viernes. 29.03.2024
ENTREVISTA CON ENRIQUE VALERO

"Miles de delincuentes pegan fuego al monte sin una respuesta policial o judicial eficaz"

"Los incendios se apagan en invierno, cuando hay que hacer limpias, quemas controladas, cortafuegos y tener el monte preparado para lo que va a venir".

¿Por qué arde Galicia? El ingeniero forestal Enrique Valero nos da en esta entrevista las claves de los incendios que han asolado este verano los montes gallegos y nos habla de la necesidad de hacer de la política forestal una política de Estado.

ValeroNuevatribuna | Pregunta obligada del verano: ¿por qué arde Galicia?

Enrique Valero | Las causas se han analizado hasta la saciedad: que si los ganaderos, el jabalí, venganzas rurales, perturbados… Vamos a hacer la segunda derivada: se ha confundido un problema de delincuencia con un problema forestal. La Xunta reconoce que tiene tres mil incendios al año provocados por incendiarios, desde hace veinte años. Suponen tres mil delitos anuales, o treinta mil en los últimos diez, que requieren una solución policial, no una respuesta forestal. Independientemente de las causas, se debería atacar la raíz del problema: miles de delincuentes que pegan fuego al monte sin una respuesta policial o judicial eficaz. ¿Imaginas que hubiera tres mil violaciones al año en Galicia? ¿Cuál sería la reacción? La justificación que se suele dar es que es muy difícil cogerlos. También me imagino que es muy difícil afrontar el narcotráfico, el terrorismo u otras formas de delincuencia, pero se abordan.

NT. ¿Es la única manera de acometerlo?

No puedes competir con descerebrados, que prenden el monte con una simple caja de cerillas, a base de un despliegue descomunal de medios carísimos

EV. No: habría que cambiar de estrategia. En los últimos años se ha afrontado el problema apostando a que, a más incendios, más medios: más motobombas, brigadas, helicópteros, aviones… Y ésa es una batalla perdida desde el minuto uno. No puedes competir con descerebrados, que prenden el monte con una simple caja de cerillas, a base de un despliegue descomunal de medios carísimos. En el incendio de Porto do Son, sin ir más lejos, quien lo prendió no gastó más allá de veinte céntimos en fósforos, frente a un concurso espectacular de medios aéreos, terrestres, pickups último modelo y de alta gama, por todas las carreteras… El resultado 1.800 Has. calcinadas. Los incendios hay que “apagarlos” durante todo el año, mediante eliminación del matorral, infraestructuras de defensa del monte, prevención y formación/concienciación ciudadana en el rural.

NT. Sigue usted manteniendo que la causa fundamental está en la intervención humana...

EV. Tú no puedes mantener tres mil crímenes anuales constantes y pretender que se resuelvan por arte de magia, sin atacar el origen delictivo. Ni se puede considerar que estamos “mejorando” porque tengamos unos centenares menos en un año. Tampoco argumentar que los ratios de “éxito” son: que los hemos extinguido enseguida, que el porcentaje de superficie media por incendio es no sé cuál, camuflar como “conatos” incendios que no se han desmadrado u otras elucubraciones. Como todo el mundo sabe, el verano que llueve los incendios no degeneran, y el año seco, cuando se desborda, es que tenemos “tramas organizadas”, especies pirófitas u otras excusas. El problema real es que se mantienen tres mil incendiaros/año y, además, en zonas muy concretas, ya detectadas desde hace tiempo.

