viernes. 19.04.2024
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Nuevatribuna publicó recientemente el documento firmado por casi todos los grandes sindicatos de Hungría, Polonia y Chequia. Se trata de un texto breve, muy claro, con la enorme virtud de expresar una inequívoca posición sindical en relación con lo que es en estos momentos un tema central en Europa, en la Unión Europea. Se trata de la aplicación de los fondos comunitarios para la Reconstrucción económica y social en el marco de su amplio plan [1] de combate contra la pandemia, y a la vez garantizar el estado de derecho en los países beneficiarios.

En relación con esta importante toma de posición sindical sólo he encontrado un tuit de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) [2] que se limita a reproducir el texto de aquellos sindicatos. No he encontrado aún la posición de los sindicatos españoles al respecto, tampoco de otros sindicatos europeos.

El carácter político de esta toma de posición sindical, de la legítima y necesaria incidencia del sindicalismo en la arena política

Como se ha difundido ampliamente, los Gobiernos de Hungría y Polonia se han destacado por su oposición a que el Proyecto comunitario condicione sus aportaciones económicas solidaras a la adecuada aplicación de los principios básicos del “estado de derecho” en el país. No se trata evidentemente de un tema menor. Hungría y Polonia se han destacado precisamente en esta última etapa por sus continuas violaciones de los principios básicos del proyecto europeo en relación con múltiples cuestiones, desde la inaplicación de acuerdos comunitarios para hacer frente a la crisis migratoria, a la de los acuerdos sobre la reducción de las emisiones de carbono en el horizonte del 2050, hasta sus iniciativas para violar la independencia del poder judicial, o sus claros retrocesos en los derechos de la mujer y de la identidad de género. Un contexto en el que la toma de posición sindical no ha sido nunca fácil porque al mismo tiempo suponía por parte de esos gobiernos el fomento de las más reaccionarias expresiones del corporativismo social y político.

Ha sido en esta situación y ante la última pirueta de la muy reaccionaria andadura de los gobiernos de estos países, cuando los principales sindicatos de Hungría, Polonia y Chequia han apoyado el proyecto europeo condicionando las aportaciones comunitarias, los 750.000 millones de euros, al adecuado funcionamiento del estado de derecho en cada país y han rechazado la pretensión de sus gobiernos de eliminar esta condición. Más allá de la ausencia de algún sindicato, como es el caso del polaco Solidarnosc, creo que es necesario afirmar la significación de esta toma de posición e impulsar la adecuada incidencia por parte del sindicalismo europeo.

La toma de posición del sindicalismo húngaro, polaco y checo constituye una clara expresión de la necesidad de que el sindicato incida en la acción política cuando ésta resulte de las necesidades de la clase trabajadora como colectivo social

Quiero subrayar el carácter político de esta toma de posición sindical, de la legítima y necesaria incidencia del sindicalismo en la arena política. En este caso, como dicen en la mencionada Declaración, de lo que se trata es de que “El estado de derecho no es un argumento político. Es un fundamento sobre el que se basa nuestra democracia, los sindicatos y los derechos de los trabajadores”.  

La toma de posición del sindicalismo húngaro, polaco y checo constituye una clara expresión de la necesidad de que el sindicato incida en la acción política cuando ésta resulte de las necesidades de la clase trabajadora como colectivo social, más allá de las posiciones políticas del grupo dirigente o incluso de una mayoría de su afiliación. En este caso tiene además una profunda significación europeísta ya que incide en el debate global europeo. Y solidario, desde la solidaridad que por otra parte interesa al mismo tiempo a quien la práctica, que es la más eficaz. La declaración sindical constituye por otra parte un importante y público desafío a los reaccionarios gobiernos de sus países.

Cuando aún está pendiente superar o eliminar el veto de Hungría y Polonia al proyecto europeo, corresponde ahora que desde la Confederación Europea de Sindicatos, y también desde los principales sindicatos de todos los países europeos, demos el máximo apoyo al planteamiento de los sindicatos húngaros, polaco y checo, a la vez que reiteremos la defensa de los derechos democráticos y sociales fundamentales, los del trabajo entre ellos. Una solidaridad que es por ello de mutuo interés. Es necesario un activo planteamiento sindical solidario desde el conjunto de países europeos en defensa de un proyecto europeo de reconstrucción en el que la condición del respeto de los derechos democráticos básicos sólo lo refuerza.

Insisto, el efectivo apoyo de los sindicatos húngaros, polaco y checo al proyecto europeo de reconstrucción frente a la pandemia exige un plan sindical europeo de apoyo al sindicalismo de estos países que tantas dificultades encuentran en el día a día de su tarea frente a la política antisindical de sus gobiernos reaccionarios.

Es ésta una clara ocasión para reforzar el común proyecto europeo, parte esencial de la estrategia de la clase trabajadora, del sindicalismo


[1] Reconstrucción económica y social​
[2] Confederación Europea de Sindicatos

Sindicalismo y Política. Europeísmo