miércoles. 01.05.2024
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Castillo de Corvin. (Foto: Pixabay)

Siguiendo por tierras de Transilvania os invito a descubrir los mejores castillos de la zona, castillos diferentes a los nuestros pero que son un auténtico lujo de verlos.

¿Me acompañan a descubrirlos?


El castillo de Peles

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Castillo de Peles.

Está situado en Sinaia y es el castillo más bonito de Rumania. Sinaia era un pequeño pueblo de monte denominado Podul Neagului. El rey, que quería construir su castillo en un lugar tranquilo y poco habitable, escogió aquel pueblo. En el año 1872, compró el terreno y la construcción comenzó al año siguiente. Hasta la construcción del castillo, el rey Carlos I y la reina Isabel estuvieron viviendo en una casa de campo ahí mismo.

Se trata de uno de los castillos más modernos del país. Fue inaugurado en el año 1883 y fue la residencia Real de los Reyes de Rumanía durante el periodo estival, hasta el año 1948 cuando fue nacionalizado por el Régimen Comunista de Rumanía.

El artífice de la residencia de verano del castillo de Peles fue el Rey Carol I de Rumanía, descendiente germano, y primer rey de Rumanía. Fue construido bajo la dirección de los arquitectos Wilhelm Doder de Viena y Johann Schulz de Lviv, los cuales fusionaron elementos arquitectónicos del Neorrenacimiento germánico, Renacimiento italiano, Barroco alemán, Rococó y del estilo otomano.

Es importante destacar que se trata del primer palacio de Europa que contó con calefacción, ascensor y luz desde su construcción gracias a que tenía su propia central eléctrica. Dispone de más de 160 habitaciones y 30 baños equipados con lujosos detalles.

Cómo un país como Rumanía llegó a costear un edificio repleto de semejante opulencia en su construcción. Para poder costearlo y hacer realidad el proyecto vendió parte de su herencia alemana, sin llegar a tocar los recursos económicos del país.

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Sala interior del castillo. (Wikipedia)

El castillo de Peles se abrió como museo en el año 1953 siendo actualmente el segundo museo más visitado en Rumanía.

Tiene un majestuoso hall decorado con lujosos materiales y preciosas maderas de la mejor calidad, pasando por las numerosas estancias como las salas de armas o música.

Por otro lado, los jardines del castillo de Peles son un paraíso natural, los exteriores cuentan con una zona ajardinada muy cuidada, además de numerosísimas esculturas y fuentes.

Tras su inauguración en el año 1883 el castillo sufrió varias modificaciones. La forma que actualmente conocemos se mantiene desde el año 1914, año en el cual murió el Rey Carlos I.

En este castillo se llevaron a cabo importantes reuniones políticas, como el Consejo de la Corona en el año 1914, cuando se decidió la neutralidad de Rumanía en la I Guerra Mundial, que acababa de comenzar y en el año 1925.

Peleș tuvo una gran importancia para la historia de Rumania, en este castillo nació el futuro rey Carlos II de Rumanía, que fue el primer rey de la dinastía nacido en ese país y el primero en ser bautizado en la religión ortodoxa, Tiene lugar en este castillo la boda de la princesa Ileana, una de las hermanas de Carlos II en el año 1921.

La torre principal mide 66 metros de altura, al lado del gran castillo hay dos construcciones más que son de un tamaño menor.

El salón de entrada es el más grande, construido con paneles de madera de nogal, espolvoreado con relieves y esculturas. El techo de cristal móvil, activado por un motor eléctrico, fue un elemento de sorpresa para el rey, así él podía admirar el cielo azul en las noches de verano.

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El palacio contiene una biblioteca real que atrae especialmente a los apasionados de los libros raros con tapas cubiertas de cuero y oro con letras en relieve. Incluso para aquellos menos familiarizados con el mundo de los libros, hay una atracción: la puerta secreta, detrás de una estantería se encontraba esa puerta, que el rey utilizaba para refugiarse en distintas salas del castillo.

Hay depositadas una de las mayores colecciones de cuadros de arte de Europa y de armas con más de 4.000 piezas europeas y orientales de los siglos XIV-XVII en una de las habitaciones.

La sala de música se convirtió en un salón para las veladas musicales de la reina Isabel. La sala florentina, también llamada el Gran Salón, impresiona ya que está hecha de tallado en madera del techo de cal, dorados, dos grandes lámparas de araña y la decoración de estilo neo-renacentista italiano.

El castillo de Peles contiene una sala de teatro con un pequeño escenario con un aforo de 60 personas. El castillo tenía instalaciones muy modernas para la época en que fue construido.

