viernes. 29.03.2024

11 autómatas decoraban la fachada del Teatro Albéniz desde su inauguración el 31 de marzo de 1945 hasta el año 1983. Los mismos representan diversos personajes de las regiones españolas e interpretaban diversos lances al compás de las horas. Fragmentos de obras del maestro Albéniz sonaban al tiempo que los autómatas ejecutaban sus movimientos.

En la actualidad estas esculturas esperan abandonadas y llenas de polvo en el interior del teatro a ser expuestas nuevamente y poder representar el papel para el que fueron creadas. Dar vida, alegría y cultura a las personas que se acerquen a verlas y escucharlas.

Nueva Tribuna ha tenido acceso a imágenes en las que se puede observar el estado actual de las mismas. Si bien mantienen sus motores en buen estado, se encuentran rodeadas de escombros y ni siquiera cubiertas con un tela para su mejor conservación.

A continuación pueden verse las 11 estatuas en su estado y emplazamiento actual.

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Baleares

Canarias

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Cataluña

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Galicia

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La obra, no exenta de polémica en el momento de su puesta en marcha, fue realizada por uno de los más prestigiosos escultores madrileños del siglo XX Angel Ferránt Vázquez. (Madrid, 1891 - 1961). Ferrant fue un escultor vanguardista español, fundador de la Escuela de Altamira y descendiente de una familia de pintores, como su padre, Alejandro Ferrant. 

En la década de los cuarenta del siglo XX produjo su grupo de esculturas conocidas como Grupos Ciclópeos, donde la atenta observación de monumentos prehistóricos transmuta en la producción de series pétreas que se adentran en la abstracción tanteando el surrealismo. No es por ello coincidencia que en la década siguiente el núcleo de su producción artística se centrase tanto en el "objeto encontrado", herencia del surrealismo, como en las posibilidades que el hierro le ofrecía para sus experimentos cinéticos.

Las esculturas del Teatro Albéniz están realizadas en madera maciza y componen en palabras de Angel Aragonés, un "magnífico retablo barroco del siglo XX" que glosa la Suite Iberia de Isaac Albeniz y "que puede funcionar como un reloj que entone un breve pasaje, con actuación a cada hora del día, estudiando su iluminación nocturna y adecuando al sistema de cartelera o anuncio de los programas del teatro en bandera o panel vertical en la zona izquierda de la fachada"

No cabe duda que sería un gran aliciente de cara al turismo cultural de Madrid.

Recientemente a Comunidad de Madrid ha iniciado los trámites para declarar Bien de Interés Patrimonial (BIP) el Teatro Albéniz. La Comunidad de Madrid se había opuesto en numerosas ocasiones a esta declaración pero la presión de la Plataforma "Salvemos el Teatro Albeniz" y diversas sentencias judiciales han conseguido este hecho importante en el panorama cultural madrileño. Esto supone que, siete años después de su cierre y de constantes amenazas de demolición, gran parte del edificio quedará protegido. 

El Teatro Albéniz, ocupa una parcela de 1.377 metros cuadrados situada en la calle de la Paz, número 11 de Madrid, al ladito de la Puerta del Sol, es propiedad de Kutxabank desde febrero de 2014, que lo adquirió a la inmobiliaria Monteverde como pago por una deuda de cinco millones de euros que esta tenía con la entidad. 

La declaración supone que "la sala, el escenario, los accesos a los tres niveles del teatro y las escaleras se mantendrán intactos", aunque esta categoría, inferior a la de Bien de Interés Cultural, no protege otras secciones del edificio. Además, podrá tener todos los usos que sean compatibles con la naturaleza del espacio y su configuración, es decir, teatro, espectáculos, conciertos, cafés, convenciones... "Cualquier actividad que requiera de un escenario y un público y de unas especiales condiciones ambientales y de funcionamiento", ha precisado la presidenta. 

La Comunidad de Madrid abandonó la sala, que utilizaba desde 1986, para instalarse en los recién inaugurados Teatros del Canal. El Albéniz acogió su última representación el 21 de diciembre de 2008 con La vida es sueño, de Calderón de la Barca. La Plataforma por la defensa del Albéniz recogió más de 5.000 firmas para pedir que el teatro siguiera abierto pero, aunque la inmobiliaria había prometido mantener su uso, clausuró el teatro para tratar de arrancar varios proyectos de viviendas de lujo o de venta a otra entidad. 

La Dirección General de Patrimonio debe iniciar los trámites con una propuesta de declaración que será notificada a la Real Academia de la Historia, el Colegio de Arquitectos, el Ayuntamiento de Madrid, asociaciones y colectivos, y se publicará de manera oficial en el boletín de la Comunidad. Después de vuelve a redactar el texto con las alegaciones de las partes y del Consejo Regional de Patrimonio. Todo esto tiene que cerrarse en un plazo máximo de seis meses. 

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