viernes. 29.03.2024
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Barcelona ha demostrado cómo se puede conseguir una ciudad más sana transformando la flota convencional ya existente en vehículos híbridos para que sean más eficientes

Madrid ha vuelto a amanecer con el protocolo municipal para periodos de alta contaminación activado, lo que ha supuesto limitar de nuevo la velocidad en la M-30 y accesos a la capital a 70 kilómetros por hora. Estos episodios ponen sobre la mesa la necesidad de cambiar la situación actual para encaminarnos hacia un modelo de movilidad que derive en ciudades más limpias, sanas y habitables. Este tema será el centro del debate en la jornada “Movilidad inteligente para vivir la ciudad” que organiza la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y la Asociación de Empresas Gestoras de los Transportes Urbanos Colectivos (ATUC) que agrupa a empresas como la EMT o Metro de Madrid.

En este sentido, cada vez cobra más relevancia no sólo la posibilidad que tiene la población de desplazarse, sino que lo haga de un modo sostenible. De hecho, España ya cuenta con ejemplos en la búsqueda de este objetivo y que se analizarán en esta cita. Es el caso de Valencia, dónde ya se han tomado medidas, como la reducción a 30 kilómetros por hora en el centro de la ciudad, para ‘cuidar’ más del peatón y el ciclista.

Por su parte, Barcelona ha demostrado cómo se puede conseguir una ciudad más sana transformando la flota convencional ya existente en vehículos híbridos para que sean más eficientes. Una medida que le ha valido a la TMB la distinción de flota más limpia de Europa.

De la teoría a la práctica. En un momento en el que nos encaminamos hacia un transporte a medida, aprovechar las nuevas tecnologías es imprescindible. Por ejemplo, teniendo en cuenta la orografía de una ciudad, se puede descubrir la manera más eficiente de diseñar una línea de autobús.

Otras innovaciones tecnológicas que mejorarían el sistema de transporte actual son los sistemas de pago inteligentes o los billetes integrados, unas medidas que podrían derivar en un aumento de la velocidad comercial del viaje hasta en un 10%, lo que permitiría al ciudadano recuperar un día al año.

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