viernes. 29.03.2024
BOCH4
Alfred Bosch en su despacho del Congreso de los Diputados. Fotos: Prudencio Morales.

Si Convergencia y Esquerra rompieran pondrían en jaque todo el proceso

Nuevatribuna | Isabel G. Caballero | El Gobierno impugnó la primera consulta convocada por el Govern. Ahora ha vuelto a impugnar la segunda. Convocatoria e impugnación. Convocatoria e impugnación. Parece que se ha entrado en un bucle de difícil salida. Sin embargo, Artur Mas mantiene su intención de que se vote.

Alfred Bosch | Votaremos. Claro que votaremos. Siempre hemos dicho desde el principio que es lo que queremos hacer y sí, lo haremos. Estamos en nuestro derecho, es de justicia. Desde el lado del Gobierno español nos hablan de leyes, nosotros hablamos de derechos y de justicia y creemos que eso es lo que pesa más. Y además tenemos la obligación de responder a la voluntad mayoritaria del pueblo de Cataluña, de obedecer al mandato que nos han dado en las urnas. Hubiéramos preferido hacerlo a la escocesa, y es posible, era posible, lo propusimos hasta 15 veces, la última vez fue la propuesta que llegó de forma solemne desde el Parlamento de Cataluña al Congreso de los Diputados, pero falta voluntad política. No se ha podido hacer un referéndum tal y como estipulan las leyes y las normas, así que tendremos que hacerlo con un poco de imaginación y eso, a veces, es más complicado. Aquí no estamos hablando de votar sobre la existencia de Dios o la pena de muerte, estas cosas morales que a veces se dicen, no, no, es una razón política de cómo los catalanes queremos organizarnos políticamente en el futuro.

Esquerra apuesta claramente por un adelanto electoral, por unas elecciones constituyentes como salida al conflicto.

Nosotros apostamos por la independencia de Cataluña y el camino para llegar es modificable, se puede hablar y se puede adaptar al momento. Queremos llegar a una república catalana de forma democrática y existe la necesidad de que se vote para ver si la población de Cataluña está de acuerdo o no. Entendemos, tal y como el mismo presidente de Cataluña dijo, que tal y como están las cosas la consulta del 9N no va a ofrecer un resultado lo bastante amplio y convincente como para responder a esa pregunta, la pregunta de si la población nos encarga que caminemos hacia la independencia de Cataluña, por todo lo que ha sucedido, porque no lo hemos podido hacer a la escocesa que era claro y nítido. En ese sentido, para avanzar por ese camino, lo que queremos es encontrar la manera de que ese mandato, ese dictamen de las urnas, popular, democrático, se produzca de una forma u otra. ¿Qué nos queda? Pues ya no nos queda mucha cosa, nos quedan unas elecciones para decidir sobre la independencia.

¿Con una candidatura unitaria?

Eso no lo sabemos. Ahora mismo estamos pendientes de la votación del 9N, a ver finalmente cómo se desarrolla, del número de personas que participen, de cuál sea el resultado. Queremos llegar a ese punto para poder tomar mejor la decisión. Pero, de momento, haremos lo que sea más útil para que de forma democrática la gente decida.

Entiendo que el escenario cambiaría si saliera un ‘no’ a la independencia.

Sí cambiaría, claro, tendríamos que frenar. Estamos dispuestos a que eso se pueda producir, por supuesto, precisamente por poner la democracia por delante. Una de las cosas en la que insistimos y que queremos es que la gente que está en contra de la independencia pueda votar con toda libertad, y puedan votar que no, los del sí y los del ‘no’, y ver cuál es el resultado. Lo hacemos también para que puedan votar los que están en contra de la independencia, como Alicia Sánchez Camacho y Albert Rivera. A mi me encantaría que ellos votaron, que se pronunciaran y que también participaran en este ejercicio.

ERC también ha abierto la puerta a apoyar una prórroga presupuestaria si Mas adelanta elecciones a corto plazo. ¿Se está conversando ahora mismo sobre esa cuestión?

