jueves. 28.03.2024
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Un buen jarro de agua fría fue el que se llevaron los afectados por el fraude de las preferentes, los cuales se han visto obligados este año a tributar por la indemnización recibida tras años de pelear en los juzgados.

En poco más de una semana la Campaña de la Renta 2015 tocará a su fin. El 30 de junio acaba el plazo para presentar la declaración y, a falta de que la Agencia Tributaria dé los datos de cierre, sí que se puede hacer una recapitulación de lo que ha sido la campaña de este año…pero en sus aspectos más cualitativos que cuantitativos.

Cabe destacar que esta campaña ha estado marcada por las novedades incorporadas por la reforma fiscal del gobierno, según la cual todos los contribuyentes pagarían menos. No obstante esa reforma tenía una letra pequeña que ha dejado un mal sabor de boca sobre todo en los contribuyentes con menos ingresos y, en algunos casos, en situación de vulnerabilidad.

Es el caso de los padres y madres separados con la guarda y custodia de los hijos en exclusiva y de los parados sin ningún ingreso ni prestación social, a los que la reforma fiscal excluyó de las ayudas de 1.200 euros anuales previstas para todos los contribuyentes con familia numerosa o ascendientes/descendientes discapacitados a su cargo. Si bien hay que matizar que, en caso de divorcio, eran las madres las que salían más perjudicadas, pues la mayoría de las veces son las que se quedan con la custodia de los hijos –en el 73,1% de los casos en 2014, según el INE-, por lo que se puede estimar que alrededor de 253.000 madres se han quedado sin esta ayuda de 1.200 euros.

Otro jarro de agua fría fue el que se llevaron los afectados por el fraude de las preferentes, los cuales se han visto obligados este año a tributar por la indemnización recibida tras años de pelear en los juzgados. Dicha indemnización tributa como ganancia patrimonial en la base imponible general, al igual que ha ocurrido con las costas judiciales, cuando haya sido condenada al pago de las mismas la entidad financiera que comercializó las preferentes. Además, los gastos de defensa tampoco se podrán deducir. 

Estas medidas no solo afectan a los preferentistas, sino a cualquier ciudadano que gane un juicio. De hecho, obtener la victoria en los tribunales supondrá una mayor carga fiscal, algo que supone un contrasentido, teniendo en cuenta que pleitear ya conlleva de por sí numerosos gastos.

Y todo esto sucede en un contexto en el que poner una reclamación a la Agencia Tributaria tiene una lista de espera de hasta cuatro años, ya que los Tribunales Económico-Administrativos (TEAs) se encuentran colapsados ante el adelgazamiento que se ha producido en la plantilla en los últimos años a la vez que el número de reclamaciones crecía.

Por ello, aunque la Agencia Tributaria saque pecho con elevadas cifras de devoluciones a los contribuyentes por sus declaraciones de 2015, hay que tener en cuenta que esta campaña ha supuesto mayores cargas fiscales para un buen número de contribuyentes, los cuales se encuentran, paradójicamente, en el escalafón más bajo de ingresos.  


Contesta Carlos Cruzado,

Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)

La campaña de la renta llega a su fin ¿cuál es el balance más allá de las cifras?