jueves. 18.04.2024

Moody's sigue al ataque: ahora le ha tocado el turno a Portugal. El mecanismo que aplica es sencillo: un oscuro empleado de la agencia, al dictado de sus responsables, emite un comunicado -un simple correo electrónico, un papelillo- que tiene la virtud de dañar las expectativas de un país entero -Portugal en este caso- y de otros más de rebote: Irlanda, Italia, España... Anuncio que se hace siempre coincidiendo con una subasta de deuda –la portuguesa- o en la víspera de la misma –la española-.

Se repite el esquema: Plan de Ajuste, rebaja de la calificación de la deuda, nuevo Plan de Ajuste, y así en un bucle infernal que paga con creces la ciudadanía.

Moody's sabe bien lo que hace: alarmar para hacer ganar dinero a espuertas a quienes tienen grandes cantidades de disponible para especular comprando deuda rebajada, que se hace más cara en sus intereses con cada una de las descalificaciones, y, de paso, golpear al euro, que incomoda al dólar norteamericano y a la libra esterlina como monedas de reserva y cambio.

Todas o casi todas las notificaciones bajistas de Moody's y sus hermanas de correrías -todas con nombres ridículos o provocadores, por cierto- se dirigen a países continentales de la eurozona.

Pues, a pesar de la insostenible situación financiera de los Estados Unidos -que no deja de emitir dólares dándolo a la máquina de hacer billetes y está al borde del colapso fiscal- o de la monstruosa deuda británica (varias veces la española), ni Washington ni Londres son recalificados. A lo sumo, reciben alguna admonición con preaviso, poco más.

Las agencias tienen una responsabilidad que ya pasa de castaño oscuro. Hasta el propio Presidente de la Comisión Europea, Barroso, ha tenido que decirlo esta vez, con el PSD gobernando en Lisboa aplicando más allá de lo acordado un Plan de Ajuste bastante más duro del que rechazó estando en la oposición a propuesta del Partido Socialista, por cierto.

¿Qué hacer además de lamentarse?

Es sencillo y solo requiere voluntad política y pragmatismo al tiempo: crear una Agencia Europea de Calificación de Deuda, emitir eurobonos y, a medio plazo, sustituir deuda por imposición progresiva.

Otra sugerencia: que la Comisión Europea inicie un procedimiento de investigación formal sobre las agencias de calificación para comprobar su funcionamiento e intenciones y, en caso de graves violaciones de la libre competencia y del mercado único, actuar en consecuencia y con todas las consecuencias, incluyendo acudir a los tribunales.

Pero hay una cosa más.

Si cada vez que las agencias lanzan el bulo –afirmación infundada- contra un país, los medios de comunicación del mismo lo reproducen sin más como primer titular, les están haciendo el juego que desean. ¡Responsabilidad, por favor!

Plantar cara ya a Moody's y Cía