martes. 16.04.2024
olso

En su exposición de apertura de la 5 edición de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Brasil responsabilizó a los medios de comunicación de propagar el miedo al coronavirus.

Desde el inicio mismo de la pandemia de Covid-19, Bolsonaro, en sintonía con otros líderes mundiales de su calaña, intentó minimizar el riesgo del virus burlándose de su letalidad. Su actitud fu despreciativa frente al creciente número de infectados que se registraba en su país, especialmente en las zonas más desfavorecidas. “No vamos a detener la economía por una simple gripecita”, llegó a decir, tiempo antes de contagiarse.  Y aún infectado insistió en desafiar la letalidad del virus desfilando sin mascarilla, convocando a multitudes de la ultraderecha brasileña, acercándose y abrazando a sus seguidores. 

Si la ambición del presidente de Brasil era combatir la pandemia y generar empleo, pues entonces se puede aseverar con absoluta certeza que el mandatario ha hecho el camino a la inversa

Ayer por la mañana, en su mediocre ponencia en la Asamblea General de la ONU, Bolsonaro ratificó su postura respecto de la pandemia, aunque pretendió cierta preocupación, quizás por su afán de mimetización con Trump, de quien copia libreto. “Desde el principio dije que mi país tenía dos problemas que resolver: el virus y el desempleo, y que ambos debían ser tratados simultáneamente con la misma responsabilidad. Por eso las medidas de aislamiento fueron delegadas a cada uno de las gobernaciones del país”, sostuvo, aún cuando es de público conocimiento la presión que el gobierno nacional ejerció sobre las regiones para levantar el aislamiento. 

Si la ambición del presidente de Brasil era combatir la pandemia y generar empleo, pues entonces se puede aseverar con absoluta certeza que el mandatario ha hecho el camino a la inversa. Por la minimización de la crisis sanitaria y las tardías medidas impulsadas desde el gobierno, el país superó ya las 136 mil muertes; una cifra que escaló en paralelo a la irresponsabilidad con la que Bolsonaro gestionó las políticas de sanidad.

En cuanto al desempleo, una serie de disputas internas dentro del poder ejecutivo han empeorado la situación de los desempleados, lo que se tradujo en la creciente porción de trabajadores informales. Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, durante el primer cuatrimestre de 2020 el desempleo trepó al 13,3 por ciento; un incremento que representa el 1.3 puntos porcentuales respecto del mismo período del año anterior.  

Por supuesto que al tratarse de un foro en el que los distintos mandatarios manifiestan sus buenas intenciones y se jactan de lo que no pueden demostrar con hechos, Bolsonaro cerró su discurso expresando su dolor por las consecuencias letales de la pandemia. “Quiero expresar mi dolor por todas las muertes que causó el virus”. Un dolor que no se condice con la soberbia y la imbecilidad con la que el primer mandatario de Brasil enfrentó la crisis.

Para Bolsonaro la culpa es de los medios