En los últimos meses cada vez más periodistas y expertos aseguran que octubre será un mes clave para el futuro de nuestra economía, hasta el punto de que algunos de ellos ya hablan abiertamente de un posible rescate durante esas fechas, después de que el Banco Central Europeo (BCE) anunciara su disposición a comprar deuda pública a cambio de la petición formal de ayuda financiera. Pero, ¿a qué se debe esta fijación por octubre?
Aunque son muchos los factores que influyen, probablemente el más importante sea el elevado importe de deuda pública que vencerá a lo largo de ese mes. Concretamente, en octubre habrá que afrontar vencimientos por valor de 29.420 millones de euros, cifra superior a lo que se deberá pagar en los meses de agosto, septiembre, noviembre y diciembre juntos (27.650 millones de euros).
Esta situación supone un difícil reto para el Estado, que como todos sabemos se encuentra inmerso en un duro proceso de ajuste para tratar de reducir el déficit (ingresos menos gastos) y cuadrar las cuentas conforme a lo pactado en el ámbito de la Unión Europea, lo que le ha llevado a recortar partidas en las que se sustenta nuestro modelo de bienestar que tantos años nos ha costado levantar.
Además, aún salvando este primer obstáculo, hay que tener en cuenta que a lo largo del próximo 2013 habrá que afrontar nuevos vencimientos por valor de al menos 96.700 millones de euros (según el saldo en circulación a principios del mes de agosto). Es necesario, por tanto, dejar atrás los parches temporales y buscar soluciones que conviertan la rentabilidad financiera-fiscal del Estado en algo razonable y sostenible a largo plazo.
Contesta Carlos Cruzado
Presidente de los Técnicos de Hacienda (GESTHA)
