viernes. 29.03.2024
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España ocupa el puesto 15 de la UE en los tipos máximos en el IRPF

Los Técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha, calculan que la subida del IRPF afectaría al 0,46% de los declarantes, es decir, a 90.788 personas; después de que el Gobierno se haya mostrado dispuesto a elevar este impuesto a las rentas superiores a los 150.000 euros para recaudar unos 400 millones de euros. Asimismo, estiman que los afectados deberían pagar cada año una media de 4.400 euros más, lo que se traduciría en un incremento del 2,1% de su factura fiscal.

Afectados por el preacuerdo alcanzado entre Hacienda y Unidos Podemos

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Fuente: Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA) a partir de las estadísticas del IRPF 2016

No obstante, la recaudación que se lograría con esta medida podría aumentar en otros 1.500 millones si se alcanzara un acuerdo para equiparar la tributación de las rentas del ahorro con la de la renta general para quienes perciban rendimientos del capital de más de 50.000 euros e ingresen rentas totales por encima de los 150.000 euros, según apuntan las negociaciones. En este caso, los técnicos señalan que estarían afectados únicamente el 0,44% de los perceptores de las mayores rentas del capital, 86.198 personas, quienes abonarían un pago adicional de unos 17.300 euros, lo que supondría un aumento del 15,7%.

Impacto de equiparar la tributación del ahorro con la de la renta general

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Fuente: Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA) a partir de las estadísticas del IRPF 2016

Los Técnicos del Ministerio de Hacienda aseguran que hay margen para elevarlo y defienden crear tres nuevos tramos por encima de los 60.000 euros actuales: en los 120.000, 175.000 y 300.000 euros

De forma paralela, Gestha considera que esta medida reduciría la dualidad actual del IRPF, por la que 8.481 afortunados perciben rentas del capital de casi 900.000 euros de media, pagando menos de un 23% con el privilegiado régimen tributario de las rentas del ahorro.

Sin embargo, advierte de que en el IRPF quedaría el fleco de reducir las ventajas fiscales que ofrecen los planes de pensiones, que son regresivas al disminuir la progresividad del impuesto y concentrar las mayores aportaciones en las rentas más altas; y que actualmente tienen un coste para el Tesoro de unos 2.000 millones en la parte estatal y autonómica. Y es que las transferencias que se realizan a estos productos de ahorro e inversión constituyen la herramienta preferida por las mayores rentas para reducir la progresividad de su base imponible, de manera que en 2016 casi la mitad de las aportaciones corrió a cargo de Hacienda.

Por otra parte, España ocupa el puesto 15 de la UE en lo que se refiere a los tipos máximos de gravamen en el IRPF. De hecho, el FMI aseguraba en un informe publicado en octubre del año pasado que las tasas de tributación marginal aplicadas a quienes ganan el máximo tendrían que ser significativamente más altas que las actuales, que han venido retrocediendo basándose en un supuesto efecto negativo de la progresividad sobre el crecimiento que no se corresponde con los resultados empíricos; y concluyendo que las economías avanzadas con niveles relativamente bajos de progresividad en el IRPF pueden tener margen para subir las tasas impositivas marginales máximas sin mermar el crecimiento económico.

Precisamente por ello, Gestha defiende crear tres nuevos tramos en el IRPF por encima de los 60.000 euros actuales, situándolos en los 120.000, 175.000 y 300.000 euros, tal y como hizo el Gobierno del PP en el periodo comprendido entre los años 2012 y 2014.

Según el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, “existe un claro margen para esta subida de impuestos”, pues la brecha de presión fiscal española con respecto a la UE-28 se sitúa, anualmente, en los 61.798 millones, y asciende hasta los 75.822 millones respecto a los 19 países de la zona euro.

La subida del IRPF afectaría a menos del 0,5% de los declarantes