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nuevatribuna.es | 10.01.2011

En Indonesia, el país con mayor tasa de deforestación del planeta, su presidente Yudhoyono se comprometió en 2010 a establecer una moratoria de dos años para nuevas deforestaciones en zonas forestales, moratoria que debía de haber entrado en vigor el pasado 1 de enero.

Greenpeace ha urgido al máximo mandatario de este país a cumplir su compromiso y evitar la conversión de bosques en plantaciones destinadas a la producción de aceite de palma y pasta de papel, dos de los sectores más implicados en este problema. La aplicación de esta moratoria es fundamental para el acuerdo firmado entre este país y Noruega para la donación de mil millones de dólares destinados a la reducción de la deforestación.

En la Amazonia brasileña, la nueva presidenta Dilma Rousseff, tiene el reto de continuar reduciendo las tasas de deforestación de la mayor selva tropical del planeta. En 2010 se hicieron públicos los mejores datos de deforestación desde que se tienen registros. Entre agosto de 2009 y agosto de 2010 "sólo" se destruyeron 6.451 km2 de selva, un 14% menos que el año pasado, una cifra que sin embargo sigue siendo excesivamente alta. El Gobierno brasileño tiene el reto de dejar de promover la construcción de nuevas infraestructuras (carreteras, embalses) en la cuenca del río Amazonas, así como de detener la expansión de la agricultura y la ganadería hacia zonas del interior de la selva tropical. Para ello es necesario exigir a las entidades financieras internacionales que dejen de dar créditos a los responsables de la deforestación.

"La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la deforestación son un objetivo alcanzable a corto plazo, y las pasadas cumbres de Copenhague y Cancún han dado pasos para la definición de un mecanismo internacional que aborde este problema, y que países como Indonesia, Brasil, la R. D. del Congo y México adopten políticas activas contra la deforestación", ha señalado Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques y Clima de Greenpeace España.

Los bosques españoles

Por otro lado, Greenpeace centrará sus esfuerzos este año para que el sector del eucalipto en España deje de ser una fuente de conflictos ambientales. Tras los diversos problemas provocados en los últimos años por las empresas forestales vinculadas a la producción de madera de eucalipto, se constata que el modelo de gestión de estas plantaciones sigue siendo un problema para la conservación de la fauna y la flora, para la conservación del recurso suelo, para los espacios protegidos y para la correcta ordenación del territorio. El caso más evidente ha sido la polémica creada tras los aterrazamientos producidos por la empresa Silvasur (del Grupo ENCE) en espacios protegidos de la provincia de Huelva, actuaciones que han producido la apertura de 8 expedientes sancionadores contra la empresa así como una denuncia ante la Comisión Europea por la afección a especies protegidas.

Pese a los recortes presupuestarios, es importante que las masas forestales españolas sean gestionadas para que sigan suministrando bienes y servicios a la sociedad. Una gran parte de esta superficie está abandonada por lo que sería importante aumentar el número de hectáreas con planes de gestión. El aumento de la gestión forestal certificada por el FSC sería también una buena noticia, así como que los datos sobre incendios forestales continuaran con la tendencia a la baja de los últimos cuatro años, señala Greenpeace.

Deforestación en Indonesia y la Amazonia