jueves. 28.03.2024
bescansa

Durante el otoño de 1991, la entonces diputada de Izquierda Unida Nines Maestro acudía al Congreso de los Diputados con su bebé recién nacido, para amamantarlo

Ha sido la imagen del día. Carolina Bescansa, diputada de Podemos, acudió al Congreso junto a su bebé de seis meses al que ha dado de amamantar desde su escaño y con el que ha subido con él en brazos para depositar su voto en la primera votación para elegir al presidente del Congreso.

No es la primera vez que la número tres de la formación morada acude con su pequeño a la Cámara Baja, lo hizo el pasado 6 de diciembre, durante el acto institucional con motivo del aniversario de la Constitución y continuó haciéndolo durante la campaña en distintos actos públicos, un gesto alabado por su jefe de filas Pablo Iglesias que este martes incluso cogió en brazos al niño.

La imagen ha resultado chocante para algunos diputados, periodistas e invitados que dirigían sus miradas al escaño de la dirigente de Podemos. Sin embargo, no es la primera vez en España que una diputada acude con su hijo a un parlamento, una práctica habitual en los países nórdicos. Así lo hizo en 2015 la diputada en la Asamblea de Madrid Mónica García, también de Podemos; o la senadora del PSC Yolanda Pineda en un pleno del Senado en 2012. Y no digamos en el Parlamento Europeo donde la eurodiputada danesa Hanne Dahl acudió con su bebé en 2009; o la italiana Lizia Ronzulli en 2010, una fórmula –coinciden en manifestar las protagonistas- que busca conciliar vida laboral y familiar.

Pero aún hay un antecedente más lejano. Durante el otoño de 1991, la entonces diputada de Izquierda Unida Nines Maestro acudía al Congreso de los Diputados con su bebé recién nacido, para amamantarlo, y también llevó a su pequeño al XIII Congreso del PCE, en diciembre de aquel mismo año.

¿Y por qué no? Porque más que chocante debería parecernos absolutamente normal y más ahora que se abre un nuevo tiempo político cuyas primeras pinceladas se vieron en esta sesión parlamentaria que inaugura la XI Legislatura, llena de colorido e infinitamente menos tediosa (eso se augura) que la vivida bajo el rodillo parlamentario del PP. Demos por ello la bienvenida a este tipo de gestos que buscan la foto, sí, pero para remover conciencias. Además, el bebé de Bescansa se portó muy bien, no dio nada de guerra ni entorpeció la labor parlamentaria, y hasta logró un voto en una papeleta que rezaba 'el bebé de Bescansa'. Voto nulo, claro.

La diputada de IU que hizo lo mismo que Bescansa… hace 25 años!!