jueves. 18.04.2024
ECONOMIA-INFORMAL

Los investigadores de BBVA Research Victor Adame y David Tuesta han publicando recientemente un estudio riguroso y en profundidad sobre el cálculo real y el impacto en la economía de los países de la llamada economía informal o economía sumergida.

 El objetivo de dicho  trabajo es realizar una aproximación estadística detallada que permita identificar la importancia de estos factores considerando estrategias econométricas relevantes, empleando diferentes muestras de más de 160 países.

Entre las conclusiones que  evidencia el artículo se indica en primer lugar  que mejorar las instituciones sociales, o al menos positivar la percepción por parte de los ciudadanos sobre las mismas, redunda en una menor economía informal.

Si la percepción de los ciudadanos sobre el comportamiento de las autoridades y el buen hacer de las instituciones es correcto esto deriva en una disminución de la economía sumergida

Además, la calidad regulatoria y jurídica, así como una menor sobrerregulación en la empresa son factores importantes que influyen en el tamaño de la economía sumergida. Esto no implica que la regulación laboral conduzca a la actividad informal. De hecho, demostramos que la indemnización por despido (seguridad en el trabajo) incentiva la oferta laboral de ser contratada en el sector formal o a ejercer presión para ello a medida que aumenta el tiempo de permanencia en las empresas, lo cual los convierte en trabajadores cualificados; del mismo modo, la existencia de un abanico mayor en cuanto a las modalidades de contratación laboral afecta directamente sobre la reducción de la informalidad.

Los resultados y conclusiones reportados en este trabajo están en línea con otros artículos previos donde se determinan los factores que influyen sobre la economía sumergida o economía informal (véase; Friedman et al, 2000; Torgler y Schneider, 2009; entre otros).

Por el contrario, en nuestro estudio encontramos evidencias relacionadas con un efecto negativo entre las cargas tributarias y la economía informal en contraposición a Friedman et al (2000), donde las mayores tasas marginales de impuestos no parecen estar asociadas con una economía sumergida superior.

Sin embargo, y a pesar de que las técnicas de estimación no se diferencian demasiado, si que lo hace el tipo de datos sobre los cuales estas se realizan. En este aspecto, contribuimos a la literatura conduciendo unas estimaciones sustentadas en una muestra considerablemente mayor al resto de artículos que han abordado esta cuestión, incluyendo además estimaciones basadas en dos conjuntos de datos diferentes. Del mismo modo, los factores considerados a priori en este documento como determinantes de la informalidad también superan los establecidos en los artículos de esta literatura

Uno de los factores que mayores trastornos genera a las perspectivas económicas de un país es la alta presencia de economía informal. Considerando que las causalidades detrás de este problema tiene un origen multidimensional, el objetivo de este trabajo es realizar una aproximación estadística detallada que permita identificar la importancia de estos factores considerando estrategias econométricas relevantes, empleando diferentes muestras para más de 160 países. Los resultados empíricos resaltan la importancia del marco legal y la eficacia gubernamental como factores destacados e influyentes en el tamaño de la economía sumergida.

Además, exploramos el papel de la autoridad tributaria, un aspecto no cubierto suficientemente por la literatura y donde sugerimos que la presión fiscal puede afectar sobre el nivel de informalidad, sobre todo en lo referido a impuestos indirectos que gravan el consumo y que pueden ser más fácilmente eludibles si se compara con los impuestos directos.

En este aspecto, contribuimos a la literatura conduciendo unas estimaciones sustentadas en una muestra considerablemente mayor al resto de artículos que han abordado esta cuestión, incluyendo además estimaciones basadas en dos conjuntos de datos diferentes. Del mismo modo, los factores considerados a priori en este documento como determinantes de la informalidad también superan los establecidos en los artículos de esta estrecha literatura.