NT. Pero algo más habrá, porque –aun existiendo esos incendiarios-, hay montes que no arden…

Se empecinan en incrementar los medios de extinción en lugar de capitalizar los montes

EV. El fondo del problema es poliédrico. Depende por dónde lo quieras acometer. Desde el punto de vista forestal, un profesor de mi propio grupo de investigación, realizó este año un estudio y determinó que 7 de cada 10 euros que se invierten en el monte en Galicia se emplean en la extinción de incendios. Conclusión: se empecinan en incrementar los medios de extinción en lugar de capitalizar los montes. Estuve debatiendo durante dos años y medio en el Comité Consultivo de Bosques de la Comisión Europea, del que soy miembro, el nuevo reglamento de desarrollo rural (PDR) para toda Europa. Conseguimos incluir un paquete de medidas forestales muy potente dentro del PDR, que cada país puede aplicar, dirigidas a capitalizar los bosques, ponerlos en producción, hacer selvicultura, movilizar recursos, etc. Sin embargo, cuando llegan los fondos europeos del PDR, se transforman casi exclusivamente en medidas agropecuarias y, lo poco que llega a las masas forestales, es para mantener el operativo de extinción.

NT. ¿Frustración entonces?

EV. No es una política positiva, proactiva –que evitaría los incendios en gran medida- de hacer el monte sostenible, facilitar el desarrollo de la bio-economía, impulso del efecto sumidero de Carbono de los bosques contra el cambio climático, protección de cuencas hidrográficas contra la erosión, etc. Y eso es algo que viene rodando desde antiguo.

NT. ¿Y esto funciona igual, por ejemplo en el País Vasco?

EV. El País Vasco tiene su propia política forestal, como en casi todo… Y no hay incendios. Pero no hace falta irse al País Vasco. En la Mariña coruñesa o lucense no hay incendios. Porque están explotando el bosque de manera ordenada y tecnificada. Porque los montes producen y crean mucho empleo. La inversión forestal se ejecuta para la defensa de las masas: limpieza, cortafuegos, tratamientos selvícolas, cuidados culturales, clareos, claras, podas…

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Foto: Europapress

NT. ¿Sería rentable emplear más dinero en la capitalización del monte?

EV. Hicimos un estudio que nos daba como resultado que la rentabilidad obtenida de los montes en términos de generación de rentas, si invirtieras en selvicultura, en reforestaciones, etc., es mucho mayor que en una carretera o en una autopista. Y un dato importantísimo: según FEARMAGA, que es la gran asociación que aglutina las industrias forestales y de servicios, 80.000 familias en Galicia vendieron madera el año pasado. Son muchas familias…

NT. Sí: una facturación de 1.600 millones de euros, de los que 300 son para los propietarios. Con 70.000 puestos de trabajo detrás…

La actividad del sector forestal en Galicia está presente en la totalidad de sus municipios y afecta por capilaridad a docenas de miles de familias rurales

EV. La actividad del sector forestal en Galicia está presente en la totalidad de sus municipios y afecta por capilaridad a docenas de miles de familias rurales, sin demasiadas alternativas de otra actividad económica. En nuestra Escuela de Ingenieros Forestales, tenemos alumnos que reconocen que estudian gracias a que sus padres venden los pinos. Muchos rematantes de madera te cuentan cómo vienen propietarios a decirles: “se me casa la moza, cómprame esos eucaliptos…” Ésa es la realidad rural de Galicia. Siempre ha sido así. Basta leer a Castelao: “vale máis unha terra con árbores nos montes, que un Estado con ouro nos bancos”.

Respondiendo a tu pregunta: Si los montes están abandonados y el dinero disponible se destina a la extinción, obviamente, no quedan recursos suficientes para tener los montes en condiciones selvícolas adecuadas, hacer agrupacionismo forestal, etc. No son sólo argumentos míos. No hay más que leer el Informe Forestal de la Fundación Barrié o el demoledor Informe de Fiscalización del Consello de Contas de Galicia para constatar las tesis.

Es extraordinariamente improbable que las colillas produzcan incendios, al menos en Galicia

NT ¿Qué problemas han surgido con las brigadas?

