sábado. 20.04.2024
coompostela

Los socialistas llevan varios meses en el Ayuntamiento compostelano con un concejal menos de los que obtuvieron en las elecciones de 2015. Ya es una paradójica desgracia que el partido que modernizó Compostela y la puso en una órbita de excelencia incluso internacional, que gobernó durante años, siempre rondando los trece concejales, en 2015 se quedara con sólo cuatro. Se presentó sin proyecto y con una lista anodina. Y por lo que ahora estamos viendo, también intrínsecamente conflictiva. Tras la dimisión de la persona que ocupaba el segundo puesto en la lista (por cierto, alguien sin ninguna experiencia municipal y más que desconocida en la Ciudad), se quedaron con tres concejales. Y así llevan meses.

El grupo municipal socialista en Compostela es todo un enredado despropósito. ¿Cómo puede un partido serio pasar meses sin cubrir un puesto de concejal de los pocos que tienen? ¿Ése es el concepto que tienen de su representatividad y de su responsabilidad con los ciudadanos que les han votado? Se supone que un cargo electo, aunque no pueda gobernar debe estar atento a los problemas de la ciudad, y en relación constante con los ciudadanos, para recoger sus inquietudes, debatir las alternativas a los problemas, y trasladar al pleno municipal las soluciones. Si prescindes de la cuarta parte de tus representantes estás disminuyendo en un 25% tu presencia en los barrios, ante las organizaciones ciudadanas, culturales, deportivas… Y estás dando una muestra clara que la oposición que ejerces es una oposición de salón. De salón y de rueda de prensa… Perdiendo toda credibilidad, y pidiendo a gritos que dejen de votarte, porque te conformas con menos de lo que los ciudadanos te otorgaron.

Pero lo peor de todo es que no cubren su plaza de concejal por problemas puramente personales. La persona que debería cubrir la vacante, haciendo correr la lista resulta que es funcionario municipal. Como tal, para ocupar su concejalía debe abandonar su responsabilidad de funcionario. Y la persona afectada exige al partido que financie su tarea, porque él vive de su sueldo. Y el Grupo Municipal Socialista, como no puede retribuirle, prefiere dejar vacante su obligada representación. En lugar de hacer correr la lista.

No es un problema sobrevenido. ¿Es que quienes confeccionaron la lista, y el propio interesado no conocían estos principios elementales? ¿Es que la gente se apunta en una lista de candidatos solamente para ganar y ser retribuidos? ¿Es que el Socialismo gallego no será capaz de librar a la Sociedad de estos bochornosos esperpentos? ¿Es que la Agrupación socialista de Compostela no sabe imponer la cordura? ¿Es que la Gestora del PSdeG, con toda la representatividad y autoridad que sus miembros se atribuyen no reparan en la importancia social y política de estas irregularidades?

¿Qué capacidad de gobierno demuestra un partido que no es capaz de resolver un asunto tan sencillo? ¿O es que la desidia se ha apoderado de todos esos responsables? Porque si es así, mejor harían marchándose a sus casas y dejando que otros, más capaces, deshagan los entuertos.

No lejos de Compostela, otra historia de bloqueo por culpa de unas retribuciones por el puesto de concejal se está fraguando. Y también viene de la mano de un concejal socialista. Pronto daremos información. Pero mientras tanto, por favor ¿por qué nadie se atreve a poner orden y concierto?

El grupo municipal socialista en Compostela, todo un despropósito