¿Por qué se retrasa la publicación de la información relativa a los delitos fiscales denunciados? Sospechamos que porque se oculta una nueva caída de los delitos fiscales descubiertos
El año 2017 fue el segundo ejercicio consecutivo, y el tercero de los últimos cinco, en el que cayó la recaudación de la lucha contra el fraude fiscal, tal y como demuestran los datos publicados por la Agencia Tributaria (AEAT), de los que se desprende que durante el pasado ejercicio se ingresaron 14.792 millones de euros, es decir, un 0,6% menos.
Independientemente de cómo se pinten las cifras y del periodo de tiempo con el que se haga la comparación, lo cierto es que la AEAT no está librando con éxito esta batalla. Máxime a lo largo del último lustro, coincidiendo con la etapa bajo la actual dirección. Los resultados no remontan desde el récord alcanzado en 2015, cuando casos tan sonados relacionados con el fraude fiscal -como el de los Papeles de Panamá o el de los Papeles del Paraíso- no han dejado de sucederse.
Las cifras evidencian que el modelo de lucha contra el fraude se está agotando y que urge su renovación. Pues bien, por cada euro que ingresa la AEAT en esta batalla quedan casi cinco pendientes de cobro, por lo que urge articular un plan realista y eficiente con el que recaudar hasta 40.000 millones de euros a medio plazo y reducir ese 25% al que, prácticamente, asciende la economía sumergida en España.
Ese plan, no obstante, obliga a reorganizar la AEAT y la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) para mejorar el control del gasto público y reforzar la lucha contra la corrupción. En este sentido, también sería necesario hacer las estructuras más horizontales y compartir en mayor medida la capacidad de decisión. De igual modo, habría que aumentar las responsabilidades de la plantilla y dotarla de más medios. Y es que actualmente tenemos menos de la mitad de efectivos que la media en el resto de países de la UE y de la OCDE. Así, en España trabaja un funcionario de la AEAT por cada 2.000 contribuyentes, cuando en otros países hay un miembro por cada 800 o 900 personas.
En este sentido, y en cuanto a los resultados de la inspección se refiere, la deuda liquidada el año pasado fue un 10% inferior a la de 2010, mientras que el importe medio de la deuda liquidada por contribuyente se desplomó un 20% con respecto a ese mismo ejercicio. Esa caída, que suponen 51.888 euros menos, refleja dónde está el foco y deja en evidencia la decisión de la AEAT de adscribir al 80% de la plantilla el control de particulares, autónomos, microempresas y pymes, y al 20% restante la investigación de las grandes empresas y fortunas; así como la tendencia de la AEAT a realizar básicamente investigaciones parciales.
Por otra parte, entre los motivos que complican la detección de fraudes superiores a los 120.000 euros y que, por ende, contribuyen a los malos resultados de recaudación, se encuentran las limitaciones de las competencias de los Técnicos de Hacienda, que les impiden concluir los expedientes de delitos, simulaciones, conflictos o fraudes de ley que detectamos.
Sea como fuere, los técnicos de Hacienda advertimos, un año más, de que la dirección de la AEAT esconde detalles relevantes para evaluar unos resultados que, de por sí, caen por su propio peso. ¿Por qué se retrasa la publicación de la información relativa a los delitos fiscales denunciados? Sospechamos que porque se oculta una nueva caída de los delitos fiscales descubiertos, lo que mostraría otro fracaso más en la detección de los fraudes más sofisticados, tras los que más ingresos podrían obtenerse. Y que tan bien vendrían para cuadrar las cuentas sin meter la tijera en el gasto, ni recortar el cada vez más cuestionado bienestar de los españoles.
Contesta Carlos Cruzado
Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)
