El primer ministro griego, George Papandreu, que se enfrenta a un voto de confianza que él mismo solicitó para refrendar la confianza del sistema político griego en su mandato, defendió la intervención del Fondo Monetario Internacional en el proceso de recuperación económica y pidió a todos los griegos que presenten una imagen de unidad, porque "las divisiones no ayudan".
"No por pedir al FMI que abandone el país se van acabar los problemas", señaló. "El Fondo y la Unión Europa desean que Grecia se levante por sí misma", añadió, y recordó que las reservas de efectivo de Grecia se agotarán pronto sin la ayuda de ambas instituciones.
De este modo, el primer ministro apeló al Parlamento para que respalde al nuevo Gabinete a través de las durísimas reformas económicas que Grecia tendrá que aplicar a instancias del FMI y del Banco Mundial; un nuevo gobierno que "corregirá las injusticias que aparecieron la hora de poner en marcha el primer plan de rescate".