Se está hablando de casi de todo para poder avanzar. Lo más importante ahora en Cataluña no son los partidos sino el país, es Cataluña, es la gente, quien compone Cataluña que es quien manda y quien debe mandar. Es un proceso muy popular, hay bastante movilización en la calle, es un tsunami democrático casi. Hay que tener en cuenta todo eso, aunque las relaciones entre partidos pueden ser mejorables, ya después del anuncio de Artur Mas de cambio para el 9N, hubo un cierto clima de tensión, un cierto desencuentro. Pero al fin y al cabo lo que nos interesa es avanzar, que la gente pueda decidir y que eso conforme el futuro de Cataluña, la decisión que tome la gente. Y como eso es lo que se impone, pues al final acabaremos poniéndonos de acuerdo. Hay mucha gente, por ejemplo en Madrid, dentro del Estado, que les encantaría que nos peleásemos y que rompiéramos ya definitivamente porque eso en gran medida dificultaría enormemente este proceso. Si Convergencia y Esquerra rompieran pondrían en jaque todo el proceso. Precisamente por eso no lo haremos, para nosotros es muy importante, ya no es una cuestión de Estado es incluso más importante, es una cuestión para construir un nuevo Estado.

¿Esquerra descarta totalmente la reforma constitucional tal y como está planteando el PSOE?

Con la sentencia del Constitucional sobre el Estatut cayó un meteorito y se extinguieron los dinosaurios

Cuando se habló del Estatuto de Cataluña y en una reforma federal del Estado, en ese momento, nosotros jugamos esa carta. Nos pareció que la apuesta de Zapatero podía ser ambiciosa, esperanzadora. Pero llegó un momento que eso fracasó, el Estatuto quedó políticamente y claramente castrado y con la sentencia del Constitucional cayó un meteorito y se extinguieron los dinosaurios. Ahora, el federalismo, la reforma de la Constitución, son dinosaurios, no existen ya, a nadie le interesa, a nadie le importa, no salen miles y miles de personas a la calle pidiendo una reforma constitucional para el federalismo, no, no, eso ya no está sobre la mesa en Cataluña, ya no es el tema, la gente sale o a favor o en contra de la independencia, y ese es el debate y no nos vamos a echar atrás, si alguien lo quiere impulsar, Pedro Sánchez o IU o quien sea, pues le deseamos mucha suerte, pero nosotros no lideramos ese esfuerzo, ni colideraremos, lo miraremos, e igual sí se puede conseguir algo, pero ese no es nuestro partido ya, en estos momentos ya no lo es.

¿Qué opina sobre la posición que está manteniendo el PSC en el debate soberanista en relación con lo que el PSOE defiende en Madrid?

Me gustaría que el PSC fuera lo que fue durante muchos años, un gran representante del catalanismo político, defendiendo los intereses de las izquierdas catalanistas y eso está en cuestión. Está claramente en Madrid, viendo cuál es el signo de sus votos aquí, o sea, votar en contra de todo lo que sea facilitar la consulta, el referéndum, el derecho a decidir, con alguna excepción, que les ha costado bastante cara, están posicionados. A mí me sabe mal, porque si obedecieran a su esencia fundacional eso nos daría mucha más fuerza, un socio más.  

Pero su esencia fundacional es el federalismo.

Sí, pero pasando por la autodeterminación, por el derecho a decidir. Tal y como se acordó por parte del PSOE en Suresnes, que eso lo perdieron muy pronto, pero tal como también el PSOE de Cataluña ha ido ratificando congreso tras congreso y en las últimas elecciones en Cataluña en 2012 se presentaron con un programa que incluía el derecho a decidir de Cataluña. El derecho a decidir lo interpreto de forma bastante rigurosa y estricta, si queremos decidir nuestro futuro tenemos ese derecho y yo creo que el PSOE en Madrid, y también ahora en el Parlament, no está cumpliendo con su programa, con su tradición, con su pasado.

En cualquier caso está siendo el presidente del Gobierno quien está liderando esta férrea posición en impedir por todos los medios que los catalanes puedan votar.

David Cameron siempre tuvo claro que había que votar

Mariano Rajoy detenta el poder en el Estado español y es el que tiene todos los mecanismos de poder, lo que Max Weber llamaría un monopolio a la coacción del Estado. Es lógico que sea él quien toma las decisiones respecto a cómo se ejerce el poder. Básicamente hasta ahora lo que ha hecho es bloquear, obstaculizar e impedir todo lo que conduzca a un pronunciamiento en las urnas sobre el futuro de Cataluña y parece ser que está decidido a seguir haciéndolo. A nosotros nos parece antidemocrático, trasnochado, arriesgado, poco europeo, creemos que la vía buena es la de David Cameron, de derechas, conservador, unionista británico, pero de profundas convicciones democráticas. Desde siempre tuvo claro que había que votar, que él se arriesgaba, que él haría campaña para seducir a los escoceses a que se quedaran allí. Y la apuesta le ha salido muy bien porque creo que ha hecho lo correcto.