El salón de Maura contiene elementos españoles moriscos y una fuente de mármol de Carrara, copia de El Cairo. En la primera planta está la sala de conciertos, diseñada en el año 1906, en la que se puede encontrar un clavicordio del año 1621, un piano de cola y un montante de órganos con dos teclados. El castillo cuenta con siete terrazas decoradas con estatuas de piedra, fuentes, mármol de Carrara y macetas decorativas.

Castillo de Pelisor

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Castillo de Pelisor. (Wikipedia)

Construido en las inmediaciones del castillo de Peles, también en Sinaia, a escasos metros encontramos otra joya de la arquitectura de principios del siglo XX, construido entre los años 1899 y 1902, año de su inauguración.

Su finalidad fue crear una residencia real para los herederos al trono, fue hogar del rey Fernando y la reina María de Sajonia-Coburgo-Gotha (1875-1938), que fue la Soberana más querida y respetada de la historia del país.

También fue allí donde se criaron Carol II y sus hermanos, que más tarde se convirtieron en reyes de Rumanía, Grecia y Yugoslavia. A pesar de no contar con las gigantescas dimensiones y tan numerosas dependencias como Peles, sus 99 salas fueron más que suficientes para cubrir las necesidades de la época.

La reina María dejó su estampa más personal en el interiorismo, incorporando multitud de elementos del Art Nouveau. Un lugar que también inspiró a innumerables artistas a lo largo de los años. Fue construido a petición del rey Carlos I, como residencia de los príncipes herederos Fernando y María.

El mobiliario y la decoración interior, en gran parte realizada por Bernhard Ludwig, son las propias de un espacio residencial y es un homenaje a las innovaciones de los movimientos artísticos de principios del siglo XX.

Todo el castillo fue decorado para ser una residencia principesca y lleva la impronta de una fuerte personalidad la de la Reina María. El salón de honor está revestido con madera de roble.

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Detalle del Salón Dorado. (Wikipedia)

El dormitorio dorado está decorado según los planos y dibujos de la reina con muebles tallados en madera de tilo dorada. Su despacho también fue decorado según los deseos de la reina, y las paredes de la Cámara Dorada. Las principales salas con las que cuenta son:

Salón de honor, de una sencillez refinada y panelado con madera de roble. Destaca la claraboya decorada con vidrieras, elemento arquitectónico propio del arte del siglo XX.

El despacho del rey Fernando que dispone de un mobiliario ambientado en el estilo neorrenacentista alemán, en el que destaca el escritorio de madera de nogal, revestido con tres paneles tallados que representan los castillos de Peles, Pelisor y Foisor.

La Capilla está integrada en las habitaciones de la reina María y se encuentra ubicada en un espacio revestido de mármol Ruschita, accesible a través de un arco dorado con columnas, con una inscripción emblemática.

El dormitorio dorado está amueblado con piezas realizadas en el año 1909 en los Talleres de Artes y Oficios de Sinaia, según los planos y dibujos de la reina. Talladas en madera de tilo dorada, llevan en la decoración el entrelazado de inspiración celta y el elemento zoomorfo bizantino, interpretado a la manera del Arte 1900.

El despacho de la reina María, que se encuentra ubicada en un interior adornado con columnas brancoveanu y una chimenea específica para los interiores rumanos, incluye muebles diseñados por la reina. Las sillas y la mesa para escribir correspondencia están decoradas con los símbolos de María: el lirio y la cruz de la gama.

La Sala Dorada es la sala central del palacio, tiene una decoración poco habitual. Las paredes son de estuco dorado con hojas de cardo, motivo muy querido por la reina por ser el emblema de la ciudad de Nancy, capital del Art Nouveau, pero también relacionado con Escocia, lugar de nacimiento de María. El mobiliario decorado con elementos celtas y bizantinos también se destaca por el lucernario en forma de cruz celta en el techo.

El castillo de Pelisor cuenta con una valiosa colección de arte decorativo perteneciente al Art Nouveau, que incluye obras de artistas como E. Galle, los hermanos Daum, J. Hoffmann, LC Tiffany, Gurschner…dichas artes pueden agruparse bajo el genérico "Juventud Artística", un movimiento patrocinado por la reina, que reunió a artistas rumanos al comienzo de sus carreras.

En el castillo de Pelișor hay otras obras de la reina María, además del manuscrito mencionado anteriormente, como algunas acuarelas que representan lirios.

Castillo Cantacuzino en Busteni

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Castillo Cantacuzino.

A escasos kilómetros del la localidad de Sinaia, donde se encuentran los castillos vistos anteriormente, también se halla el Castillo de Cantacuzino.

Ubicado en un entorno privilegiado con las mejores vistas a los montes Bucegi, rodeado de una frondosísima vegetación encontramos la residencia de una de las familias más ricas de Rumanía del siglo XIX.

