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20 de noviembre de 2010, 9:36
NUEVATRIBUNA.ES 17.11.2010
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha tenido que recurrir al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para paliar de alguna forma el enorme agujero que ha dejado en las arcas municipales desde que es regidor de la capital. El primer acercamiento se produjo el pasado 12 de octubre cuando ambos protagonizaron una “conversación-discusión”, en palabras del dirigente popular, que se quedó en el compromiso del jefe del Ejecutivo en estudiar la solicitud remitida por escrito para refinanciar la deuda y cuya respuesta dará en persona en el encuentro que ambos celebrarán este miércoles en La Moncloa.
Ruiz-Gallardón ya iba avisado a esa reunión. El vicepresidente Manuel Chaves le advirtió que no se harán excepciones con el Ayuntamiento de Madrid. El Gobierno estipuló que sólo permitirá endeudarse a los ayuntamientos que no tengan una deuda superior al 75% de los ingresos y en el caso de Madrid llega al 159%. La parte de la deuda que vence este año es de 257 millones de euros pero no hay dinero para pagarla y esa cantidad es precisamente lo que el alcalde pretende refinanciar en un 80%.
Pero, ¿cómo se ha llegado a esa situación? Desde que Gallardón tomó el bastón de mando de la alcaldía de la capital en 2003 ha ascendido vertiginosamente. A día de hoy, Madrid debe 7.145 millones de euros, a lo que hay que sumar otros 1.000 millones de las empresas públicas, entre ellas la empresa Municipal de la Vivienda y Suelo. Es decir, más de 8.000 millones de euros que repartidos por el número de habitantes arrojan la cifra de más de 2.000 euros de deuda por cada madrileño.
Los gastos de la M30; las inversiones para convertir a Madrid en ciudad olímpica; y lo que están costando obras como el Palacio de Cibeles (donde se encuentra el despacho de Gallardón) o el centro de convenciones, están en el origen de la descomunal deuda. El Ayuntamiento se ha visto obligado a paralizar otras obras y ahora pretende sanear las cuentas públicas obteniendo 330 millones de euros con la privatización del Canal de Isabel II. La oposición en el Ayuntamiento lleva tiempo denunciando la pésima gestión del equipo del alcalde y denunciando que los planes de saneamiento y ahorro puestos en marcha “han fracasado” –dice el portavoz socialista David Lucas- porque “se traducen en una presión fiscal elevada, unos servicios básicos cada vez más reducidos y la falta de financiación para el pago de los proveedores”.
En lo que va de mes, el PSOE ha aportado datos significativos. Entre 2003 y 2010, los impuestos y tasas municipales han aumentado un 110%. Se ha incrementado el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) hasta un 200%; y la tasa de vados un 300%. El esfuerzo impositivo, según datos del Ministerio de Economía y Hacienda, es superior al de cualquiera de las otras grandes ciudades españolas. En los últimos siete años, el esfuerzo fiscal en Madrid ha aumentado un 87,7% siendo la carga fiscal de cada madrileño de 816,07 euros.
Sin embargo, estas cifras de recaudación impositiva –según ha denunciado David Lucas- “no se reflejan en mejores y más extensos servicios”, ya que se han reducido servicios públicos esenciales como la ayuda a domicilio a mayores y necesitados, la limpieza en las calles, en políticas de empleo, en los programas de inserción cultural o en las subvenciones a colectivos sociales, entre otros recortes. “Una paradoja –afirma el concejal socialista- ya que los madrileños cada vez pagan más y reciben menos”.
Los socialistas también ponen el acento en el aumento del gasto corriente que ha pasado de 1.932 millones en 2003 a 4.127 en 2010, es decir, un 113% más. Entonces, “¿cómo es posible que a más impuestos y a más gastos haya menos servicios prestados por el Ayuntamiento?”, se pregunta.