1. Aspectos generales.

 La informalidad se constituye en uno de los mayores lastres para las economías emergentes convirtiéndose en un fiel reflejo de la debilidad del contrato social y del potencial de crecimiento

Los efectos nocivos sobre la capacidad fiscal, las contribuciones a la seguridad social, la penetración de los mercados financieros y los consecuentes impactos sobre la productividad han sido bastante documentados en la literatura (Levy, 2008; Tanzi & Zee, 2000). De acuerdo a Elgin & Oztunali (2012) –una de las bases de datos utilizada para este estudio- Europa del Este registra en promedio los mayores niveles de economía informal con un 40,2%. Muy cerca se encuentran África y Latinoamérica con un 40,0% y 39,2%. En contraste, los países de la OECD, registran un promedio economía informal de 19,0%.

De acuerdo a la literatura sobre el tema, los factores detrás de la informalidad son de carácter multidimensional con orígenes que se pueden agrupar en aspectos de tipo institucional, social y económico. Es en esta línea que el presente trabajo tiene como objetivo desarrollar un análisis estadístico basado en datos de panel para encontrar patrones que permitan identificar las variables de mayor significancia e impacto sobre el tamaño de la economía informal. Bajo esa dirección, el estudio se organiza de la siguiente manera.

 Luego de esta parte introductoria, en la segunda sección se realiza una revisión de la literatura relevante sobre la problemática de la informalidad. En la tercera sección, se describen los datos y la estrategia econométrica.

Los principales resultados empíricos son presentados en la cuarta sección .

Finalmente, la quinta sección recoge las principales conclusiones.

2. Estado actual del debate.

De la revisión de la literatura, se concluye que existen múltiples vías de causalidad sobre los niveles de informalidad en los países. La visión más pura de un mercado sin fricciones, donde las decisiones dependen puramente de los agentes económicos, son las que tienen origen en las ideas de Smith (1776) con derivadas hacia los trabajos de Rosen (1981), Carneiro, Heckman y Vitlacil (2001), donde son los individuos basados en sus talentos y capital humano, así como las ventajas comparativas de las empresas, las que definen el equilibrio de trabajadores en diferentes ámbitos de la economía. Así, dependiendo de las características propias de sus productividades se establecen las preferencias por diferentes tipos de empleo (Galiani y Weinsehelbaum, 2006; Straub, 2005; Amaral y Quentin, 2006).

 Ya avanzando hacia situaciones de mercados más realistas, donde la regulación y la presencia del Estado entran a tallar, se puede agrupar aquellas perspectivas que subrayan el peso de las excesivas cargas impositivas y de seguridad social sobre las decisiones de pertenecer al sector formal. Esto se hace más claro cuando estas cargas tributarias impactan sobre trabajadores o unidades económicas de baja productividad; los cuales no son absorbidos por la economía formal o deciden no formar parte de esta (Dell’Anno, 2007; Loayza, 1999; Mortensen y Pisarides, 1994; Levy, 2008).

El problema de las economías con un sector informal de gran magnitud suele ser explicada también por las barreras impuestas al funcionamiento del mercado laboral, lo cual reduce la libertad de interacción entre la oferta y demanda Working Paper / 17-17 4 laboral. Estas barreras inducen al final a un incremento en los costes laborales en la economía formal lo que empuja a que estas relaciones se terminen produciendo en el ámbito informal. Con ello, los sectores con altas regulaciones obstruccionistas al funcionamiento del mercado laboral, terminan produciendo mayores niveles de informalidad, que difícilmente son mitigados por las labores de control (Johnson, Kaufmann y Shleifer, 1997; Johnson, Kaufmann y Zoido-Lobaton, 1998).

Asociado a lo anterior, los modelos de costes de búsqueda y encuentro en el mercado laboral pueden complicar más las condiciones para el desarrollo de una economía formal, acentuando más los problemas de productividad y costes para las empresas (Mortensen y Pissarides, 1994; Bosch y Maloney, 2005). La informalidad también puede responder a la inconsistencia entre la baja calidad de las instituciones y las excesivas regulaciones para el funcionamiento de la economía. Esta disonancia puede ser el producto de la baja calidad de los “bienes públicos” provistos por el Estado a través de normativas y leyes que aseguren el respeto de los derechos de propiedad, pero al mismo tiempo, exigiendo el cumplimiento de una serie de regulaciones que terminen siendo costosas para los agentes económicos (De Soto, 2002; Kucera and Roncolato, 2008; Loayza, 1999). Todo esto, probablemente conlleve a una situación de desincentivos a actuar dentro de los límites de la formalidad, al mellar la confianza de los ciudadanos en el Estado y sus instituciones, reforzando el rechazo de los agentes económicos a la formalidad (Feld y Frey, 2007; Kirchler, 2007).