La construcción posee un valor arquitectónico, histórico, documental y artístico incalculable. Fue mandado construir en el año 1911, por el príncipe Gheorghe Grigore Cantacuzino, ex ministro de Rumanía y descendiente de los emperadores bizantinos de Cantacuzino.

El edificio pertenece a la familia Cantacuzino y fue obra del arquitecto Grigore Cerchez, que siguió el estilo arquitectónico neorumano, un estilo que surge en el país y que fusiona elementos bizantinos y otomanos con motivos etnográficos locales, e incluso del renacimiento italiano.

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Foto: Wikipedia

El sorprendente edificio, se encuentra coronado en su fachada por un gran cartel que dice “Yo Gheorghe Gr. Cantacuzino, junto a mi esposa Ecaterina nacida en Băleanu, levantamos este castillo para el recuerdo de los antepasados y como cobijo para las generaciones venideras”.

En su interior podemos encontrar hipnóticas vidrieras que decoran todas las ventanas del edifico, escaleras del mejor mármol, y una carpintería exquisita. Es posible vislumbrar los retratos de los componentes de la apoderada familia, ya que el anfitrión fue conocido por ser muy familiar y velar por el bienestar de los suyos.

El Palacio Cantacuzino es un complejo formado por cuatro edificios: el edificio central, el edificio de la servidumbre, la casa administrativa y la capilla.

El principal atractivo del complejo es su edificio central, que enseguida nos transporta al ambiente de la nobleza adinerada de principios del siglo pasado con escaleras en mármol de Carrara, cerámica italiana, grandes vidrieras y chimeneas, muchos elementos en madera de roble, cuadros de Franken Berger y Ernst Klimt, y una extensísima colección heráldica, con blasones de todas las familias nobiliaras emparentadas con los Cantacuzino.

Las vistas desde la terraza del palacio son impresionantes: justo delante tenemos el Valle del Prahova y la localidad de Busteni, mientras que en un segundo plano vemos los Montes Bucegi y la Cruz de Caraiman.

Castillo de Corvin o Castillo Hunyad en Hunedoara

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Castillo de Corvin. (Foto: Pixabay)

Es una fortificación medieval a la que se accede a través de un puente de robusta madera, que atemoriza a todo aquel que lo pisa por el crujir a cada paso.

Se trata nada más y nada menos de uno de los edificios más monumentales del país. Este lugar ha sido escenario de granes batallas e historias de reyes, princesas, y caballeros medievales.

Los orígenes de la estructura del castillo datan de la época romana, hasta que en el año 1315 el Rey Carlos Roberto I de Hungría o Caroberto de Anjou, decidió construir sobre los restos romanos los primeros esbozos del palacio actual.

No obstante, no fue hasta que, pasando de generación en generación, el Conde Juan de Hunyadi, conocido como Iancu de Hunedoara y posteriormente el Rey Matías Corvino, llevaron a cabo las obras que darían como resultado en el año 1480, el actual castillo que ha llegado a nuestros días. Es por eso, por lo que recibe el nombre de Castillo Hunyad o Castillo Corvin.

Perteneció al Reino de Hungría hasta el año 1541 y después al Principado de Transilvania. Después de la I Guerra Mundial, Transilvania se unió a Rumania.

Fue el conde Juan Hunyadi quien detuvo a los turcos en Belgrado en el año 1456, en su invasión a Europa a través de los Balcanes después de la conquista de Constantinopla en el año 1453. Por decisión del Vaticano aún hoy redoblan las campanas de las iglesias católicas al mediodía, en honor a esta victoria.

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Se cree que es el lugar en el que Vlad III Drăculea, príncipe de Valaquia, estuvo preso durante siete años después de haber sido depuesto en el año 1462.

El castillo es una reliquia de la dinastía Hunyadi. En el siglo XV, fue entregado a Juan Hunyadi por Segismundo, rey de Hungría y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Restaurado por él entre los años 1446 y 1453, lo legó a su hijo, Matías Corvino, por lo que en rumano se le conoce con los dos nombres: Castelul Huniazilor o bien Castelul Corvineştilor.

Está construido en estilo gótico, pero en siglos posteriores se le añadieron elementos renacentistas y barrocos. Destacan sus fuertes torres defensivas y su jardín central. Fue levantado sobre las ruinas de una antigua fortificación, sobre el arroyo Zlaști.

Cuenta con siete torres: la de la Puerta Antigua, la de la Puerta Nueva, la torre de San Juan de Capistrano, la Torre Deshabitada, la del Tamborilero, la de la Maza y la llamada Turnul Neboisa.

El castillo es de dimensiones considerables, con altos tejados de pizarra roja y ornamentos de piedra labrada. Existe una copia del mismo, o mejor dicho, una obra inspirada en él, en Budapest, Hungría.

Los castillos de Transilvania