Si algo ha puesto de manifiesto la nueva rebaja fiscal aprobada por el Gobierno la pasada semana es la desigualdad que impera en el sistema tributario español. Es más, ha ensanchado esas diferencias, pues de nuevo serán las rentas más altas las que más se beneficien de esta bajada del IRPF, que suponiendo un ahorro de 102 euros anuales de media para el bolsillo de los españoles, sólo beneficiará en 16 euros al año a la mitad de los contribuyentes, según los cálculos elaborados por Gestha.
No obstante, la desigualdad también se hace más que evidente por territorios. Así, teniendo en cuenta la diferente distribución de los contribuyentes por tramos de renta, la reducción del IRPF que comenzará a notarse en las nóminas de agosto –pues en julio será complicado- favorece mucho más a unas comunidades que a otras.
De hecho, la autonomía más beneficiada por esta reforma fiscal es Madrid, por su mayor porcentaje de contribuyentes en los tramos más altos, donde los ciudadanos se embolsarán una media de 158 euros anuales con esta rebaja. Una cantidad que casi triplica a la de la comunidad menos favorecida, Extremadura, donde sus ciudadanos sólo podrán rascar de media unos 60 euros al año. Eso sí, algo en lo que pueden equipararse ambas comunidades es que las rentas altas son las que sacarán más jugo de la nueva norma.
Aunque en esta diferencia regional pesa mucho la situación de una y otra comunidad, pues Madrid es epicentro de la actividad empresarial del país, lo cierto es que el sistema impositivo español es un claro ejemplo de la ya conocida como paradoja de Warren Buffet, según la cual los contribuyentes con mayores rentas acaban pagando relativamente menos impuestos que los de ingresos inferiores. Sin duda, toda una contradicción.
Contesta Carlos Cruzado
Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)
