viernes. 29.03.2024

“Fue en este mismo aeropuerto en donde dijimos que volveríamos y seríamos millones”, exclamó Evo Morales al arribar a Chimoré -corazón cocalero de Bolivia- ante una multitud que aguardaba su llegada.

La vuelta del líder del Movimiento al Socialismo es épica pura. A la derecha boliviana no le alcanzó el poderío de sus medios de comunicación para la demonización y la criminalización de la que Morales fue objeto. Sus seguidores corrieron la misma suerte. Aniquilar cualquier vestigio de socialismo fue la tarea a la que se dispuso el sector más reaccionario del país, encabezado por personajes de la talla de Luis Fernándo Camacho y Jeanine Áñez, impulsores de un golpe que dejó un triste saldo de 39 muertos, 800 heridos y más de 1600 detenidos. 

Replegada ahora, la derecha boliviana ve con preocupación el regreso de quien produjo durante su gestión una reducción de la pobreza que pasó del 36 al 16 por ciento. Según Andrea Barreintos, Senadora electa por Cochabamba y Jefa de la bancada de Comunidad Ciudad (Partido liderado por Carlos Mesa), “El retorno de Evo Morales es un atentado a la democracia, porque vulnera los derechos de los bolivianos y las bolivianas”. 

Pero los bolivianos y las bolivianas a quienes según Barrientos se les vulnera su derecho, no son sino esa casta representada por el poder económico concentrado que apenas alcanza un porcentaje mínimo y que, a través de sus voceros en la prensa, sostienen la idea de la defensa de unos privilegios que se afanan en mantener.    

El éxito de la gestión de Morales durante sus once años de gobierno fue equilibrar una balanza que históricamente volcaba su peso sobre los más vulnerables, en pos del beneficio de las clases altas del país

Porque el éxito de la gestión de Morales durante sus once años de gobierno fue precisamente equilibrar una balanza que históricamente volcaba su peso sobre los más vulnerables, en pos del beneficio de las clases altas del país. La recuperación de los recursos naturales fue una de las herramientas a través de las cuales se achicó la brecha entre ricos y pobres. Morales redujo la desigualdad. En 2005, el 10 por ciento más rico de Bolivia ganaba 128 veces más que el 10 por ciento más pobre. Por primera vez en muchos años, durante el gobierno de Evo, hubo ciudadanos que pudieron ser atendidos por un médico, niños que pudieron ingresar a una escuela, indígenas que pudieron sentir el orgullo de serlo. Se trató de una política valiente, patriótica y revolucionaria que la derecha observó de reojo, sumando indignación. 

La vuelta de Evo es, para la mayoría, la posibilidad de una nueva sociedad, justa y solidaria; sin embargo al acecho está esa minoría resentida aún por la pérdida de su tirano defensor. Con el retorno de Morales, Bolivia recupera la esperanza de equidad, de derechos y conquistas. Con el regreso de Evo, Bolivia camina con paso firme hacia la evolución.

'Evo Lución'