jueves. 28.03.2024
8m

Después de hacer temblar el piso y ensordecer al país, viene el silencio. Un silencio que debería aterrar, pues ni siquiera la discreción del luto se le compara. Un silencio que nos revuelve las entrañas y nos deja un vacío casi irremediable. Y en medio de este vacío, es inevitable cuestionarme: ¿Cómo sería un país sin nosotras?

Este 9 de marzo, México fue testigo de una manifestación que alude a uno de los peores vértigos contemporáneos: el vacío social. Después de que el colectivo feminista “Brujas del Mar” convocara desde sus redes sociales a un Paro Nacional de Mujeres, las mexicanas comenzaron a dar una respuesta favorable a la propuesta en tiempo récord. Múltiples colectivos y organizaciones dieron su apoyo a las veracruzanas “Brujas del Mar”, y en solo 24 horas todo el país estaba considerando un día sin mujeres. Sin embargo, ¿por qué este tipo de protesta repercutió tanto y en tan poco tiempo?; uno podría responder con lo básico: la violencia de género ha resonado en todo el mundo, especialmente en América Latina. Pero en esta ocasión, para darle una respuesta a esta pregunta, es necesario conocer la situación actual de México, un país en el que las cifras rondan los 11 feminicidios por día. 

Fue un simbolismo en el que todo el país se quedó sin nosotras por un solo día, solo para recordarnos que el desarrollo también está protagonizado por nosotras, y que la vida nunca será igual si otra más desaparece repentinamente

Relevancia económica y poblacional

Las mujeres representan más de la mitad de la población mexicana. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población femenina comprende a aproximadamente 64 millones, mientras que el total poblacional es alrededor de 125 millones.

Sin embargo, a pesar de ser más de la mitad de la población, la desigualdad laboral se ve reflejada en que tan solo el 40% de la fuerza laboral mexicana es representada por mujeres. Según Yadira Rodríguez, economista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cerca del 45% de las mujeres trabajan contra el 73% de los hombres, lo cual establece que existen más mujeres en edad de trabajar, pero tienen un porcentaje considerablemente menor en la ocupación laboral.

Pero ¿qué están haciendo entonces el resto de las mujeres? De nuevo las estadísticas están en su contra, pues el 77% de las mexicanas representan los trabajos domésticos no remunerados, es decir, las mujeres se relegan en el hogar, y muchas de ellas representan la llamada “doble jornada”, en donde se encargan ellas solas del hogar y un trabajo fijo al mismo tiempo. Con ello, se estima que el valor monetario del trabajo tanto remunerado como no remunerado, asciende a 37 mil millones de pesos cada día.

No obstante, el paro nacional también llamó a no consumir en todo el día. Dentro de esta premisa, las mujeres también participan de forma representativa en la compra de alimentos y uso de servicios públicos. 

Indiferencia política y feminicidios:

Después de que recientes feminicidios conmocionaran al país, como lo fue el de Ingrid Escamilla en donde se filtraron fotos proporcionadas por policías en la prensa amarillista y su muerte fuera abordada como un espectáculo, la sociedad no dudo en responder ante el llamado del Paro Nacional. Además, de nuevo las estadísticas son sumamente alarmantes. Tan solo en el año 2019, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se registraron 976 delitos de feminicidio, y la cifra amenaza con superarse este año, pues solo en los primeros dos meses del 2020 han ocurrido 265 feminicidios. 

Y por si fuera poco, solo el año pasado se registraron 197 mil 693 llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra la mujer provenientes de Ciudad de México, Jalisco y Estado de México.

Además, ante la ola de violencia de género, las declaraciones públicas más recientes del presidente Andrés Manuel López Obrador referentes al movimiento feminista y los feminicidios han sido desconcertantes. La minimización de la alerta de género y la constante premisa de que el movimiento feminista está lidereado por grupos de choque enfocados a desestabilizar su gobierno, no han sido más que abono para la tensión y alteración en las manifestaciones a favor de la equidad de género. El oportunismo político que ha surgido por parte de los partidos políticos históricamente conservadores como lo han sido el PAN y el PRI, no han desaprovechado la ocasión para intentar apropiarse de un movimiento nacional que busca la erradicación de las ideas que estos mismos partidos han predicado a lo largo de los años. Es este mismo oportunismo el que ha llevado a la misma sociedad al hartazgo, pues pareciera que existe un clima de desesperanza política por cualquier parte que se busque.

Por estas y más razones, las mujeres mexicanas hicieron tal eco en la tarde del domingo 8 de marzo, que el silencio se convirtió en algo aterrador al día siguiente. Porque no solo fue un llamado a desaparecer de las calles y de la vida cotidiana, fue un ejercicio de empatía en el que cada mujer decidió guardar luto por todas las que ya nunca más regresarán a labores. Fue un simbolismo en el que todo el país se quedó sin nosotras por un solo día, solo para recordarnos que el desarrollo también está protagonizado por nosotras, y que la vida nunca será igual si otra más desaparece repentinamente de nuestras vidas. 

Y con esta manifestación, no solo nos percatamos de lo horrible que es quedarse sin voz y participación ciudadana, como lo hacen las 11 mujeres víctimas de feminicidio cada día. Porque cuando un país se queda sin mujeres no existe comercio, educación, servicios, cultura, tradiciones, arte y todo aquello que caracteriza a un país multicultural como lo es México. Probamos el vacío social y dejamos las labores por un día, para que nunca más haya un México sin nosotras.

México: Cuando un país se queda sin nosotras