EV. La Xunta ha delegado la contratación de brigadistas en los ayuntamientos. Con ello,  la inversión se subvenciona con fondos del PDR, hurtando dinero a la economía productiva. Los ayuntamientos no son especialistas en extinción y la contratación de brigadas no se basan en técnicos forestales. Tengo un amigo aquí en Porto do Son que dice: - lo que no se puede hacer es mandar los marineros al monte, ni a los del monte al mar-. De ahí las protestas del SEAGA. No digo que las brigadas municipales no se esfuercen o que estén mal dirigidas. Pero muchas de ellas no son profesionales. En cualquier caso, insisto en que los incendios se apagan en invierno, cuando hay que hacer limpias, quemas controladas, cortafuegos y tener el monte preparado para lo que va a venir. No lo puedes tener abandonado todo el año, durante diez, y luego, cuando se produce un foco, te alarme que se calcinen miles de Has., como está pasando en Ourense, porque no hay quien lo pare. Las escasas labores preventivas se limitan a desbrozar las cunetas de las carreteras por toda Galicia: imposición de la ley gallega de Montes, dejándose un dineral para cumplir esa obligación, técnicamente absurda.

NT. Claro: están pensando en las colillas…

EV. Sí, pero perdona, es extraordinariamente improbable que las colillas produzcan incendios, al menos en Galicia. Por otra parte, el incendio de Porto do Son debió de atravesar cincuenta carreteras y pistas; de Noia a Riveira saltó por tres sitios la carretera principal y en el de Cotobade por media docena. El principio de ingeniería forestal es que los cortafuegos deben tener una anchura equivalente a dos veces y media la altura del árbol. En un incendio de copas las piñas o pavesas saltan a 30 metros. Entonces, ¿qué hacemos gastándonos todos los años una fortuna limpiando todas las cunetas de Galicia, si es sabido que es un esfuerzo inútil y que seis meses después van a estar revegetadas igual?  Alguien debería reflexionar sobre ello.

NT. La diferencia con el País Vasco…

EV. No sólo en el País Vasco, dentro de Galicia en Ortigueira, Monfero o Foz, con los pinares de Soria o Ávila: porque el monte es productivo, a nadie se le ocurre quemarlo. Conozco a la asociación de forestalistas vascos: son unos tíos responsables, están organizados, muy preparados y bien apoyados por su gobierno. Los propietarios forestales deben estar estructurados, con formación, conectados a internet, con sus propias redes, con toda una cultura para el tratamiento y movilización de la madera, cómo afrontar las plagas, mercados, etc.

NT. ¿En Galicia no hay cultura forestal?

EV. Ése es uno de los problemas de los incendios: no hay cultura forestal. Igual que –hablando de Galicia- puede haber una cultura agropecuaria con sistemas productivos de muy alto nivel, por el contrario, falta una cultura forestal. El monte era la hucha familiar, pero sin cultura selvícola. Ahora, me es difícil de entender. Yo estoy en mi Escuela formando ingenieros forestales, que se supone que van a trabajar aquí. Cada ayuntamiento debería tener contratado uno, porque todos tienen montes, aprovechamientos, empresas forestales, etc. Un ingeniero forestal asesoraría a los propietarios, cazadores y a las comunidades de montes. Parte de los problemas que luego me comentan mis alumnos ya egresados, es que los municipios no tienen conciencia de que, al igual que la agricultura, el monte necesita selvicultura, y precisa de cuidados, tratamientos, ordenación de los usos y aprovechamientos, actividades de defensa, pistas de servicio, etc. Lo cual significa que no hay cultura forestal. En consecuencia, el monte está en unas condiciones lamentables sin posibilidad de un aprovechamiento racional, lo que conlleva a que, el día que se produce un incendio, tienes todos los elementos perfectos para que se genere un desastre incontrolable.

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NT. Si se gestionara en Galicia el monte de manera adecuada ¿cuántos puestos de trabajo estables se podrían mantener?

