jueves. 25.04.2024

COMPOSTELA ABERTA, COMPOSTELA CERRADA

martinho_noriega_teoNo parece que Martiño Noriega, el Alcalde de Compostela Aberta esté hilando muy fino a la hora de gobernar en paz el Concello de la Capital de Galicia. No tiene especialmente contentos a los sectores de izquierdas de la oposición municipal: PSdG y BNG. Ambos grupos apoyaron su investidura, BNG con su voto favorable y PSdG con su abstención: una abstención que a muchos militantes socialistas de Compostela no gustó, porque hubieran preferido un apoyo más abierto, aunque condicionado.

La realidad es que ya han tenido diversas escaramuzas, entre las que peligra el propio presupuesto municipal de 2016. Con 10 concejales, Martiño Noriega necesita el voto del Partido socialista para sacar mayoría (o al menos su abstención, siempre que le apoye el BNG), y parece que está gobernando con una arrogancia (tanto BNG como PSdG lo acusan de ello) propia de la más atávica mayoría absoluta. Y esto le está llevando a escaramuzas en las que va perdiendo algunas votaciones, y que –lo que es peor- lo está dejando en una situación de inoperancia en la que se revela su falta de proyecto de Ciudad.

Cierto es que el portavoz socialista, Paco Reyes, no está siendo muy fino en esas escaramuzas, y parece como si anduviera dirigido, o al menos utilizado por el PP. Incluso se anda rumoreando una posible moción de censura, con la que los populares alimentarían la vanidad de Paco Reyes para convertirlo en alcalde. Ese nivel de rumores ha llevado al portavoz socialista a una rueda de prensa para desmentir rumores. Pero la verdad es que no está actuando con finura ni con una adecuada habilidad e inteligencia. Porque él mismo se embarra en batallas inútiles para la Ciudad, que tampoco le hacen presentar un modelo de ciudad y un proyecto que pueda movilizar a la ciudadanía. La ultima batalla se mueve en la línea de quitar al alcalde las presidencias de las empresas municipales.

Para contento del PP, ambos, Martiño Noriega y Paco Reyes (Compostela Aberta y PSdG) andan perdiendo el tiempo en batallas inútiles, dejando a la Ciudad de Compostela carentes de un Proyecto capaz de entusiasmar a la Ciudad y de movilizar recursos para el progreso.

Esperamos pronto mantener una entrevista con el Alcalde. Se la estamos pidiendo: una entrevista “a calzón quitado”, para poner a prueba su capacidad de proponer un Proyecto para una Ciudad que en tiempos pasados brilló, incluso internacionalmente, muy por encima de la importancia o el relieve que le dan sus 96.000 habitantes.

VIGO: EL URBANISMO ENVENENADO

vigo

Vigo tiene un mal fario con el Urbanismo. Como consecuencia de planes generales anteriores (el de 1993 generó muy diversos litigios) la Ciudad se ha visto bombardeada por múltiples sentencias judiciales desfavorables, que han dejado bajo amenaza diversos edificios, con y sin licencia, tras las sentencias revocadas.

El más reciente revés ha sido el de la anulación, por sentencia del Tribunal Supremo, del Plan General de Urbanismo de 2008-2009. Le falta el Informe ambiental, sobre el que la Xunta de Galicia pensó que podría hacer una excepción. El recurso contencioso de la Asociación Alternativa Vecinal, primero rechazado por el Tribunal Superior de Xusticia de Galicia, ha sido avalado por el Supremo, que anula el Plan.

