viernes. 19.04.2024
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En el sentido más general, la coyuntura, como bien trata el libro de Pierre Vilar, es el conjunto de las condiciones articuladas entre sí que caracterizan un momento en el movimiento global, el Apartheid es juntamente un modelo que se vio reflejado en África a consecuencia del imperialismo europeo, en este caso británico, llevado adelante desde finales del siglo XIX. Hace eco de esto el Diario La Izquierda, una publicación del Partido de Trabajadores Socialistas con orientación trotskista que se publica en la República Argentina. Pumas disfrazados de carneros: la infamia de Sudamérica XV y su apoyo al Apartheid fue el título del artículo publicado el 3 de abril de 2018 por el periodista Juan Ignacio Provéndola. El periodista habla sobre el sometimiento, represión y segregación de una minoría blanca a una mayoría negra, en un periodo post colonial sobre la devenida República Sudafricana. En una estructura existen relaciones fundamentales y sus funcionamientos son relativamente estables, se dan en contrapartida unos movimientos continuos como resultado de esos mismos funcionamientos y que modifican en todo momento esas relaciones, la intensidad de los conflictos, las relaciones de fuerzas. Este movimiento rápido y notorio en un periodo determinado es justamente lo que implica la coyuntura y su enrevesamiento en el fluir democrático de un país. El texto de Vilarhabla de indicadores económicos a la hora de estudiar un episodio, lo que era susceptible de ser estudiado como movimientos espontáneos parecía tener su raigambre fáctica desde la economía. La Unión Argentina de Rugby (U.A.R.) ignoró el bloqueo internacional al régimen racista y viajó a Sudáfrica cambiando de nombre, a pesar que la Organización de las Naciones Unidas y el Comité Olímpico Internacional vedaban cualquier vínculo con este país, tanto desde lo económico como desde lo deportivo. El régimen sudafricano realizaba onerosas ofertas económicas a cualquier personalidad o colectivo que se animara a visitar el país con la excusa que fuere. “Halt all racist tours” (“Detengan todos los viajes racistas”), parecía ser el mandato que sobrevolaba el globo, pero no era evidentemente la premisa para la cúpula militar que presidía la Nación Argentina en aquel entonces. Boris Pórshnev realiza objeciones al método de análisis histórico coyuntural de Ernest Labrousse aplicado al siglo XVIII francés, este desacuerdo entre ambos nos puede servir como puntapié inicial y como hilo conductor. En él, Pórshnev plantea que se trataba de convertir las “crisis de subsistencia”, las hambres periódicas, en “causa” de las agitaciones sociales. Estimaba que tales conflictos resultaban y surgían vehementemente de las contradicciones de clases. En el artículo de Provéndola se hace referencia a que, en uno de los partidos de la gira, el estadio estaba repleto de personas blancas pero que un sector delimitado contaba con muy pocos hombres de color aislados en una tribuna específica, sobre una arena perversamente bautizada como Free State. Labrousse luego se encargaría de demostrar que no se paraba en una vereda opuesta a Pórshnev, esto no significa que la coyuntura sea la causa de estos grandes acontecimientos que derrocan las estructuras, pero permite seguir su preparación y sus consecuencias en el tiempo. Esta división en las gradas del estadio apuntaba a profundizar el espíritu de segregación que imperaba en el país, los baños diferenciados, las playas apartadas, las instituciones educacionales elitistas incrementaron esa brecha racial. El texto Iniciación al Vocabulario del Análisis Histórico marca que el siglo XVIII, un siglo de expansión, viene marcado por la búsqueda de un nuevo equilibrio entre las clases, aspecto económico en Inglaterra y político en Francia. Ambos fenómenos se anuncian en todas partes, pero no se producen de igual manera, estas manifestaciones permiten vislumbrar una etapa larga de la coyuntura sobre casi todo el continente africano, poblado de colonias y