De los tres millones de hectáreas de terreno que hay en Galicia, dos millones son de monte, y sólo una de esas dos es arbolado en condiciones de abandono

EV. Es muy difícil estimar puestos de trabajo. Según el estudio que hicimos junto con FEARMAGA se cortaron el año pasado ocho millones de metros cúbicos. Échale otros dos que “desaparecen” del circuito comercial de la madera, destinados a leñas domésticas, hornos y otras actividades. Esos diez millones de metros cúbicos, (la mitad de lo que se corta en toda España) se podrían multiplicar fácilmente por dos o tres. De los tres millones de Has. de terreno que hay en Galicia, dos millones son de monte, y sólo una de esas dos es arbolado, en esas condiciones de abandono que decíamos antes. Imagina que pudieras poner en producción sostenible las masas existentes y abordar reforestaciones en las rasas, donde cabría todo tipo de especies, frondosas, resinosas, etc. Multiplicaría el empleo y rentas productivas exponencialmente repercutiendo en toda la cadena de transformación empresarial.

NT. Cuando habla de empresa forestal…

EV. Hablo de muy diversas actividades: empresas pequeñas de servicios, que hacen apeos, desbroces, pequeñas reforestaciones, transportes a cargadero, primer aserrado, y toda la cadena que viene detrás. Si multiplicas por tres el volumen de cortas, multiplicas el volumen de actividad y el personal dedicado a ella, al que habría que añadir el que inducidamente crearía la selvicultura que se aplicara a esas masas. Incrementando la explotación racional del monte y su interacción con otros sectores económicos en la práctica totalidad de Galicia.

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NT. Influye de modo integral en la economía…

EV. Es un recurso natural privilegiado que tiene Galicia, que es renovable y reciclable, al que le incide de lleno la bio-economía, frente a otras alternativas en un sector primario en caída libre (ya ves cómo está la leche, por ejemplo…), y que podría revitalizar enormemente la economía rural.

NT. ¿Qué peso tiene en el PIB de Galicia el producto relacionado con la madera?

EV. Pues ha bajado: era el tres y pico, y ha bajado al dos y algo. Principalmente debido a la crisis económica, que ha afectado a las segundas transformaciones. Sin embargo, se han incrementado las cortas en ese periodo, ayudando a las familias rurales como complemento de rentas para soportar la recesión. Desgraciadamente, no se puede confundir la visión de las verdes masas de vegetación con los recursos disponibles. No todo es productivo y no todo es aprovechable, desde el punto de vista selvícola.

NT. ¿Las fábricas existentes: FINSA, ENCE, etc., mantienen una actividad de interlocución con los productores, orientándolos para el cultivo y el tratamiento?

EV. En efecto, ENCE tiene pocos montes propios –que los cultivan ellos- y muchos conveniados con las comunidades de montes de su entorno. En esos montes, la división forestal de ENCE sí realiza una labor pedagógica y enseñan a las comunidades qué selvicultura hay que hacer, qué densidades son adecuadas, cuáles son los turnos de corta, etc. Pero la cantidad de monte que gestionan no cubre sus necesidades por mucho. FINSA, LOSAN y otros también tienen montes de gestión propia, que llevan sus ingenieros forestales. Todos ellos tienen además sus proveedores que van comprando para ellos por el territorio.

NT. ¿Y el resto de la gente, adónde vende?

Hay un sistema muy antiguo de venta en Galicia constituido por los llamados rematantes

EV. Hay un sistema muy antiguo en Galicia, constituido por esos llamados rematantes. Son unas personas, más o menos cualificadas técnicamente, que hay por todo el medio rural, cuyo objetivo es comprar madera en pie a los propietarios particulares y comunidades. Normalmente tienen diversos destinatarios de la madera: aserraderos, fábricas de primera transformación, etc., y van comprando y vendiendo la madera. En función de la calidad, del grosor, de la mayor o menor facilidad del transporte a la fábrica, etc.