Según dijo ayer David Lucas, “no se puede primar a los ayuntamientos que no han hecho sus deberes, no puede haber excepciones que traten a unos ayuntamientos de manera diferenciada con otros. Cualquier solución de financiación futura de los ayuntamientos ha de ser global y no dando soluciones parciales y, precisamente, Ayuntamientos como el de Madrid, que ha incumplido todo lo acordado por diferentes instituciones”.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha tenido que recurrir al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para paliar de alguna forma el enorme agujero que ha dejado en las arcas municipales desde que es regidor de la capital. El primer acercamiento se produjo el pasado 12 de octubre cuando ambos protagonizaron una “conversación-discusión”, en palabras del dirigente popular, que se quedó en el compromiso del jefe del Ejecutivo en estudiar la solicitud remitida por escrito para refinanciar la deuda y cuya respuesta dará en persona en el encuentro que ambos celebrarán este miércoles en La Moncloa.
Ruiz-Gallardón ya iba avisado a esa reunión. El vicepresidente Manuel Chaves le advirtió que no se harán excepciones con el Ayuntamiento de Madrid. El Gobierno estipuló que sólo permitirá endeudarse a los ayuntamientos que no tengan una deuda superior al 75% de los ingresos y en el caso de Madrid llega al 159%. La parte de la deuda que vence este año es de 257 millones de euros pero no hay dinero para pagarla y esa cantidad es precisamente lo que el alcalde pretende refinanciar en un 80%.
Pero, ¿cómo se ha llegado a esa situación? Desde que Gallardón tomó el bastón de mando de la alcaldía de la capital en 2003 ha ascendido vertiginosamente. A día de hoy, Madrid debe 7.145 millones de euros, a lo que hay que sumar otros 1.000 millones de las empresas públicas, entre ellas la empresa Municipal de la Vivienda y Suelo. Es decir, más de 8.000 millones de euros que repartidos por el número de habitantes arrojan la cifra de más de 2.000 euros de deuda por cada madrileño.
Los gastos de la M30; las inversiones para convertir a Madrid en ciudad olímpica; y lo que están costando obras como el Palacio de Cibeles (donde se encuentra el despacho de Gallardón) o el centro de convenciones, están en el origen de la descomunal deuda. El Ayuntamiento se ha visto obligado a paralizar otras obras y ahora pretende sanear las cuentas públicas obteniendo 330 millones de euros con la privatización del Canal de Isabel II. La oposición en el Ayuntamiento lleva tiempo denunciando la pésima gestión del equipo del alcalde y denunciando que los planes de saneamiento y ahorro puestos en marcha “han fracasado” –dice el portavoz socialista David Lucas- porque “se traducen en una presión fiscal elevada, unos servicios básicos cada vez más reducidos y la falta de financiación para el pago de los proveedores”.
En lo que va de mes, el PSOE ha aportado datos significativos. Entre 2003 y 2010, los impuestos y tasas municipales han aumentado un 110%. Se ha incrementado el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) hasta un 200%; y la tasa de vados un 300%. El esfuerzo impositivo, según datos del Ministerio de Economía y Hacienda, es superior al de cualquiera de las otras grandes ciudades españolas. En los últimos siete años, el esfuerzo fiscal en Madrid ha aumentado un 87,7% siendo la carga fiscal de cada madrileño de 816,07 euros.
Sin embargo, estas cifras de recaudación impositiva –según ha denunciado David Lucas- “no se reflejan en mejores y más extensos servicios”, ya que se han reducido servicios públicos esenciales como la ayuda a domicilio a mayores y necesitados, la limpieza en las calles, en políticas de empleo, en los programas de inserción cultural o en las subvenciones a colectivos sociales, entre otros recortes. “Una paradoja –afirma el concejal socialista- ya que los madrileños cada vez pagan más y reciben menos”.
Los socialistas también ponen el acento en el aumento del gasto corriente que ha pasado de 1.932 millones en 2003 a 4.127 en 2010, es decir, un 113% más. Entonces, “¿cómo es posible que a más impuestos y a más gastos haya menos servicios prestados por el Ayuntamiento?”, se pregunta.
Según dijo ayer David Lucas, “no se puede primar a los ayuntamientos que no han hecho sus deberes, no puede haber excepciones que traten a unos ayuntamientos de manera diferenciada con otros. Cualquier solución de financiación futura de los ayuntamientos ha de ser global y no dando soluciones parciales y, precisamente, Ayuntamientos como el de Madrid, que ha incumplido todo lo acordado por diferentes instituciones”.
