jueves. 28.03.2024
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@Montagut5 | El 17 de agosto de 1936 fue ejecutado Alexandre Bóveda, uno de los políticos más importantes de la Historia contemporánea gallega desde su defensa de postulados nacionalistas. En el 80 aniversario de su muerte recordamos su figura.

Alexandre Bóveda Iglesias nació en Ourense el día 7 de junio de 1903. Estudió francés, contabilidad y peritaje mercantil en A Coruña. También enseñó en un colegio de Ourense. Siendo muy joven el inquieto Bóveda comenzó a interesarse por la política en clave a través de la revista Nós, una publicación en gallego, que se publicó entre 1920 y 1936. La revista fue fundamental para normalizar el uso del gallego. Fue impulsada por Vicente Risco, y siempre fue muy cuidada en todos los detalles, sobre todo, los gráficos y artísticos, especialmente gracias a Castelao, asiduo colaborador. Pues bien, nuestro protagonista maduró la necesidad de comunicar y pasó a escribir en La Zarpa, una publicación del también orensano Basilio Álvarez, sacerdote, periodista, político, y que sería diputado en la República por el Partido Radical, aunque antes estuvo en la fundación de Acción Gallega, vinculada al agrarismo de Galicia.

Bóveda buscó estabilizar su vida y participó en unas oposiciones en Madrid para jefe de Hacienda. Fue brillante y alcanzó el número uno. Calvo Sotelo le ofreció un puesto en el Comité de Intervención de Cambios, pero Bóveda no aceptó el puesto y decidió regresar a Galicia. En Pontevedra accede al puesto de jefe de Contabilidad. Y en ese momento, un brillante funcionario de tan sólo 23 años encuentra en la tertulia que llevaban Castelao y Losada Diéguez en el café Mendez Núñez una decidida apuesta por el nacionalismo gallego y por la participación política. En este mundo encontrará a la que sería su esposa desde 1930, Amalia Álvarez Gallego. Tuvieron cinco hijos.

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Alexandre Bóveda junto a su esposa Amalia Álvarez

El Partido Galeguista nació en el mes de diciembre de 1931 en la ciudad de Pontevedra, una vez proclamada la Segunda República. En la asamblea donde se creó la nueva formación política confluyeron varios sectores políticos y culturales galleguistas, aunque, sin lugar a dudas, destacaban dos formaciones: el Partido Galeguista de Castelao y Alexandre Bóveda, implantado en Pontevedra, y el Partido Nazionalista Repubricán, procedente de Orense, de Vicente Risco y Ramón Otero Predayo. También estaban presentes el Grupo Autonomista Galego de Vigo, Labor Galeguista y representantes de la Federación de Sociedades Galegas de Argentina, dado el peso de la emigración gallega en el país sudamericano.

El programa del nuevo partido se basaba en una serie de principios nacionalistas: la defensa de la autonomía gallega y de la personalidad política de Galicia, pero también defendía el cooperativismo y el europeísmo. Aún así, en el seno del partido había varias sensibilidades y posicionamientos. Existiría un sector de izquierdas con Castelao y Bóveda, como principales líderes, frente a otro de derechas, con Risco como principal personaje, que rechazaba las relaciones del partido con la izquierda española, y que, como veremos, terminará escindiéndose. En relación con la cuestión estrictamente nacionalista, habría que destacar la postura claramente independentista de la Sociedade Nazionalista Pondal de Buenos Aires.

La nueva formación tendría una base social interclasista formada por la pequeña burguesía urbana, propietarios agrarios e intelectuales. El partido alcanzó una gran implantación social en Galicia. Se calcula que llegó a tener unos tres mil afiliados en sus primeros momentos. Sus juventudes se agruparon en la Federación de Mocedades Galeguistas, fundada en 1934 y con evidente fuerza. El órgano del partido fue el semanario A Nosa Terra.

El Partido Galeguista se empeñó en que debía redactarse y aprobarse un Estatuto de Autonomía para Galicia. En 1932 participa, junto con el Partido Republicano Gallego y Acción Republicana, en la elaboración del proyecto. Bóveda fue elegido miembro de la Comisión redactora, convirtiéndose aún más en un protagonista jovencísimo del pujante nacionalismo gallego.

En el año 1933 fue elegido miembro del Comité de la Autonomía, que presidía Bibiano Fernández-Osorio Tafall. Bóveda también fue secretario de organización del Partido Galeguista.

El nuevo gobierno radical paralizó el proceso autonómico gallego. Aunque el Partido Galeguista no participó en la Revolución de 1934, fueron desterrados Castelao y Bóveda y se suspendió la publicación de A Nosa Terra. Estos hechos no fueron nada positivos para el partido, con una clara caída de la militancia, pero determinaron que se impusiese la tesis de un acercamiento hacia el republicanismo de izquierdas como único medio para que se pudiera aprobar el Estatuto de Galicia. 

Efectivamente, Bóveda debió partir a Cádiz porque fue nombrado por la Administración en el mes de octubre de 1934 para ocupar de forma forzosa -un destierro administrativo- un puesto en la Delegación de Hacienda de dicha ciudad andaluza. Consiguió regresar a Galicia, concretamente a Vigo, al año siguiente tras obtener una plaza en su Delegación de Hacienda.

El ingreso del Partido Galeguista en el Frente Popular provocó que el ala conservadora se saliera del mismo y formara la Dereita Galeguista, con Risco al frente. La militancia se recuperó y se llegó a la cifra de cinco mil militantes. En las elecciones de febrero de 1936, el Partido Galeguista consiguió, en la candidatura del Frente Popular, tres escaños en las Cortes. Castelao salió elegido diputado por Pontevedra. Bóveda fue candidato, pero no alcanzó el acta, a pesar de su intenso compromiso en la campaña electoral. Coincidió con su toma de posesión de una plaza en la Delegación de Hacienda de Pontevedra.

En esa ciudad fue detenido el 20 de julio de 1936, es decir, a los tres días de la sublevación. En el mes de agosto fue juzgado y acusado de traidor, de separatista por sus ideas y por integrarse en el Frente Popular. En el juicio coincidió con el diputado socialista Amando Guiance, que pudo salvar la vida, aunque sería condenado a cadena perpetua, al conmutarse la pena capital. El 13 de agosto Bóveda fue condenado a muerte. El reo interpeló al tribunal con unas frases que, en realidad, explican las razones de su condena: “Mi patria natural es Galicia. La amo fervorosamente, jamás la traicionaría. Si entiende el tribunal que por este amor entrañable debe serme aplicada la pena de muerte, la recibiré como un sacrificio más por ella"

El 17 de agosto de 1936 en el monte pontevedrés de A Caeira fue fusilado, atado a un pino. Pudo despedirse el día anterior de amigos, familiares, de sus pequeños hijos y de su esposa, embarazada de su última hija. Al parecer, esa noche leyó a Rosalía. Tenía 33 años.

Bóveda deseaba morir bajo la bandera gallega. Como era de suponer las autoridades franquistas no lo toleraron, pero su íntimo amigo, Xosé Sesto, se las arregló, no sin verdadero riesgo, para meterle una bandera en la chaqueta antes de ser enterrado en el cementerio de San Amaro.

En los últimos años se han multiplicado los homenajes a la figura de Alexandre Bóveda, sin lugar a dudas, un gallego universal. Donde fue fusilado se levanta un monumento en su honor.

Alexandre Bóveda