Entre los fármacos que más consumen destacan los relajantes musculares, analgésicos o antiinflamatorios para paliar el dolor muscular, los ansiolíticos para reducir el estrés y la ansiedad que sufren por las altas cargas de trabajo
Camas y colchones cada vez más grandes, carros muy pesados que deben desplazar sobre moqueta, una media de 20-25 habitaciones por jornada, ausencia de descansos… Estas son las condiciones en las que desarrollan su trabajo diariamente las camareras de piso, un colectivo que, por estas circunstancias, presenta un elevado consumo de fármacos y psicofármacos para paliar sus dolores musculares, rebajar su nivel de ansiedad y poder continuar trabajando para no perder su puesto.
En cuanto a las formas de consumo, estaríamos hablando de un “policonsumo”, ya que unos medicamentos les lleva al consumo de otros para paliar los efectos de los primeros. Entre los fármacos que más consumen destacan los relajantes musculares, analgésicos o antiinflamatorios para paliar el dolor muscular, los ansiolíticos para reducir el estrés y la ansiedad que sufren por las altas cargas de trabajo, y los protectores gástricos que, por los efectos secundarios de los anteriores, finalmente se ven obligadas a tomar.
Estas son algunas de las conclusiones que se han dado a conocer en la jornada “La salud laboral de las camareras de piso”, que han organizado desde el sindicato Comisiones Obreras en la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Durante el acto se ha presentado la campaña “Tus derechos, la mejor medicina”, una iniciativa que recoge las conclusiones de seis grupos de discusión y 15 entrevistas en profundidad realizadas en seis ciudades españolas entre personal del sector.
Los grupos de discusión y las entrevistas han revelado también que la mayoría de los fármacos no son recetados por un profesional, sino que se los recomiendan y se los proporcionan unas a otras.
Desde el sindicato, demandan que "todas las trabajadoras, contratadas directamente por el hotel o por empresas externas, estén dentro del convenio de hostelería; que se realicen inspecciones que saquen a la luz sus verdaderas condiciones laborales; que se dote al colectivo de una Guía Práctica de Salud Laboral que evalúe adecuadamente los riesgos; que se realice un estudio de tiempos adecuado en el reparto de habitaciones, y que se pongan en marcha acciones preventivas sobre los riesgos ya identificados (camas con ruedas, material ergonómico, formación, reconocimientos médicos específicos, etc), entre otras propuestas".