Por otra parte, las grandes superficies en Galicia están en manos de las comunidades de montes vecinales en mano común, que están desatendidas, destecnificadas y sin apoyo. Son las grandes masas territoriales que verdaderamente deberían tener capacidad de generar un motor de producción robusto..

NT. ¿Alguna iniciativa de la Xunta para mejorar el modelo de gestión?

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EV. La Xunta de Galicia creó las famosas SOFOR, o Sociedades de Fomento Forestal, hace ocho años (herederas de una figura gemela del gobierno bipartito). En esos años se han formado media docena a base de subvenciones. No parece que tengan mucho éxito. En mi Grupo de Investigación trabajamos con algunas de grandes asociaciones forestales centro-europeas y escandinavas en tratar de buscar cuál sería la fórmula de agrupacionismo más idóneo para aplicar en Galicia, con su idiosincrasia y marcos legales: encontramos algún modelo interesante…

NT. ¿Por ejemplo?

EV. Fórmulas que tienen que ver con algún tipo de cooperativismo inducido. En Finlandia, a pesar de las grandes extensiones de bosque continuo que se observan, la medida de superficie del propietario finlandés es de hectárea y media: muy parecido al de aquí. Pero el cultivo, selvicultura, aprovechamientos y puesta en el mercado de los recursos es común.

NT. ¿La inmensidad de los bosques de Finlandia no está en manos de latifundistas?

EV. Ni de broma: son pequeños propietarios que se han agrupado. La mentalidad finlandesa no es tan distinta a la nuestra, pero el gobierno finés les hizo entender las ventajas de estar agrupados frente a las de ir por libre. Y se agruparon en masa. Por el contrario, no puedes crear una SOFOR, donde la fiscalidad es mucho peor que si tú, que eres propietario de un monte, vendes la madera por tu cuenta.

NT. ¿Las crearon con penalización?

EV. Están diseñadas con un concepto desacorde con la mentalidad gallega y la realidad fiscal. Si tienes una comarca –la del Barbanza, por ejemplo-, donde hay multitud de propietarios, que en muchos casos ni se sabe quiénes son ni conocen dónde están sus propiedades, o viven en las ciudades, e ignoran lo que tienen ni cómo llegar allá…, tendrás que organizar las cosas de manera que se parezca un poco a las leyes urbanísticas. En éstas estás obligado a respetar determinadas normas, de acuerdo con una especie de plan general, y sometiéndote a los desarrollos previstos. Y tendrás que alentar, con una serie de ventajas fiscales o de otro tipo, a que haya una agrupación, para llevar adelante el tratamiento y la explotación del monte. No es muy complicado de hacer, pero hay que tener la voluntad de hacerlo.

La política forestal hay que planteársela para largos periodos. Debe ser estatal o autonómica

NT. ¿Lo podrían coordinar los municipios…que fueran un poco la unidad de gestión….?

EV. La política forestal hay que planteársela para largos periodos. Debe ser estatal o autonómica. Sin embargo, en cada municipio podría haber planes de ordenación forestal que desarrollaran ellos, pero sujetos a una norma general superior. Por ejemplo, debería haber –tal como refleja el estado de abandono del monte gallego- una obligatoriedad de establecer agrupaciones de la naturaleza que fuera, para tratar de ordenar la propiedad y la gestión forestal a aplicar en ellos.  

NT. ¿Hay, entonces, ignorancia por parte de los responsables públicos? ¿O es demasiado benigno el término “ignorancia”?

En el gobierno de España no hay un organismo forestal. Y eso es un problema serio. Más de la mitad del territorio es masa forestal

EV. (Risas) Vamos a ver. Yendo un poco a la base. En el gobierno de España no hay un organismo forestal. Hubo durante 150 años un departamento nacional de montes o similar. Y ahora el sistema forestal está metido dentro del ministerio de Agricultura y no llega a ser ni una dirección general. Y eso es un problema serio. Más de la mitad del territorio es masa forestal.