protectorados. Coyunturas y estructuras no son dos nociones extrañas entre sí; son dos aspectos de fenómenos comunes por lo que no es tan simple y sencillo disociarlas al momento de estudiarlas, modificación de estructuras, fases de triunfo y de equilibrio, fases de crisis, fases de reconstrucción. Los ciclos y las crisis en el capitalismo industrial traen consecuencias entre las cuales hallamos la miseria, el hambre, luchas y revueltas, mendicidad y vagabundeo. Visto así, un sistema o estructura se ve coaccionado por la implicancia de una crisis, una crisis que genera una fase de estancamiento que a su vez enfrentada ante una nueva crisis motiva la acción de una fase de expansión, una y otra vez este esquema se va dando para posibilitar el mantenimiento de un sistema tradicional o la génesis de un nuevo sistema o estructura. La innovación marca el punto principal en la fase de expansión luego de una crisis, hay una profecía suicida latente. Volviendo al ámbito deportivo y al artículo propiamente dicho, queda claro que la Unión Argentina de Rugby y particularmente el seleccionado de los Pumas, encubiertos bajo las banderas de la insensibilidad humana, adhirieron con su presencia a que un régimen pueda utilizar su imagen para beneficio propio. Había una revuelta desde lo moral que se apartaba de la comunidad internacional, una comunidad que pedía a gritos la independencia de estos estados llevados adelante por individualidades autoritarias, que pedía la culminación de los sistemas y esquemas imperiales del siglo pasado para abrir la puerta a nuevos sistemas basados en la igual y el respeto mutuo, en la tolerancia, en la diversidad. Todas y cada una de ellas, características que poco valían a los ojos de los estados endurecidos del mundo. Latinoamérica en si estaba gobernada por jerarcas militares, esta gira comenzaba el 3 de abril de 1982, plena Guerra de Malvinas, un conflicto contra Inglaterra que se llevó las vidas de muchas personas de ambos bandos. A Juan Ignacio Provéndola no le tiembla el pulso a la hora de reflejar los dichos de muchos de los deportistas implicados, algunos arrepentidos, otros no tanto de prestarse al circo de Leopoldo Galtieri y Marais Viljoen, un circo armado con la intención de reflejar la intención eterna de las dictaduras por transgredir el orden institucional y democrático. Los Springbocks no solo eran un equipo de rugbiers compitiendo por una presea, simbolizaban la supremacía de las metrópolis sobre las colonias. Los Pumas envestidos con el nombre de Sudamérica XVdejaron de ser un emblema para convertirse en un cómplice de los vejámenes más horribles de la historia contemporánea. Se diseñó especialmente una camiseta blanca con vivos rojos, amarillos y azules, la cual era rematada con un escudo que incluía un puma, un cóndor y un yaguareté, animales nacionales de ArgentinaChile y Paraguay, respectivamente, pues el equipo estaba conformado por jugadores de esos tres países, pero 30 de los 42 convocados eran argentinos. Esa participación del seleccionado fue una coyuntura que atravesó un momento determinado en un país gobernado por el Apartheid, un país que guardaba en las sombras de Robben Island a un Nelson Mandela que tiempo luego y en base a un alto porcentaje de resiliencia logró poner fin a un sistema de desigualdades para abrir paso a una nueva era de paz y convivencia, el Mundial de Rugby de Sudáfrica 2010 fue un claro ejemplo de ello. Obviamente se vivieron momentos difíciles, períodos de disturbios coyunturales, pero estaba claro que el Apartheid respiraba sus últimas gotas de oxígeno. La Masacre de Soweto fue una de las revueltas más recordadas en Johannesburgo, al igual que la Masacre de Sharpeville, ambas en Ciudad del CaboSudáfrica. El mantener al afrikáans como idioma nativo sería el estandarte y leitmotiv de las clases dominadas para sobrevivir en un ambiente tan hostil como la muerte misma. A esto le siguieron con el tiempo decenas de rugbiers desaparecidos, pero esa es otra historia por contar . . .

El Apartheid, los Pumas y la Masacre de Soweto