jueves. 28.03.2024

La negociación ha quedado despejada de su mayor obstáculo tras el pacto alcanzado el pasado viernes entre Francia y Alemania sobre la participación de los bancos privados.

Pero a falta de ultimar los detalles técnicos, no se espera que el Eurogrupo apruebe este domingo el nuevo plan de ayuda a Atenas, que probablemente se retrasará al menos hasta el 11 de julio, como ha reconocido el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

Los ministros de Economía sí darán luz verde en su reunión de Luxemburgo al pago del quinto tramo del actual rescate de 110.000 millones, que oscilará entre 12.000 y 18.000 millones de euros, y sin el cual Grecia suspendería pagos este verano. Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pondrá su parte de este tramo (unos 3.300 millones), pese a que inicialmente había amenazado con suspender su ayuda a Grecia hasta que no hubiera acuerdo sobre el segundo rescate, según fuentes europeas.

El segundo rescate ascenderá a alrededor de 80.000 millones de euros que deberán aportar la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se sumará a los 110.000 millones acordados el año pasado. Se espera además una contribución de los bancos de alrededor de 25.000 millones, según ha dicho el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders.

Las turbulencias en los mercados financieros han forzado a la canciller alemana, Angela Merkel, a dar marcha atrás en su enfrentamiento con el Banco Central Europeo (BCE) y aceptar que la contribución del sector privado al nuevo plan de ayuda sea puramente voluntaria.

Hasta el viernes, Alemania pretendía que los bancos aceptaran un retraso en el pago de la deuda griega que se orquestaría mediante un canje voluntario de bonos que vencen en los próximos dos años por otros que venzan dentro de siete años.

El Banco Central Europeo (BCE) ha rechazado frontalmente esta opción avisando de que sería considerada como un impago por parte de las agencias de 'rating' y podría provocar un efecto de contagio similar al de la quiebra en 2008 del banco estadounidense Lehman Brothers, que desencadenó la fase más aguda de la crisis financiera.

El propio presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha dicho este sábado en una entrevista al diario alemán Sueddeutsche Zeitung que "el contagio de la quiebra podría alcanzar a Portugal e Irlanda y después, debido al alto nivel de deuda, a Italia y Bélgica, incluso antes que a España", ha resaltado el presidente del Eurogrupo.

Tras reunirse con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, Merkel ha reculado y ha aceptado la solución que defiende el BCE: invitar a los bancos privados a comprar nuevos bonos griegos cuando venzan los que tienen en su cartera, una solución que su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, consideraba insuficiente.

A falta de fijar las modalidades técnicas de esta renovación voluntaria de bonos griegos, los ministros de Economía de la eurozona volverán a pedir a todas las fuerzas políticas griegas que aprueben en el parlamento antes de final de mes el último plan de ajuste pactado con la UE y el FMI. Cualquier nueva ayuda a Atenas está supeditada a la aplicación de estas medidas, según han enfatizado los últimos días los líderes europeos.

El Eurogrupo busca desbloquear el segundo rescate a Grecia