NT. ¿Y no hay un organismo potente que se ocupe de ordenar y coordinar la gestión de más de la mitad del territorio..?

EV. Lo hubo toda la vida. Ahora no hay ninguna administración nacional de política o planificación forestal.

NT. ¿En qué momento se produce esto?

EV. En 2008 no se constituye una dirección general de montes, o algo parecido. En todos los países hay un organismo forestal nacional. A veces, incluso un ministerio. Y eso deja de existir en los dos últimos gobiernos. Se han abandonado determinados servicios que requieren escala nacional: política general, inventariación, viveros, plagas, hidrología, etc. Todo ha sido transferido a las Comunidades Autónomas, pero sin una referencia y un marco obligatorio común, que además recoja toda la nueva política forestal de la UE.

Es desesperante, porque han visto la luz un Plan de Acción Forestal Europeo, una Estrategia Forestal Europea, la segunda, que es buenísima. Se está tratando de conseguir lo que se llama el Acuerdo Legal Vinculante sobre Bosques –que va a ser el referente continental para los próximos años-. Nada de ello se está aplicando a España. Hay un descontento general del sector forestal con esta realidad. En Galicia han emprendido la redacción de un nuevo Plan Forestal, que ha sido acogido con gran escepticismo por el sector.

NT. ¿El sector está organizado de alguna manera?

EV. El sector está organizado, dentro de lo que cabe, y refleja una decepción profunda: basta con ver las duras declaraciones que hizo no hace mucho el consejero delegado de FINSA, preguntándose para qué un nuevo plan forestal, si no se ha aplicado el vigente y no hay ni información fidedigna de las masas forestales.

NT. ¿No se tiene información?

EV. No. La información que tenemos de Galicia es la del Inventario Nacional, que se hace cada 10 años. No sabemos qué masas forestales tenemos ni en qué condiciones están, o si son aprovechables. Así, difícilmente se puede hacer planificación alguna. Y hablo ya no sólo de la madera, hablo de la biomasa, de materia prima para bio-combustibles, etc.  

NT. El tema de la biomasa, por ejemplo…

EV. Pues hay una gran demanda para ella. En otros muchos países se está aprovechando al máximo, para generar calor y electricidad en pueblos, aldeas, viviendas aisladas, etc. Sería la manera más eficaz de reducir combustible de los montes y defenderlos contra los incendios.

NT. La biomasa, bioenergía, en Galicia no parece haber prendido…

EV. Sin embargo, ése es el futuro. Toda Europa está volcada en la bio-economía. Que básicamente consiste en que, a partir de materia prima agrícola, de residuos, pero sobre todo forestal, crear toda suerte de bio-materiales, bio-plásticos, bio-fueles, etc. 

NT. ¿En la línea de sustituir a los metacrilatos, plásticos..?

EV. Esa es la idea. Emana de las medidas a adoptar contra el cambio climático, mediante el abandono de los combustibles fósiles, y sus derivados. Obliga a buscar alternativas no sólo energéticas, sino de materiales que sustituyan a los no renovables, no reciclables, o con altas emisiones de carbono durante su fabricación. Si tú los sustituyes por bio-madera, las emisiones son casi nulas y el carbono lo tienes secuestrado ahí, incluso mientras lo recicles varias veces, hasta que al final se convierta en biomasa. Con lo cual, el balance es cero. Ésa es la bioeconomía.

NT. ¿Y todo eso está ya en marcha?

EV. Estuve en Budapest en un congreso agro-forestal hace un par años donde se trataron todos estos temas. Por primera vez comenzaron a aparecer las grandes farmacéuticas e industrias químicas centroeuropeas, interesadas en tratar de crear nuevos bio-materiales. En varios de los comités europeos en los que yo participo las orientaciones estrella van por ahí.

NT. ¿Y esto en España cómo está?

