un hermano del funcionario, Edgar Luiz Cardeal de Souza, según un artículo del diario Folha de Sao Paulo, es dueño de una empresa que asesora millonarios contratos estatales de energía eólica.

En otro proceso relacionado al caso, nueve personas, entre ellas cuatro vinculadas al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en el estado de Río Grande do Sul, responden ante la Justicia después que la Policía Federal constató en 2007 crímenes de corrupción pasiva y activa, estafa y concierto para delinquir.

Para la Policía, el "mentor" del fraude es el ingeniero chileno Erwin Alejandro Jaegger, representante de la empresa alemana CCC Machinery, que intermedió la financiación del KfW para las compañías brasileñas Winimport y Hamburgo. Entre los acusados figura también Carlos Marcelo Cecín, ex director de la CGTEE y uno de los principales asesores del programa "Luz para todos", creado en el actual Gobierno y uno de los estandartes de la campaña de Rousseff, quien el próximo 31 de octubre disputará la segunda vuelta electoral ante el opositor José Serra.

SEGUNDO DEBATE EN TV

Por lo que se refiere al segundo debate televisado desde la celebración de la primera vuelta electoral que se celebró este domingo, Rousseff arremetió contra José Serra y su Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), asegurando que de llegar al gobierno emprenderían el camino de las privatizaciones y pondrían en peligro la prosperidad económica alcanzada por Brasil en los últimos años. Los dos aspirantes discutieron sobre economía e infraestructuras pero también cruzaron acusaciones personales.

Describir al PSDB como el partido de la "privatización" resultó una estrategia exitosa para Lula hace cuatro años, cuando venció al candidato del PSDB Geraldo Alckmin en las urnas.

Serra, de 68 años, negó tener alguna agenda privatizadora, y acusó a Rousseff de "mentir todo el tiempo con propósitos electorales". "Se acerca una elección y el Partido de los Trabajadores saca el tema de las privatizaciones, que no tiene nada que ver con los problemas reales de Brasil", dijo Serra, ex gobernador de Sao Paulo.

La tercera fuerza política de Brasil, el Partido Verde, anunció este domingo que permanecerá neutral en la carrera para la segunda vuelta de las presidenciales, a pesar de que el 19 por ciento logrado por su candidata en la primera vuelta, Marina Silva, sería clave para cualquiera de los dos candidatos. Tanto Rousseff como Serra han tratado de cortejar a Silva, cuyo apoyo podría haber sido decisiva en el proceso. Algunos analistas han señalado que la neutralidad del Partido Verde podría significar un contratiempo para Serra, que está buscando atraer tantos votos como le sea posible para ganar las elecciones.

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