Todos sabemos que detrás del Urbanismo se esconden múltiples intereses. Y esos intereses han motivado unas feroces batallas que viene, cuando menos de 2002. En dicho año, el alcalde del BNG, Lois Pérez Castrillo, de la mano de su gerente de urbanismo, Javier Rivas, puso en marcha un Plan General que por muchos fue considerado especulativo. En 2003, Pérez Castrillo pierde la alcaldía a favor del candidato socialista Pérez Ventura, y en el mismo momento comienza una guerra a muerte. Pérez Castrillo, para apoyar al nuevo alcalde quiere mantener a todo trance la responsabilidad de urbanismo (él sabrá por qué tanto ahínco), y nombrar de nuevo Gerente de Urbanismo a Javier Rivas. Esto desata una insalvable contradicción que lleva a Ventura Pérez Mariño a presentar una moción de confianza, que pierde en diciembre de 2003, teniendo que abandonar la alcaldía, después de ostentarla durante unos cinco meses. Víctima del empeño de un pan general que introducía la posibilidad de edificar 120.000 viviendas en una ciudad e 300.000 habitantes, y en la que hay 20.000 viviendas vacías. Pérez Mariño fue víctima de ese empeño urbanístico de Pérez Castrillo.

Con esa extraña maniobra, el BNG permitió gobernar a la popular Corina Porro, que sí continuó con el  plan de Pérez Castrillo, y que rompía la clásica  filosofía urbanística de Palacios, estableciendo torres de más de quince plantas en la Plaza de España y en un tramo largo de la Gran Vía. Dentro de ese esquema se llegaron a dar licencias en la Finca del Conde, que trajeron una gran polémica y unas sentencias paralizadoras. Pérez Castrillo abandonó la concejalía de Vigo, según declaraciones suyas del momento, cuando había quedado encarrilado –de la mano del PP- su Plan General de Ordenación.

En 2007 accede a la alcaldía Abel Caballero, que necesita el apoyo del BNG para gobernar. Y surge de nuevo el tema del Plan de Urbanismo. Se mantienen determinados planteamientos del viejo plan, pero con algunas modificaciones. Sobre la barbaridad de las 120.000 viviendas nuevas se introduce la bendición de que una buena parte de ellas sean de protección oficial. Entre otras cosas. Y se responden nada menos que 60.000 alegaciones. Y se tramita el Plan para la aprobación definitiva de la Xunta de Galicia. La conselleira, a la sazón, era María José Caride, actual concejala de Urbanismo del gobierno de Abel Caballero. Y entraron las prisas, para dejar resuelto el Plan General antes de las elecciones autonómicas de 2009. Y se obvió el informe ambiental, tal y como la Xunta había hecho también con el Plan del municipio de Teo (que también fue tumbado, por cierto, por sentencia del Supremo).

Y así están las coas en este momento. Ya nos gustaría conocer el entramado de intereses que se esconden en esta tortuosa historia del Plan General de Urbanismo de Vigo. Y sobre todo, nos gustaría conocer la solución de futuro para este endiablado tema.

Acabamos de pedir a un experto conocedor del problema, un artículo con una explicación adecuada de la complicada e intrigante historia.

GANADEROS DE GALICIA, DESCONTENTOS Y DESESPERADOS

Después de unas continuadas movilizaciones, fueron a Madrid para firmar unos acuerdos que parecían resolver sus problemas. La reivindicación es clara: para equilibrar sus explotaciones lecheras necesitan que le paguen la leche a 34 céntimos. En el Acuerdo de Madrid, con la intervención del Gobierno, del Sector de Fabricación y con el Sector de Distribución, parecían ponerse las bases para ir resolviendo el problema. Regresaron a sus explotaciones ganaderas, con la esperanza de futuro.

Pero el futuro no llega. Acusan al Sector de Distribución de cobrar más por la leche, pero no cumplir las condiciones del Acuerdo. Y los ganaderos no reciben más de 27 céntimos por litro, cuando dejaron bien claro que necesitan 34 céntimos al menos para mantenerse vivos.

Se están preparando nuevas movilizaciones frente a la Xunta. Y Núñez Feijóo tendrá esta vez que aclarar su posición y mover ficha de modo eficiente, si quiere hacer buena su propaganda de buen gestor. Al que –por cierto- como mostrábamos hace poco, no le salen los números.

La arrogancia de Martiño Noriega enfada a la izquierda