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15.02.2011 | España es un país con recursos hídricos muy limitados. Estas dificultades se dan principalmente en el arco mediterráneo, que es la zona más turística y donde están la mayoría de los campos de golf.

El golf aparece en España a comienzos del siglo XX, cuando la aristocracia impresionada por el glamour de los campos ingleses, hace surgir los primeros clubes españoles. El rey Alfonso XIII con la participación del duque de Alba, que era un gran aficionado, donó los terrenos para que surgiera el primer campo de golf, en Madrid, en El año 1914, el Puerta del Hierro. Siguiendo el modelo madrileño, surgirán campos de golf en Cataluña, el País Vasco y Cantabria.

Zonas de nuestro país con grandes déficits hídricos soportan una dinámica económica que genera un elevado consumo de agua. La agricultura y ciertas actividades turísticas son importantes a la hora de estudiar la problemática del agua en su cantidad y su calidad. Las regiones de Andalucía y Levante, junto son las islas Baleares y Canarias, son las zonas que dependen mayoritariamente de las aguas subterráneas, dado sus limitados recursos hídricos superficiales.

Los ríos cada vez llevan menos agua. Murcia, Valencia y Canarias van camino de la desertización. Tal como está el tema del agua en la península, donde las sequías son más largas e intensas en los últimos sesenta años, los biólogos y estudiosos del agua hablan ya de una catástrofe ambiental sin precedentes. España se seca.

Uno de los sectores económicos más importantes de nuestro país es el turismo, que representa el 10% de nuestro PIB. Debemos saber que el riesgo de aumentar nuestro “estrés hídrico” se debe al turismo y su impacto sobre los recursos hídricos, siendo muy significativos en todo el mediterráneo.

Debemos saber que el consumo de agua de un turista es el doble que el residente habitual de la zona. La actividad turística que más agua consume es la de los campos de golf. Es evidente, que este turismo es caro y deja importantes beneficios económicos. En el año 2007, se movieron unos 2. 673 millones de euros entorno a los mismos. Esta cifra supones un incremento del 270% desde el año 1997 al 2007.

Los ingresos directos por uso de sus instalaciones suponen unos 670 millones de euros y los ingresos indirectos representan una cantidad de 2003 millones de euros por patrocinios, hoteles. Esto equivale a un incremento del 480 % desde el año 1997 respecto al año 2007.

Los turistas del golf generan cuatro veces más ingresos que un turista normal, y el doble que un golfista español. La exhuberancia de campos de golf en España hace que nuestro país sea el destino preferido de golfistas europeos y el segundo del mundo después de Estados Unidos.

Actualmente, hay unos 417campos de golf en el país y estaban proyectados otros 150 con sus respectivas urbanizaciones, pero se han parado debido a la crisis económica actual.

Un campo de golf medio tiene 18 hoyos y unas 60 Ha de extensión, su consumo medio diario es de 1.500.000 litros diarios de agua.

Como vemos, son campos que necesitan una gran extensión de terreno, lo que hace que su construcción no sea posible en áreas urbanas por lo que se construyen en terrenos no urbanizables y zonas próximas a espacios naturales, que se privatizan. Esto conlleva la recalificación de los terrenos y que se construyan urbanizaciones asociadas a los campos de golf. El golf ha estado dependiendo de la actividad inmobiliaria especial haciendo aumentar el valor de las casas.

El verdadero negocio está en estas urbanizaciones asociadas al golf, que hacen que dichas viviendas se revaloricen una media de más del 50%. No son viviendas de primera residencia, sino que son compradas por inversores del golf y por familias de clase media alta que las usan como segunda residencia.

Son más de 800. 000 golfistas quien usan los campos de golf españoles. De los cuales, unos 350. 000 son españoles. Por ejemplo, en el año 1997, para ser socio del campo de golf de la Moraleja en Madrid, se pagaba 6. 000 euros anuales. En el año 2010 se paga 75. 000 euros anuales.

El Director de la Organización Mundial de Turismo, el italiano Francesco Frangialli decía, en el año 2007, que las urbanizaciones que acompañan a los campos de golf consumen mucha agua, bien que escasea cada vez más por el calentamiento global que lleva a la desertización de algunas regiones españolas. La revista turística Hosteltour habla que este tipo de turismo de golf son proyectos insostenibles.

Muchos de estos campos están en zonas con escasos recursos hídricos superficiales, y es donde las aguas subterráneas juegan un papel fundamental. Algunos campos de golf se riegan con aguas subterráneas, aunque muchas de ellos lo hacen con aguas depuradas y tratadas.

