viernes. 19.04.2024
ACABA DE CUMPLIR OCHENTA Y SEIS AñOS

Clint Eastwood: Del vaquero “manco” al director oscarizado

El 31 de mayo de 1930 nacía este currante del séptimo arte, un tipo de más de metro noventa de altura que habla entre dientes y mira torcido, y que hoy es un referente cinematográfico.

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Hombre sin nombre, Harry Callahan, Munny, Dunn, comisario, policía, agente federal, astronauta, jinete circense, cazador en África, fotógrafo, sargento del ejército, entrenador de boxeo o viejo cascarrabias.

Todo eso, y mucho más, delante y detrás de las cámaras para un actor sin fetiche, un músico infravalorado, un director acelerado y un político libertario. Sí, hablamos de Clinton Eastwood Jr.

buenomalofeoQuién iba a pensar al ver a aquél vaquero del lejano spaghetti western, escondido detrás de un poncho, un sombrero de alas grandes y un cigarrillo medio encendido, que cincuenta años después estaríamos ante uno de los grandes del cine de Hollywood de toda la historia.

Acaba de cumplir ochenta y seis años. El 31 de mayo de 1930 nacía este currante del séptimo arte, un tipo de más de metro noventa de altura que habla entre dientes y mira torcido, y que hoy es un referente cinematográfico. Dos premios Oscar de la academia norteamericana del cine como director, Unforgiven (Sin perdón) y Million Dollar Baby, que también fueron galardonadas como mejor película en sus respectivos años.

Un cineasta reconocido como pocos en Francia, donde ha sido distinguido con la Orden de las Artes y las Letras en 1985 y con la Legión de honor, el premio civil más alto de la República, en 2007. Además, cuenta con un premio Cesar a la mejor película extranjera (Los puentes de Madison en 1995).

Se le ha tildado de facha, de machista, de racista, pero creo que, como todo, requiere de una mirada más detenida y reflexiva. Porque también ha mostrado valores sociales al criticar en su día la guerra de Vietnam y la política del presidente Nixon, al defender cierto control de las armas y al colaborar con iniciativas solidarias a favor del aborto o del matrimonio homosexual. Su cine enseñó por primera vez la mirada nipona a la segunda guerra mundial (Letters from Iwo Jima), lo que le valió la Orden del Sol Naciente otorgada por el emperador japonés Akihito.

Tiene su propia productora, Malpaso Company, y ha sido alcalde de Carmel by the Sea en California. También ha ejercido como músico, compositor e intérprete en algunos de sus filmes: Gran TorinoUnforgiven (Sin perdón),Changeling (El Intercambio), Flags of our fathers (Banderas de nuestros padres), Hereafter (Más allá de la vida) o la maravillosa banda sonora deMystic River.

million-dollar-baby-2004-12-gQuien no se emocionó y pensó en la muerte digna con Million dollar baby, o sintió la injusticia tras observar a Freeman en el ataúd de Unforgiven, o se aficionó al rugby y a Sudáfrica con los avatares de Mandela durante el mundial de ese deporte en Invictus, o reflexionó sobre las caras contradictorias en los bandos de las guerras con la dupla Flags of our fathers y Letters from Iwo Jima.

Más de cincuenta películas que, según la lista de Box Office Mojo han recaudado, solamente en Estados Unidos, más de mil setecientos millones de dólares. Pese a todo ello, nunca ha conseguido el reconocimiento como mejor actor. Pero creo que no le hace falta, ha demostrado que más de ocho décadas de existencia le han dado para mucho y gran parte de ello muy bueno.

Con él acompañamos a robar oro a Kelly y sus héroes; habitamos la leyenda de una ciudad sin nombre; desafiamos a las águilas; buscamos un botín de quinientos mil dólares; estuvimos fuera de la ley; nos escapamos con Morris de Alcatraz; cantamos con voz tuberculosa junto al aventurero de la medianoche; caminamos por la cuerda floja; empalidecimos con su jinete; nos situamos en la línea de fuego; pensamos que el mundo podría ser perfecto; paseamos con Kincaid, cámara al hombro, por los puentes de Madison; vimos lo que supone tener poder absoluto; nos encontramos a medianoche en el jardín del bien y el mal; interrumpimos una ejecución inminente; viajamos al espacio con unos adultos vaqueros; tuvimos una deuda de sangre; vivimos el drama al borde de un río místico; peleamos por el derecho a morir dignamente junto a Maggie; enviamos cartas desde Iwo Jima en contraste con quienes izaron las banderas de sus padres; buscamos a Walter junto a Jolie; gruñimos al lado de Kowalski para defender a inmigrantes asiáticos, y jugamos rugby junto a Pienaar y Mandela.

En fin, todo un recorrido por historias mayoritariamente norteamericanas pero con la mirada personal e intercultural de un personaje que tal vez haya disparado primero para preguntar después, al más sucio estilo de la saga del sargento Harry. Nos guste o no, un icono de la pantalla grande, una leyenda viva del celuloide, una estrella del cielo cinematográfico.

Les dejo con algunas muestras de parte de su actividad delante y detrás de la cámara, de esas que algunos críticos llaman inolvidables:




Clint Eastwood: Del vaquero “manco” al director oscarizado