jueves. 28.03.2024
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Iglesias a Rajoy: “Le veo un poco ventrílocuo, utilizar el comodín de Venezuela revela que usted no está en su mejor momento parlamentario”

Durísimo enfrentamiento el protagonizado entre el presidente del Gobierno y el líder de Podemos en el debate de la moción de censura que arrancó este martes en el Congreso de los Diputados. El aperitivo de los exabruptos de Mariano Rajoy ya fue degustado horas antes por la portavoz parlamentaria de la formación morada, Irene Montero, a la que acusó de querer “dar el espectáculo” con una moción “chusca” y “pintoresca” que lo único que busca es la “agitación social”. Rajoy arrancaba así los primeros aplausos de una bancada popular visiblemente aburrida y con el gesto torcido de los ministros cuando sus nombres sonaban en el relato hecho por Podemos contra la corrupción del PP y sus tejemanejes de poder.

“Sospecho que no tiene usted hoy su mejor día”, ironizó Pablo Iglesias en su réplica al presidente del Gobierno. El reloj marcaba las 16:30 horas de la tarde. Sus señorías llevaban sentados en sus escaños casi ocho horas seguidas. La moción de censura de Unidos Podemos contra Rajoy alcanzaba su cenit y el líder de Podemos, tras una primera y exhaustiva intervención en el hemiciclo, empezó a desmontar el argumentario de Rajoy, un discurso prefabricado, a juicio de Iglesias, más acorde con los modos del portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando (que se removía con una risa nerviosa desde su asiento), y de la caverna mediática, que del jefe del Ejecutivo.

De ahí la extrañeza, aseguró en más de una ocasión Iglesias, al escuchar a Rajoy la artillería que le tenía preparada y leída sin ni siquiera haber escuchado antes lo que el candidato alternativo tenía que decir. Y fue mucho. Mientras Montero basó su intervención en dibujar en detalle la “trama” de corruptelas que asolan al PP, Iglesias planteó, durante casi tres horas, todo un programa de gobierno con propuestas muy detalladas. Pero Rajoy obvió dar respuesta ni a lo primero ni a lo segundo centrando sus intervenciones en atacar una y otra vez a Podemos y a su líder con argumentos que, según Iglesias, bien podrían ser los utilizados por medios como Intereconomía o 13TV: populismo, Venezuela…

Rajoy comparó a Iglesias con Marie Le Pen, le acusó de querer hacer una “lectura torcida” de la historia; de necesitar “ese estilo desabrochado, esa palabrería inflamada y esa indignación que gasta habitualmente”; de utilizar el Parlamento para “montar el pollo”; de querer “romper la cara a los fachas con los que discute en la televisión”; de “amenazar” y “amedrentar” a periodistas; de defender los escraches; de esgrimir una “liturgia redentora, un “manto de marginalidad y rupturismo…”. Para concluir afirmando que Iglesias “no debe ser presidente del Gobierno” porque “sería letal para el bienestar general y para el modelo de convivencia que nos hemos dado”, todo un “peligro”, afirmó.

Pero Iglesias no se dejó arrinconar contra las cuerdas de esta batalla dialéctica pasando a desmontar uno tras otro todos los argumentos de un Rajoy cada vez más desinflado a medida que iban pasando las réplicas. Hasta ocho. El líder de Podemos contrapuso la acusación del presidente del Gobierno sobre que no era de fiar, recordando los cargos del PP inmersos en procesos de corrupción: “No sé yo si alguien con tantos amigos en la cárcel es muy de fiar”, dijo provocando los aplausos de su grupo parlamentario. Le afeó que presumiera de respeto al Parlamento cuando el PP utiliza el veto parlamentario siempre que viene bien a sus intereses y le acusó de no respetar la división de poderes tras los escándalos en Justicia y las noticias desveladas sobre las cloacas del Estado. El secretario general de Podemos sacó a relucir la ‘ley mordaza’ para destacar la falta de respeto del PP ante los derechos y libertades públicas; e ironizó sobre los escraches citando algunos escándalos como el de Rodrigo Rato: “Delincuentes amigos suyos tienen más que nadie”, afirmó.

Iglesias reprocha a Rajoy su discurso prefabricado con argumentarios de la caverna