jueves. 18.04.2024
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Un nuevo documental presenta una perspectiva histórica general de la situación de los musulmanes rohinyá en Myanmar.

La película ‘Exiled‘ (Exiliado), dirigida por la experimentada corresponsal de guerra Shahida Tulaganova, “explora el origen del incremento de la violencia” en el estado Rakáin, Myanmar, desde la perspectiva de los refugiados rohinyá, exfuncionarios birmanos y monjes budistas radicales. También incluye una entrevista realizada al general Khin Nyunt, exdirector de Inteligencia Militar birmana acusado de planear y organizar la política de persecución de la etnia rohinyá.

Myanmar tiene una población predominantemente budista, y también tiene más de cien grupos étnicos minoritarios, entre estos los rohinyá, a quienes el Gobierno se rehúsa reconocer y considera como ‘emigrantes ilegales’ provenientes de Bangladesh e India.

En los últimos años, la violencia comunitaria estalló entre algunos rohinyá y grupos budistas radicales en Rakáin. El discurso de odio contra los rohinyá, en su mayoría musulmanes, se intensifica también en línea.

Desde 2017, miles de rohinyá fueron obligados a escapar de sus hogares después de que el Ejército se enfrentara al Ejército de Salvación Rohinyá de Arakán.

Desde hace tiempo, grupos de derechos humanos han denunciado la deteriorada situación de los rohinyá en varios campos de refugiados. También han criticado la gestión de Aung Sang Suu Kyi, que asumió el poder en 2015, por continuar las políticas ‘genocidas’ del régimen militar anterior.

Contexto histórico

La película ‘Exiled’ brinda el contexto histórico sobre la violencia infligida en la población rohinyá.

La primera vez que la directora Tulaganova supo sobre la situación en Rakáin fue en 2012, cuando los disturbios provocaron incendios en las comunidades rohinyá. Ella le dio seguimiento y estudió el problema en los años posteriores, por lo que se sintió motivada a relatar la historia de los rohinyá en el contexto de la evolución de Myanmar actual, en lugar de simplemente resaltar los hechos esporádicos de violencia continua y las crisis humanitarias. Indicó a Global Voices:

Fue importante para mí mostrar la historia completa y hablar con quienes establecieron el sistema de exterminio de los rohinyá, como el exdirector de Inteligencia Militar birmana, el general Khin Nyut, y mostrar que el éxodo de 2017 no es un hecho esporádico, sino el resultado de la violencia. Esto ha ocurrido desde 1978, pero el mundo lo ignoraba.

Tulaganova tuvo dificultades para obtener la visa de periodista, lo que también limitó su trabajo.

Tuve que firmar varios documentos que decían que no viajaría a ningún lugar cerca del estado Rakáin y tuve que firmarlos. No obstante, estaba desesperada por obtener la opinión de quienes viven allí, así que tuve que pensar en un plan alternativo. Encontré a un director de cine birmano, valiente y muy talentoso, que estaba dispuesto a viajar al estado Rakáin para entrevistar a las personas en mi lugar. Y esa fue una buena solución al problema. Lamentablemente, me concedieron una visa por solo 10 días y me sentí como Cenicienta, que tiene que lograr obtener acceso y grabar a todos los que me interesaba grabar en un periodo corto. No obstante, tuve fantásticos productores muy experimentados en el campo en Myanmar que lo hicieron todo posible.

Tulaganova es consciente de que su película nunca será proyectada en Myanmar, aunque alberga la esperanza de que más personas dentro y fuera del país obtengan una mejor comprensión sobre la persecución sistemática contra los rohinyá. Agrega que ‘Exiled’ presenta una historia universal sobre la violencia que experimentan las minorías étnicas.

Desearía que las personas en Myanmar vieran esta película pues no solo trata de los rohinyá, sino de todas las minorías étnicas que encaran persecuciones por años. Creo que la audiencia de Myanmar puede aprender bastante de esta película.

Mi público objetivo es el mundo. Intenté relatar la historia del genocidio y esta es una historia universal. Lo que le sucedió a los rohinyá refleja lo que le ocurrió a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, a los bosnios durante la guerra yugoslava, etcétera –esta es la historia sobre el exterminio sistemático de un grupo étnico completo planificado y organizado por el Estado. Y cuando hablo de exterminio, en el caso de los rohinyá, no solo es del tipo físico. Se trata de negar la educación, la atención sanitaria, la asistencia en el parto –un sistema que está diseñado fundamentalmente para matarlos moral y físicamente. Esta es la parte más horrible de su historia para mí.

Algunos miembros del equipo de producción. Fotografía de Shahida Tulaganova, usada con autorización.

Cuando se le preguntó qué puede hacer la comunidad internacional para ayudar a los rohinyá, Tulaganova instó a las autoridades de Naciones Unidas a tomar acciones más definitivas:

Antes que nada, Naciones Unidas y las demás organizaciones que trabajan en el estado Rakáin deberían reconocer que le fallaron a los budistas de Rakáin y a los musulmanes rohinyá. Naciones Unidas intentó actuar con cautela y, en muchos casos, se rehusó llamarlos rohinyá, por la insistencia de las autoridades birmanas. Lo mismo hicieron muchos otros países extranjeros. Esto no es correcto.

Pienso que tienen que imponer sanciones serias a los funcionarios birmanos (militares y políticos). Pienso que las potencias mundiales deben reconocer que esto es un genocidio y presionar al Gobierno birmano para que actúe y reconozca a los rohinyá como ciudadanos de Myanmar sin hacerlos pasar por ningún proceso de verificación, permita a los rohinyá regresar de manera seguros a sus pueblos y compensarlos por la pérdida de su propiedad.

Este es un avance de la película ‘Exiled':

Artículo escrito por Mong Palatino, traducido por Andrea González, originalmente publicado en el portal Global Voices, reproducido aquí en el marco de un intercambio de contenidos.

El origen de la persecución a la comunidad rohinyá de Myanmar