En estos días se han debatido en el Parlamento los PGE de 2015. ¿Considera que suponen un nuevo agravio a Cataluña?

Desde hace bastantes años sí, claro que sí. Son bastante similares a los del año pasado pero van acumulando y cada vez es peor. La contribución fiscal de Cataluña al Estado este año es en torno al 23%, el peso económico de Cataluña es en torno al 19,5%, la población de Cataluña es en torno al 16%, inversiones del Estado en Cataluña son del 9,5%, y eso año tras año, un año cuadra un poco más por aquí y otro cuadra un poco más por allí pero es así. Económicamente hay una discriminación patente, obvia, solo hay que mirar los números.

Y cómo contempla una Cataluña independiente dentro de la Unión Europea. Precisamente hoy Rajoy ha venido a dar cuenta del último Consejo Europeo y usted le ha afeado que no abordara la cuestión de Cataluña.

Lo he intentado… cada día me quiere menos, y yo le aprecio muchísimo.

¿Sí?

No, no, no, personalmente no tengo nada contra Rajoy ni contra ningún otro diputado, solo discrepancias en las ideas, en el ejercicio de la política. Me cuesta mucho creer, y es lo que le he destacado, que en Bruselas, cuando se celebran estas cumbres, no se hable de este tema, cuando es el tema más importante que tiene Rajoy sobre la mesa, y en cambio sí que hablan del ébola, crisis que ya ha pasado en gran medida, hablan de Ucrania, de Moldavia y no hablan de Cataluña. De verdad que me cuesta mucho imaginar que realmente estas reuniones son tan marcianas como para no hablar de algo que pesa tanto. En cualquier caso nuestra aspiración es estar presentes como cualquier otro miembro de la UE en ese Consejo Europeo y tener la misma participación y las mismas oportunidades que cualquier otro Estado, es algo de sentido común. Lo que no puede pretender Rajoy, y Europa mucho menos, es que la independencia de un país solo se pueda conseguir a través de un conflicto, porque los incentivos hay que colocarlos del lado de la democracia. Si es un proceso limpio, democrático, participativo, pacífico y cívico, la UE tiene que respetarlo. Pero bueno, vamos a ponerle paciencia porque por el momento no parece que sea el criterio dominante.

Usted es el candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona después de ganar en unas primarias. Con su formación por delante en los sondeos de intención de voto y las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, ¿cuáles son sus expectativas?

Ya veremos en qué contexto se producen esas elecciones, puede ser que haya anticipadas catalanas, plebiscitarias o no, las municipales podrían coincidir, podrían tener un aire plebiscitario si antes no se han celebrado otras. Todo está bastante abierto.

¿Pero en qué medida cree que afectará la aparición de Guanyem con Ada Colau como líder y la irrupción de formaciones políticas nuevas, como Podemos, que ha tomado un gran impulso y que podría presentarse en alianza con plataformas ciudadanas, también en Cataluña y en Barcelona?

Con Podemos compartimos muchas cosas

Ahí ha irrumpido un factor muy potente y le damos la bienvenida porque es una fuerza política con la que compartimos muchas cosas, esa voluntad de renovación política, de cambiar las cosas, de cambiarlas desde abajo, de incorporar a la política gente del activismo, gente de la sociedad civil, como es el mismo Junqueras, o Terricabras en Europa o un servidor. Como mucho, hace un par de años que nos dedicamos a la política, pero compartimos esa noción de entrar en política para aportar lo que hemos aprendido en otras partes del mundo y enriquecer así y dinamizar la política. Son grupos que podíamos situar en la izquierda alternativa y eso es necesario. En Barcelona es necesario. Porque en Barcelona, como tantas otras ciudades, tiene un índice de desigualdades, de injusticia social muy preocupante, que nos remonta a los años 70, al momento predemocrático, hay ayuntamientos predemocráticos, con un nivel de diferencias sociales que es casi franquista. La pregunta entonces es, ¿lo habremos hecho bien a lo largo de estos 35 años?, porque es bastante triste. La administración podía haberlo hecho mejor para evitar, para predecir estos problemas. En una misma ciudad nos encontramos con dos mundos. Hay barrios enteros en Barcelona cuyas rentas familiares son la séptima parte de lo que son en otros barrios. Está el primer mundo y el tercer mundo casi en la misma ciudad. La esperanza de vida, también según los barrios, es muy distinta. Cuanto más vayamos arrastrando hacia la izquierda, hacia la sensibilidad social, hacia la preocupación, los problemas de vivienda, de paro, de nutrición incluso infantil, mejor, cuanto más apretemos para centrar la sensibilidad social en el debate, mejor, porque eso hay que solucionarlo, hay que ayudar a mucha gente a salir del pozo.

