viernes. 19.04.2024
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La dirección de la ONCE en Madrid ha sancionado a dos nuevos vendedores a los que acusa de no alcanzar las ventas mínimas: a uno con 10 días y a otro ni más ni menos que con el despido

CCOO mantiene un encierro en la sede territorial de la ONCE en Madrid (Prim, 3), como continuación a la campaña de movilización con la que se viene denunciando la antisocial política de la Dirección.

Ya en el 2013, la Dirección de la ONCE inicio una implacable persecución disciplinaria contra los vendedores que tenían la desgracia de no alcanzar los topes mensuales de venta fijados por convenio, topes que desde el año 2000 han seguido creciendo de forma inversamente proporcional a la recaudación por ventas.

En el mes de junio, como ya se denunció en su día, la dirección de la ONCE en Madrid ha sancionado a dos nuevos vendedores a los que acusa de no alcanzar las ventas mínimas: a uno con 10 días y a otro ni más ni menos que con el despido.

La alta Dirección de la ONCE que percibe cuantiosos y opacos sueldos, se permite el lujo de sancionar y hasta despedir a personas con discapacidad, sus vendedores, simplemente porque la  clientela no les compra. En estos dos casos, adornando la acusación del expediente esgrimiendo que no exponen determinados productos, que no patean la zona de influencia, que actúan con  desgana en el ejercicio de la venta y que todo ello les sitúa en baja “rentabilidad”.

Pues bien, CCOO afirma que la ONCE dispone, por concesión estatal, de una importante cartera de productos de juego, exención de cuota patronal de toda su plantilla con discapacidad, unos 80 millones de euros al año y otros beneficios y subvenciones, mientras maltrata  a su personal vendedor ignorando en sus exigencias a esta plantilla, la discapacidad que padecen y cometiendo irregularidades laborales graves como es la de fomentar que vendan 365 días al año, o que se conviertan en jugadores de sus propios productos y así lo ha constatado la Inspección de Trabajo.

Sancionan y despiden por vender mal y en paralelo, la ONCE da la venta de sus juegos a estancos y gasolineras, genera competencia desleal entre la propia plantilla permitiendo y fomentando que unos pisen a los otros vendiendo en sus descansos o vacaciones o vendiendo fuera de la zona que tienen asignada. El mercado del juego no es de goma, si unos venden saltándose límites legales o zonales están robando la venta a quien sí los respeta.

CCOO mantiene su protesta sostenida, con una concentración que tuvo lugar el 28 de julio, con las protestas en agosto en los establecimientos del CFC (canal físico complementario), con la difusión pública del lema “ONCE no es social esclavizar”, y además se está distribuyendo un díptico recordando que por mucho que lo diga su publicidad, la ONCE no es ejemplar.

Encierro en la sede de la ONCE contra sanciones y despidos por bajo rendimiento