martes. 23.04.2024

Montilla reconoce que el electorado del PSC ha echado en falta un discurso de izquierdas

El presidente de la Generalitat en funciones hace autocrítica tras la derrota del PSC en las autonómicas catalanas. Montilla cree que su partido aún está en condiciones de dar la batalla en las municipales de 2011 y aunque elude culpar al PSOE y a Zapatero del resultado electoral del 28N reconoce haber tenido "desencuentros serios" con el Gobierno central.

Montilla dejará de ser líder de la oposición


nuevatribuna.es | agencias 30.11.2010

José Montilla ha negado que quiera dirigir su relevo como primer secretario del PSC y controlar el relevo que se hará en la cúpula del partido después de que en las elecciones autonómicas de este domingo los socialistas catalanes cosechasen el peor resultado de su historia.

"Los relevos los decidirá el congreso. Yo no quiero dirigir este proceso, yo quiero ayudar y no dirigir", ha recalcado Montilla en declaraciones a TV3, al preguntársele sobre por qué se mantendrá al frente de la primera secretaría del partido hasta el congreso ordinario que hará el PSC dentro de un año.

Montilla ha indicado que el PSC está en condiciones de ganar los municipales, que son dentro de seis meses, aunque ha asegurado que para que ello sea posible deberán "hacer los deberes", algo que ya han empezado a hacer.

"Hace dos años y medio tuvimos un resultado espectacular en las generales y también ganamos las europeas, y hemos perdido las autonómicas. ¿Esto significa que las siguientes también debamos perderlas? En absoluto", se ha preguntado Montilla.

"Un resultado como el de las autonómicas no ayuda, pero este resultado no predetermina las elecciones municipales", ha dicho Montilla, quien ha recalcado que las municipales pueden ganarse.

Montilla sí que ha admitido que los alcaldes socialistas están preocupados: "Si no lo estuvieran serían unos irresponsables", aunque es la crisis económica y no las elecciones municipales lo que les lleva más dolores de cabeza.

Ha declinado referirse sobre el futuro político de Jordi Hereu y también sobre las especulaciones de eventuales sustitutos, y ha recalcado que el PSC debe hacer un gran esfuerzo para la renovación.

Lo hará en un congreso se convocará tras las municipales, por lo que será una convocatoria ordinaria, y no antes, porque entonces sería un cónclave extraordinario.

Montilla ha dicho que en el congreso cualquier asunto puede ser debatido, incluso si deben cambiarse las relaciones entre PSC y PSOE: "Los relevos los decidirá el congreso, y los representantes de los afiliados decidirán la orientación, el proyecto y la dirección" que debe tomar el partido.

CRITICAR A LOS SOCIOS NO SERÍA "LEAL"

Ha admitido que el PSC no ha logrado que su entorno más cercano acuda a las urnas, y ha rechazado culpar de la debacle socialista a sus socios de ERC e ICV-EUiA, porque "no sería ni leal ni honesto".

Montilla también ha hecho autocrítica de su mandato al frente de la Generalitat: "En determinados momentos debería haber tomado algunas decisiones para reforzar la cohesión y el liderazgo".

Entre estas decisiones, mejorar la comunicación, destacando que el tripartito debería haber tenido un conseller portavoz, aunque también ha dicho que ha habido elementos externos a la situación política catalana que han pasado factura al PSC, como la crisis económica.

Por otra parte, en declaraciones a la emisora Rac1 recogidas por Europa Press, Montilla ha indicado que en la noche electoral recibió una llamada "amable" del conseller de Economía y Finanzas Antoni Castells, quien no estuvo presente en la comparecencia ante los medios de domingo tras la derrota y que se ausentó en la reunión de la ejecutiva del lunes.

NO ECHA LA CULPA NI AL PSOE NI A ZAPATERO

Por otro lado, Montilla, ha rechazado culpar al PSOE y al presidente del Gobierno de su derrota en las elecciones catalanas y al preguntársele sobre si Zapatero está amortizado, ha dicho: "quien se presentaba en estas elecciones soy yo".

Pese a que no le culpa, Montilla sí que ha dejado claro que durante su legislatura como presidente de la Generalitat, ha mantenido con el Gobierno central "desencuentros que son conocidos".

Montilla ha dejado claro que él hace plena autocrítica, y lo que no hará es "buscar culpables" en los otros, sino que asume responsabilidades por el mal resultado, que empiezan por él mismo.

En este sentido, y al preguntársele sobre si las catalanas reflejan que Zapatero esté amortizado, Montilla ha dicho: "Quien se presentaba en estas elecciones soy yo", no el presidente del Gobierno.

Montilla, además, ha subrayado que en esta campaña, la presencia de Rodríguez Zapatero ha sido "normal", ni superior e inferior al a que han tenido los secretarios generales del PSOE en las elecciones catalanas.

En cuanto a la gestión del PSOE en el Gobierno, Montilla ha dicho: "Me hago cargo de las dificultades que tiene --Rodríguez Zapatero-- para gobernar España, porque sé las dificultades que ahora tiene gobernar Catalunya".

Ha admitido sus "desencuentros, y serios" entre el gobierno central y catalán, pero ha dicho que, incluso en estos episodios, Montilla ha tratado de ponerse al lugar del otro y huir de la crítica fácil.

REACCIÓN DEL PSOE

Montilla también ha sido preguntado sobre la reacción que han tenido a las elecciones catalanas la dirección y los barones del PSOE, quien la han interpretado como un castigo a la alianza entre socialistas y ERC e ICV-EUiA, y que haya primado la cuestión nacional y no el eje izquierda-derecha.

Sobre estas tesis, Montilla ha dicho que se da una "paradoja", que es que mientras que en el resto de España hay quien ha atribuido la derrota a que el PSC se ha subordinado a ERC, en Catalunya hay quien piensa todo lo contrario, que el tripartito ha actuado supeditándose a los intereses del PSOE.

Lo que sí que ha admitido Montilla es que "es verdad que el electorado del PSC ha echado en falta un discurso de izquierdas" más consolidado dentro del Govern, algo que han dicho militantes del PSC en los múltiples actos en los que ha participado.

Montilla reconoce que el electorado del PSC ha echado en falta un discurso de izquierdas