¿Empujar en esa misma dirección puede materializarse en alianzas no solo poselectorales sino también preelectorales?

En el caso de Cataluña, Guanyem está en conversaciones con otros partidos, con Iniciativa, con la CUP, con Podemos. En el caso de Esquerra tenemos buenas perspectivas por lo que parece, y estamos hablando, pero es difícil que lleguemos a acuerdos preelectorales. Acuerdos generales, puntuales después de las elecciones sí los veo, los veo en casos muy obvios como es la regeneración democrática. Igual hay discrepancias, pero en las cuestiones éticas y sociales principales hay mucha coincidencia. No veo imposible llegar a acuerdos. Está claro que nosotros y la izquierda alternativa en general nos presentamos como alternativa al alcalde de Barcelona, Xavier Trías, y como alternativa a Convergència i Unión y al centro derecha. Tenemos eso muy claro, yo no soy alternativa de Ada Colau o de Iniciativa porque no mandan, somos alternativa a los que están mandando ahora. Lo que no haremos es poner puertas al campo y autoimponernos obstáculos, estamos hablando con todo el mundo, y la posibilidad de llegar a acuerdos para gobernar y mejorar la ciudad de Barcelona, de todos los que somos alternativas de izquierdas a Xavier Trías, está bastante cerca.

¿Cuáles son sus principales propuestas como candidato a la alcaldía de Barcelona?

La ciudad de Cataluña que está más interesada con la independencia es Barcelona 

Queremos que Barcelona sea capital y esto conecta con la idea de que buscamos la republica catalana y creemos que Barcelona tiene que ser una capital europea como cualquier otra. En aparte, eso es lo que ha buscado siempre, cuando hace exposiciones universales, cuando hace los Juegos Olímpicos. Barcelona, esporádicamente, de forma cíclica, va buscando ese rol que de alguna forma históricamente le ha faltado. Pero también queremos que sea capital de la justicia social, capital del bienestar, capital de la ocupación y del empleo y capital de los servicios sociales, de los hospitales, de las guarderías, de las escuelas, de la enseñanza en general. La idea que tenemos de las buenas capitales son las escandinavas. Una ciudad puede ejercer de polo de atención, puede tener un gran aeropuerto, grandes conexiones, grandes empresas, embajadas, y al mismo tiempo ser una ciudad que se preocupa mucho por al gente, por la calidad de vida y que combina la amabilidad del barrio con la ambición de la gran capital. Eso es un poco el modelo de ciudad que tenemos, no rechazamos ninguna de las dos cosas, ni decimos que Barcelona debe de dejar de ser la gran metrópoli porque lo es y nos gusta que lo sea y eso da oportunidades, pero tampoco decimos que los barrios que tienen mucha personalidad en Barcelona, como Gràcia, Sant Andreu, el Bon Pastor, tengan que dejar de ser como la comunidad popular, como un pueblo dentro de la gran ciudad. Ese carácter de confederación de pueblos y de villas también existe en Barcelona. Y nos gusta que sea así porque eso da más proximidad, ayuda a tejer redes de solidaridad de barrio, familiares, asociativas, y ayuda mucho con los problemas que se viven, con la crisis que estamos afrontando. Una de las razones por las cuales la gente no sale a quemar contenedores es porque hay una cierta red de solidaridad de barrio, de vecindad, que aguanta bien los empaques de la economía. Tenemos esas dos barcelonas, las dos están ahí, a las dos las queremos, la cosmopolita, internacional, capital o con anhelo de capital ambiciosa, y la que vive en la calle, en los parques, en las guarderías, que es la que sufre más ahora. Seguramente la ciudad de Cataluña que está más interesada con la independencia es Barcelona porque las oportunidades que llegaría a tener serían enormes.

