viernes. 29.03.2024
quemado

A la hora de valorar una empresa por parte de sus trabajadores o de potenciales empleados son numerosos los factores que se tienen en cuenta. Su imagen o prestigio, el nivel salarial, las posibilidades de ascenso, el ambiente de trabajo, la creatividad y desarrollo personal que se puede adquirir en la misma.

 La opinión que el trabajador tiene de su empresa, su grado de motivación, tiene una relación directa con su nivel de implicación y compromiso en el trabajo. A conseguir esa actitud por parte de los empleados se orientan muchos de los esfuerzos de los departamentos de recursos humanos de las empresas. Dentro de las actividades a desarrollar para alcanzar el llamado “compromiso” cobra mucha relevancia el objetivo de evitar el llamado cansancio o desgaste profesional.

Cualquier actividad laboral, bien sea por repetitiva o por no permitir ámbitos de creatividad al trabajador, puede generar el llamado en inglés “ occupational burnout” y que en castellano coloquial conocemos como “Quemarse en el trabajo”.

No fue hasta mediados de los años 70 del siglo pasado cuando se empezó a hablar científicamente de esta cuestión, vinculada fundamentalmente con el trabajo de profesionales sanitarios y su trato con los pacientes. En general afecta a las personas cuya labor está basada en la relación con otras personas, bien sean clientes o bien compañeros, superiores o inferiores jerárquicos en la empresa. Siendo un problema bastante generalizado está constatado que afecta sobre todo a los individuos que son más sensibles y están más preocupados por las necesidades de los demás.

No existen muchos estudios acerca de este problema. Se suele detectar cuando los síntomas son evidentes: perdida de motivación en el trabajo, emocionalmente agotado, frustración y desilusión creciente con la actividad cotidiana. Se expresa en manifestaciones como un mayor grado de irritación, mal trato a clientes y compañeros,  acompañado de menor rendimiento laboral.

Por ello a la hora de valorar una empresa, actividad que con mayor interés se da en las personas mejor cualificadas a la hora de elegir en qué lugar desarrollar su labor, es muy importante conocer la opinión de los propios trabajadores, su experiencia y si por parte de sus directivos se presta atención a la mejora continua, a la formación permanente, cual es la política de incentivos y  la facilidad para el  desarrollo de una carrera profesional ascendente.

Las empresas para poder conocer el grado de “Queme” o “Burnout” de sus empleados, en los estudios sobre clima laboral, rendimiento y valoración de puestos de trabajo, pueden incorporar diversos test como el Maslach Burnout Inventory (MBI) que mediante un panel de 22 preguntas, valora los sentimientos y actitudes en el trabajo con relación al cansancio emocional, la despersonalización y la falta de realización personal.

Un aspecto clave es que cada trabajador valore si tiene síntomas de padecer esta dolencia. Si habitualmente se levanta cansado, sin ganas de ir a trabajar, siente que está dejando de lado su vida personal por la actividad laboral y está indiferente ante los desafíos y gratificaciones, debe tomar precauciones y tratar de corregir su situación. Si tú mismo te autovaloras como  ineficiente en tu trabajo es el momento de tomar medidas.

En ocasiones estas situaciones vienen provocadas por una mala organización de la compañía y ahí entra la opinión que se tiene de la misma y los pasos que se pueden dar para mejorarla. A veces estilos de mando autoritarios, horarios poco flexibles, formas injustas de premiar o castigar el esfuerzo son dinámicas que pueden analizarse y modificarse.

¿Estás "quemado" en el trabajo?