martes. 16.04.2024
enmienda
Viñeta de la época. (Trabajadores.cu)

El artículo tercero de la Enmienda Platt fue el más determinante. Los Estados Unidos tendrían derecho a intervenir política y militarmente para conservar la independencia de Cuba

@Montagut5 | Uno de los documentos legales más importantes de la Historia contemporánea de Cuba y que vinculó al país a los Estados Unidos durante un largo período de tiempo es la Enmienda Platt. En estos tiempos históricos que estamos viviendo entre los dos países merece la pena que estudiemos en qué consistió y en qué contexto histórico se estableció.

Los norteamericanos decidieron entrar en el conflicto entre los mambises cubanos y España. Para ello, aprobaron la Resolución Conjunta, fechada el 19 de abril de 1898, aunque ratificada por el presidente McKinley al día siguiente, que vendría a ser una declaración de guerra a nuestro país, pero sin reconocer derechos a los cubanos. Estados Unidos venció, como es sabido, y ocupó militarmente la isla de Cuba. En el mes de febrero de 1901 el senador Orville H. Platt planteó la necesidad de enmendar la Ley de Gastos del Ejército, incluyendo una cláusula que regulara las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba. El texto fue aceptado por el Senado el 2 de marzo. Al día siguiente, la conocida como Enmienda Platt fue sancionada por el presidente McKinley. El contenido de la misma fue enviado por carta del secretario de Guerra Root al gobernador militar norteamericano en La Habana, Leonard Wood, para que se presentase en la Asamblea Constituyente cubana.

En primer lugar, los norteamericanos no respetaban la integridad territorial cubana, ya que se excluía de la misma la Isla de Pinos, cuya propiedad se debía regular en un tratado posterior. En segundo lugar, para mantener la independencia de Cuba y su defensa, los Estados Unidos debían recibir una serie de compensaciones: la venta o arriendo de determinadas tierras para carboneras (el carboneo era la operación de abastecerse de carbón por parte de los navíos) o estaciones navales en determinados lugares que se determinarían con el gobierno norteamericano. El artículo tercero de la Enmienda Platt fue el más determinante. Los Estados Unidos tendrían derecho a intervenir política y militarmente para conservar la independencia de Cuba, el mantenimiento de un gobierno adecuado para la protección de las personas, propiedades, libertades, y las obligaciones que el Tratado de París, firmado con España, había impuesto a Estados Unidos y que ahora debían ser asumidas por el gobierno cubano. Otro artículo de la Enmienda restringía las relaciones exteriores cubanas, ya que prohibía a Cuba la firma de acuerdos o tratados con potencias que pudieran conseguir alguna concesión, territorio o control sobre alguna parte de la Isla con fines militares o navales. Por fin, había un artículo económico, ya que prohibía a los cubanos asumir o contraer deuda pública. En definitiva, la Enmienda suponía una merma evidente de la soberanía de Cuba.

Estados Unidos presionó a los cubanos para que aceptasen la Enmienda si deseaban la concesión de la independencia. Además, se advertía que no podría ser modificada. Cuando los miembros de la Asamblea Constituyente, que se había reunido para iniciar la nueva etapa histórica de Cuba, libre ya de España, conocieron el contenido de la Enmienda se generó un intenso debate. Entre los máximos contrarios a la Enmienda se destacaron Salvador Cisneros Betancourt y Juan Gualberto Gómez. El segundo dejó constancia que vulneraba el Tratado de París, y comprometía la independencia y soberanía de Cuba, especialmente a causa del derecho de intervención de Estados Unidos. Un grupo de delegados propuso que la comisión que debía dirigirse a Estados Unidos para debatir la Enmienda declarara que la asamblea era contraria a ésta. La proposición fue aprobada. La comisión, encabezada por Domingo Méndez Capote, llegó el 24 de abril a Estados Unidos, donde fue informada que la Enmienda no vulneraba la independencia cubana, y que el presidente norteamericano aprobaría un convenio comercial favorable a los productos cubanos. La comisión regresó a Cuba para dar noticia de lo tratado, pero no convenció al sector más crítico porque seguía considerando que la Enmienda era anticonstitucional. Un grupo de asambleístas que había pertenecido a la comisión, presentó una moción recomendando aprobar la Enmienda. Al final, la Convención decidió incorporar la Enmienda a la Constitución el 12 de junio de 1901, aunque por una mayoría simple, 16 votos contra 11. Esa mayoría estimó que era la única salida para poder fundar la República y que las tropas norteamericanas salieran de Cuba.

La Enmienda se reforzó por una serie de tratados posteriores. En diciembre de 1902 se aprobó el Tratado de Reciprocidad Comercial. En el mes de febrero siguiente se firmó el Tratado de Arrendamiento de Bases Navales y Carboneras. Por fin, en mayo se firmaba el Tratado Permanente.

En 1925 se aprobó el Tratado Hay-Quesada que modificó la Enmienda en relación con la Isla de Pinos, ya que Cuba recuperó dicho territorio.

La Enmienda estuvo en vigor hasta el año 1934. El presidente Roosevelt firmó en mayo de ese año un tratado que reflejaba un giro de las relaciones entre ambos países, dentro de la nueva política exterior sobre las relaciones de los Estados Unidos con sus vecinos americanos que había diseñado la Administración demócrata. Se derogaba el famoso artículo tercero sobre la intervención, pero se mantuvo la Base de Guantánamo, obtenida por un arrendamiento perpetuo firmado el 23 de febrero de 1903.

La Enmienda Platt