Otra vertiente señala la importancia de la actividad de control por parte del Estado para evitar la informalidad. El combate a la evasión tributaria, el control del cumplimiento de las normativas de producción y de contratación, asociados a sanciones por su incumplimiento son considerados como claves para desincentivar que las unidades económicas se decidan por no ser parte de la formalidad económica (Andreoni et al, 1998; Pedersen, 2003). En otro tanto, la existencia de determinadas actividades económicas también están asociadas con la presencia de mayor informalidad, como es el caso de las actividades agrícolas, dada su fuerte relación con el mundo rural, y la limitada presencia del Estado en la mayoría de economías emergentes (Vuletin, 2008; De la Roca et al, 2002; Amendola y Dell’Anno, 2012).

Además, la literatura económica también ha enfocado la cuestión de la informalidad bajo dos corrientes generales, la estructuralista y la institucionalista. La tendencia estructuralista resalta que la informalidad surge como un efecto ante la escasa capacidad del sector moderno para ofrecer trabajos adecuados y suficientes a la mano de obra poco cualificada. La necesidad de obtener recursos para la supervivencia empuja a los individuos a situarse en la informalidad caracterizando al sector informal como un sector refugio.

 Así, esta perspectiva analiza los factores que generan la no correspondencia entre la demanda y la oferta de trabajo, causada por el poco desarrollo industrial de la economía. Los elementos que explican esta disfuncionalidad están relacionados con factores estructurales de la propia economía como la marginalidad, la pobreza, la baja productividad, la escasa cualificación de los individuos y las restricciones de acceso al crédito.

Ésta también está identificada con la denominada “informalidad por exclusión”, es decir, que son factores exógenos a los individuos los que les obliga a estar en esta situación (Hart, 1973; Tokman, 1992; Fajnzylber y Perry, 2007). La corriente institucional, por su parte, explica la existencia de las actividades informales como consecuencia de las barreras legales que existen en el sector moderno de la economía. Según De Soto (2009), North (1990) y Williams y Working Paper / 17-17 5 Horodnic (2015), la informalidad laboral es consecuencia de una regulación económica rígida e incorrecta; es decir, un escenario donde los marcos formales de una sociedad son incapaces de dar espacio a las naturales relaciones informales existentes.

Al mismo tiempo, la ineficiencia del Estado tanto en la provisión de servicios y prestaciones (Maloney, 2004) como en su ineficacia en su labor supervisora de los mercados, contribuye a crear el marco en el cual los individuos realizan un análisis coste/beneficio y deciden de manera voluntaria si cumplen o no con la normativa legal (Uribe y Ortiz, 2008; Maloney, 2004). Este enfoque está basado particularmente en el funcionamiento de las empresas y toma en consideración toda la función de costes como son los impuestos, costos laborales, regulaciones ambientales, pago diferencial de servicios públicos, y los pone en relación a los beneficios que obtendría la empresa en un entorno formal.

Desde este punto de vista, las actividades informales no tienen razón de pertenecer necesariamente a sectores tradicionales de bajo valor añadido de forma aislada, sino que puede ser parte también del sector más moderno (Portes y Benton, 1984), como son algunas ramas del sector servicios.

Esta corriente es identificada como informalidad por motivo de escape según Fajnzylber & Perry (2007). Las diferentes aproximaciones sobre los determinantes de la informalidad, nos llevan a considerar el tema con una visión multidimensional. Con el fin de abrirnos paso en este aparente “laberinto” de las relaciones causa-efecto en dicha problemática, e identificar los efectos más significativos, planteamos una estrategia metodológica que describimos con detalle a partir de la siguiente sección.

Para la lectura completa del informe y de sus anexos estadísticos se puede hacer en el siguiente enlace:   https://www.bbvaresearch.com/publicaciones/el-laberinto-de-la-economia-informal-estrategias-de-medicion-e-impactos/

El laberinto de la economía informal: estrategias de medición e impactos