¿Qué le parece lo que ha sucedido con Xavier Trias y la información de El Mundo apuntando a que tiene cuentas en Andorra y Suiza?

Él lo ha desmentido rotundamente. Creo que el ABC se negó a publicar la noticia…, no lo sé. Lo que quiero es que sepa la verdad y como alcaldable, como diputado, como ciudadano, me molesta mucho tanto que la gente robe como que se fabriquen informaciones para perjudicar a la gente. Las dos cosas me parecen tremendas, detestables y rechazables. Me gustaría saber qué ha pasado, la verdad, que se investigue hasta el fondo y que se haga rápido. Él ha sido tajante, ha presentado una querella y me gustaría que se resolviera con solvencia, pero lo antes posible y afrontar el periodo electoral en Barcelona totalmente aclarado, sería lo más saludable para todos. No quisiera ir a unas elecciones en Barcelona con este tema todavía colgando por ahí, con dudas sobre esta información, eso no es bueno para nadie. Aquí hay que hablar de proyectos, de qué tipo de ciudad quiere cada uno, ese es el debate que debe darse en política.

¿Cómo está viviendo la sociedad catalana el presunto y millonario fraude de Jordi Pujol? ¿Cómo es posible que este asunto no haya saltado hasta ahora?

Jordi Pujol también forma parte de todo ese entramado, de la España que sale de la Transición

El Estado tiene servicios de información, mecanismos. La misma unidad de investigación financiera, la UDEF, los tribunales, tienen instrumentos. Estamos hablando de un tema que arranca en los años 70. La pregunta es porqué el Estado no ha hecho sus deberes. Me gustaría que este tema se hubiera limpiado y hubiera salido ya hace bastantes años. Nosotros siempre hemos pedido luchar contra la corrupción, que se diga la verdad, limpiar todas las malas prácticas, en política, en todas partes, siempre que ha asomado una pequeña cosa en nuestro partido hemos actuado con mucha contundencia, siempre, lo poquísimo que ha salido. La condición humana a veces lleva a los excesos y a los abusos en todos los ámbitos, en política y en todos los ámbitos de la vida humana pero hay que actuar y actuar con rotundidad y todavía más en un momento en que nosotros queremos construir un nuevo país. Es el momento para limpiar más y más a fondo porque queremos entrar bien, porque queremos hacerlo mejor, no queremos tener un Estado independiente, una república catalana para que sea peor que lo que estamos viendo ahora. Lo primero que tenemos que hacer es ponernos a trabajar y ayudar para que la corrupción se erradique de forma muy rápida y contundente. Que se conozcan cosas de la monarquía que hace tres o cuatro cinco años eran impensables que salieran y están saliendo, es muy bueno. Fíjese, las dos grandes instituciones del Estado que son la Jefatura del Estado y el Gobierno del PP, están bajo sospecha, se están investigando, están en procesos judiciales mayúsculos, colosales. Pues bien, vamos a ponernos a limpiar y Jordi Pujol también forma parte de todo ese entramado, de la España que sale de la Transición, del Estado de las autonomías y que ahora estamos viendo que tenía sus problemas ocultos, que hay que destapar y limpiar.

Precisamente el impulso que están tomando nuevos agentes políticos o fuerzas políticas como la suya responde al hartazgo de la ciudadanía y la constatación de una crisis del propio sistema, ¿no cree?

El recambio es bueno porque el envejecimiento en política es perjudicial y a veces la rotación es saludable porque impide que haya ciertas tentaciones. Cuando alguien se eterniza en el poder las tentaciones van creciendo. La alternancia es siempre mejor, ayuda a evitar, a luchar contra algunos de esos abusos. Si la alternancia incluye que tengamos una buena perspectiva, la gente que pensamos de una determinada manera, que tenemos un sueño, que tenemos un proyecto, que lo hemos tenido mucho tiempo y que ahora vemos nuestra oportunidad, pues estoy más contento porque es mi opción, ¿no? Y la comparto con mucha gente. La alternancia es de por sí buena y si en este caso favorece a tus convicciones pues lógicamente todavía lo aprecias más. 

“En Cataluña solo nos quedan unas elecciones para decidir sobre la independencia”