EV. Muy incipiente. En Galicia, que dispone del recurso natural base de la bio-economía, podría ser un boom. De hecho, el problema futuro en Europa va a ser satisfacer la demanda de madera, de la que es enormemente deficitaria, como el material básico de todo este sistema.

NT. ¿Y el tema energético?

El desarrollo de la biomasa se quedó congelado con los recortes a las renovables

EV. Igual. Es un tema muy complejo. Pero el desarrollo de la biomasa se quedó congelado con los recortes a las renovables. Digo que es muy complejo porque, cuando la gente oye hablar de biomasa, cree que es competir por la materia prima disponible contra la industria ya instalada. Y cuidado: aquí no sólo tenemos empresas grandes, sino un amplio tejido de pequeños aserraderos, fábricas de muebles, etc.  Estos ya transforman esos ocho millones de metros cúbicos que se cortan al año. Por lo tanto, no se trata de competir por esa misma materia prima, sino de establecer el “uso en cascada”. Este consiste en que, partiendo de la materia prima, utilizas los tramos más rentables para utilizarla en donde mayor riqueza y empleo se genera. El uso en cascada debe orientarse para recursos derivados, aprovechando de cada proceso los propios residuos de los mismos, así como todo lo que es residual: las ramas, el tojo... Eso ha tenido un desarrollo muy importante en Austria, Chequia, Finlandia. No hay un pueblito en ellos que no tenga su pequeña central de biomasa, para calentar o dar electricidad al edificio municipal, a la casa de la cultura, la escuela, el polideportivo, a la piscina…

NT. ¿ENCE o no ENCE?

No hay un país avanzado en el que disponiendo de la materia prima de origen, no tengas toda la cadena de transformación

EV. Lo he dicho en multitud de sitios, artículos y entrevistas. No hay un país avanzado en el que disponiendo de la materia prima de origen, no tengas toda la cadena de transformación. ¿Qué le pasa a Galicia? Que no tiene el final de la cadena, el papel, que lo hemos de traer de fuera. Si tú no tienes el ciclo completo, pierdes un eslabón estratégico de alto valor añadido. Si eliminas el eslabón anterior, la celulosa, sería acentuar las carencias y quedarnos en simples productores de materia prima. En segundo lugar, ¿qué harían los paisanos con los millones de metros cúbicos de eucalipto que anualmente transforma ENCE, previo pago? ¿Los mandamos a Portugal, a Inglaterra? ¿A qué precio?

Por otra parte, llevo 29 años en Galicia y no ha habido unas jornadas –aunque fueran del chorlitejo patinegro- en las que no me hayan preguntado que qué opino del eucalipto. Primero, que es un árbol, no un alien. Como todo árbol es una bomba de agua, que lo que hace es coger agua del suelo y CO2 de la atmósfera, y transformarlo en celulosa. Todos los árboles hacen lo mismo. La ventaja del eucalipto es que, como crece muchísimo, esa transformación la tiene optimizada, de manera que si un roble te produce 3 m3 por Ha. y año en cien años de turno, el eucalipto te produce 25 en 16 años. Por otra parte, publicamos un artículo científico en el que sosteníamos que la mitigación del cambio climático –por esa regla de tres- por los eucaliptos, era mucho mayor que en otras especies. La absorción de carbono que logra es enorme. Estos debates deberían ya estar superados, pero siguen enquistados en la sociedad de una manera demasiado recurrente.


Enrique Valero Gutiérrez del Olmo | Doctor Ingeniero de Montes y Máster en Ordenación del Territorio | Director de la Escuela de Ingeniería Forestal. Universidad de Vigo | Miembro de los Comités Consultivos de Bosques y de Medio Ambiente de la Comisión Europea | Consello Forestal de Galicia, del Consello Galego de Medio Ambiente.

"Miles de delincuentes pegan fuego al monte sin una respuesta policial o judicial eficaz"