Dos son las problemáticas que se dan:

El uso masivo de aguas de distinta procedencia.

Las posibles afecciones que se pueden crear por los tratamientos necesarios para el mantenimiento del césped (plaguicidas, fertilizantes y otros) que pueden suponer para la calidad de los acuíferos y de las propias tierras.

El agua y el golf

Los consumos de agua de los campos de golf españoles no se conocen con precisión. Debido a que la mayoría están situados en zonas cálidas, se calcula que el consumo de uno de estos campos con 18 hoyos se situaría en unos 2. 000 m3 al día en los meses de máxima irrigación, lo que provoca un consumo anual de unos 300. 000 m3 al año. Esto supone actualmente un consumo aproximado de agua de los 417 campos de golf existentes en el país de unos 70 Hm3 anuales.

Algunos acuíferos, que abastecen estos campos de golf y a sus urbanizaciones, soportan unos niveles de explotación muy elevados, por encima de sus recursos renovables. Estos acuíferos situados en la zona costera del sur del país y de la zona del Levante presentan actualmente graves problemas de intrusión marina, con la consiguiente salinización de sus aguas.

Junto a esta problemática, debemos añadir las pérdidas hídricas debidas a la evaporación y evapotranspiración producidas por las altas temperaturas.

Además, las zonas españolas de Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares y Canarias. Que son regiones donde se usan mayoritariamente aguas subterráneas, coinciden con cuencas hidrográficas con graves carencias de agua, debido a que sus recursos disponibles son escasos para garantizar la demanda de los distintos sectores económicos.

Junto al agua necesaria para el riego del césped hay que añadir la existencia de pequeños lagos artificiales para almacenamiento y que son parte del diseño del trazado.

Estas aguas superficiales inciden en la pérdida por evaporación y en consecuencia hace que aumente el consumo de agua.

La contaminación de las aguas.

Está claro que el impacto medioambiental de los campos de golf es evidente. Se dan de dos tipos:

La pérdida de calidad de las aguas subterráneas, debido a la intrusión marina a causa del uso excesivo de esta provocando una contaminación salina de sus aguas.

Se produce la contaminación de las aguas subterráneas por la llegada de compuestos no deseables y cuyo origen está en las prácticas medioambientales que se dan es estos campos.

El mal uso de los fertilizantes provoca una alteración muy importante de la calidad de estas aguas subterráneas, debido al incremento de compuestos de nitrógeno y fósforo que son empleados para revitalizar las raíces del césped, para favorecer su crecimiento y darle más color.

Los pesticidas utilizados para la protección del césped ocasionan un fuerte deterioro de los acuíferos, debido a un empleo excesivo o por ser usados en zonas de riego de infiltración rápida.

La contaminación de las aguas subterráneas originada por el tratamiento del césped es muy diversa, debido a que su aplicación es diferente en función de la hierba existente o a las plagas que se combate.

La utilización de aguas residuales para el riego de este césped, constituye un avance importante, pues hace que la explotación de los acuíferos sea menor. Su utilización en condiciones no adecuadas, ocasiona contaminación de los acuíferos debido a su gran contenido salino y orgánico de las mismas, junto con los elevados valores de nutrientes que llevan, destacando un elevado nivel de sales cloruradas y sódicas.

En estas aguas también destacan las altas cantidades de sulfatos o amonios entre otros elementos. La demanda biológica de oxigeno es elevada, por lo que la descomposición anaeróbica de ésta es muy compleja, dando lugar a las capas negras en el subsuelo del césped.

Un acuífero sobre el que existe un campo de golf presenta mayores riesgos de contaminación, debido a la gran facilidad de infiltración de ésta.

Después de todo esto, se pone de manifiesto el problema que crean los campos de golf en el consumo de agua y en la contaminación que crean en los acuíferos, sobre todo en las regiones donde los recursos hídricos son escasos y se encuentran al límite de su capacidad de uso.

Por todo ello, se ve que los campos de golf producen un gran beneficio privado a costa de los medios públicos. Provocando a medio y largo plazo desastres medioambientales. Por tanto, debemos exigir en primer lugar la paralización de nuevas construcciones de campos de golf y en segundo lugar, que los ya existentes cumplan todas las normativas hídricas y medioambientales que hay en nuestra legislación nacional y el de la Unión Europea.

El agua y los campos de golf españoles