El Cartismo
En mayo de 1838 un grupo redacta un documento que ha pasado a la Historia. Se trata de la "Carta del pueblo". En dicho texto se reclama el sufragio universal, la supresión del certificado de propiedad para ser miembro del Parlamento, es decir, para ser elegido, la inmunidad parlamentaria, y que las circunscripciones electorales fueran iguales, ya que se primaban las rurales (“burgos podridos”) frente a las urbanas, que tenían más población. El movimiento cartista estaba considerando que sin reformas políticas no se producirán los cambios sociales pretendidos.
El cartismo, a pesar de su fracaso inmediato, permite comprobar que fue el primer ensayo de organización política obrera
El movimiento cartista no era homogéneo. Existía una tendencia más moderada, la que defendían Lovett y Richard Owen. Sus pretensiones eran más económicas; propugnaban la organización de cooperativas de producción y la supresión de los intermediarios. Otra tendencia, la defendida por O'Brien o por O'Connor, se inclinaba más por la lucha política, por los mítines y por la huelga. Los primeros buscaban más el entendimiento con las clases medias, frente a los segundos.
En 1839 se celebró en Londres el primer Congreso Cartista, venciendo las posturas más radicales: huelga general, protestas y presiones para conseguir los fines del movimiento. El gobierno británico reaccionó ante el miedo a una huelga general, y decidió emplear el ejército, además de detener a los líderes y permitir la formación de unidades cívicas armadas. Esta situación provocó una grave tensión entre las dos tendencias del movimiento cartista.
En 1842 se produjeron nuevos intentos de presión, pero terminan en fracaso, también.
La conclusión que se puede sacar de todos estos acontecimientos y del movimiento cartista fue que la clase obrera aislada no podía conseguir las reformas políticas necesarias para democratizar el sistema inglés en aquel momento histórico. A partir de entonces se tendió a buscar la alianza con algunos sectores de las clases medias en Inglaterra. Pero, no cabe duda, que el cartismo, a pesar de su fracaso inmediato, permite comprobar que fue el primer ensayo de organización política obrera. Pero, además, sus reivindicaciones, con el tiempo, triunfarían.