viernes. 29.03.2024
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Gabirol vive en una época en la que la Europa cristiana vivía un innegable retroceso cultural, sabios como Avempace, Maimónides o Averroes mantuvieron vivo el fuego del saber clásico y sentaron las bases de debates filosóficos, teológicos y científicos que cristalizarían en la revolución cultural dela Europa moderna. Ibn Gabirol unos años anteriores a estos, también hizo unas grandes aportaciones a la humanidad.

Nace en Málaga y era conocido por los cristianos como Avicebrón y era un filósofo y poeta hispanojudío andalusí. Nacido en el año 1020 o 1021 según las distintas fuentes.

Probablemente haya sido el más grande neoplatónico de la tradición filosófica medieval árabe, y posiblemente el más grande poeta medieval hebreo. Existe un centro de interpretación dedicado a su persona en Málaga.

Fue hijo de una familia cordobesa que escapó hacia Málaga en el año 1013 a causa de las revueltas que dieron fin al califato cordobés.


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En la convulsa época de la Edad Media hispana, la ciudad de Córdoba era capital del emirato musulmán independiente regido por los Omeyas. Alcanzó un gran florecimiento cultural por lo que llegó a definirse como la capital intelectual del mundo, en gran medida ante el impulso del visir judío Hasday ben Isaac Ibn Shaprut.

Sin embargo, el esplendor de Córdoba se apagó tras la muerte de Almanzor y las revueltas internas pusieron fin al califato dando lugar a que éste se fragmentase en multitud de reinos de taifas independientes.

Tras el final del califato, se sucedió un período de inestabilidad política y, con ella, la situación para la minoría judía en Al-Andalus se hizo peligrosa, razón por la cual muchos de ellos abandonaron Córdoba. Este fue el caso de Yehuda Ibn Gabirol el cual se refugió en Málaga y allí nació su hijo Shlomo en el año 1021.

Su estancia en la judería malacitana se limita a la niñez, y pronto, seguramente debido a nuevas revueltas producidas tras la muerte de Almanzor, se traslada junto a su padre a Zaragoza, donde recibiría su educación.

Zaragoza fue lugar de refugio para muchos judíos que huían del fanatismo islamista. Este hecho lo señala el profesor Millás Vallicrosa al decir:

“Si todos aquellos reyezuelos de taifas se esforzaron en emular a los califas cordobeses en el fausto de la corte y en la protección dispensada a los sabios y literatos, quizás ninguno de ellos eclipsó en este respecto a la corte de Zaragoza, donde la hábil política de Mundir I aseguró para su reino bellos días de paz, y Zaragoza se hizo una gran ciudad que eclipsaba a la decadente y asolada Córdoba”.

f9Zaragoza se convirtió, en aquellos años, en la más importante de las taifas que sustituyeron al antiguo esplendor de la Córdoba califal.

Para Sor Mary Testemalle, religiosa de la Congregación de Nuestra Señora de Sión, Orden religiosa dedicada al diálogo judeo-cristiano, en Saraqusta, la Zaragoza musulmana del siglo XI, fue todo un ejemplo de tolerancia.

Zaragoza fue refugio filólogos, poetas, talmudistas y filósofos judíos huidos de Córdoba, Málaga y Granada. En Zaragoza reanudaron los estudios, traducciones y comentarios que tanto brillo habían proporcionado a las escuelas de Córdoba, un lugar donde, además, los judíos a ella llegados, pudieron gozar de la posibilidad de vivir en paz su fe religiosa.

Zaragoza la musulmana era tolerante y culta. Ibn Gabirol se educó en la importante escuela rabínica que allí existía y donde vivirá los años más fecundos de su actividad creativa. Maravilló por sus dotes poéticas, razón por la cual Bahya Ibn Paquda alude a él como “otro gran hijo de Zaragoza”.

Su precoz genio poético le valió la protección del mecenas Yekuti’el ben Isaac, visir judío del rey Mundir II de la taifa d Zaragoza. Ibn Gabirol se refiere a Yekutiel ben Isaac como “príncipe”, y a él le dedica buena parte de sus más excelsos poemas.

Según Moshe Ibn Ezra, que pertenecía a la generación posterior a Ibn Gabirol, refiriéndose a éste, señalaba que, “todos los ojos inteligentes estaban vueltos hacia él y aún los envidiosos le señalaban con gestos de admiración”.

Tras los tumultos ocurridos durante el golpe de estado de Abd Allah ibn Hakam contra Mundir II en el año 1031, que derrocó a la dinastía de los tuyibíes, Yekutiel fue asesinado y, le dedicó las más hermosas de sus elegías.

En torno a los veinticinco años abandonó la ciudad tras los tumultos ocurridos, que supusieron el asesinato de Mundir II y el fin de la dinastía de los tuyibíes. Por entonces Ibn Gabirol ya gozaba de gran fama en el mundo literario musulmán y judío.

Avicebrón dejó Zaragoza y marchó a Granada, en busca de otro protector en la persona de uno de los más notables y poderosos personajes de su época, Semuel Ibn Nagrela, que era visir de Badis Ibn Habus rey zirí de Granada. Allí residiría durante un tiempo.

Fue preceptor de su hijo Yosef y, a pesar del origen común de sus familias, sus relaciones fueron conflictivas, llegando incluso al enfrentamiento personal, debido, tanto a la rivalidad poética como al particular carácter de nuestro personaje, del que dijo Ibn `Ezra: “Su genio indómito le llevó a injuriar a los grandes y a llenarlos de ofensas, sin excusarlos sus defectos”.

Tras residir unos años en Granada optó de nuevo por volver a Zaragoza.

f8La positiva opinión que de Ibn Gabirol tienen los cronistas posteriores, Ibn `Ezra, no son reflejo de la estima de que gozó entre sus contemporáneos, pues una vez muerto Yequtie`el, y sin la protección de Šemuel ibn Nagrela, el enfrentamiento con sus correligionarios concluyó con la promulgación de un herem, o anatema, y su expulsión de la comunidad hebrea de Zaragoza en el año1045, desde donde volvió a partir para el exilio.

Fue autor de numerosos panegíricos y elegías, pero también cultivó la sátira y el autoelogio, que eran géneros habituales entonces entre los poetas árabes, pero no entre los hebreos. Sus proverbios y máximas son citados de vez en cuando bajo su nombre latinizado de Avicebrón:

“La paciencia cosecha la paz y la prisa, la pierde”.

Como otros grandes poetas de su época, entre los que se cuentan grandes rabinos y eruditos, líderes de la comunidad como Semuel ibn Nagrella, Moses Ibn Ezra o Yehudah Halevi, Ibn Gabirol cultivó la homoerótica, género que era habitual tanto entre los poetas hispano-hebreos del “Siglo de Oro” de la literatura hispano-hebrea como entre sus coetáneos musulmanes.


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Escribió abundante poesía religiosa, en la que se encuentra su logro más destacado “La corona real”, un largo poema de tendencias místicas que supone una síntesis entre las creencias tradicionales judías, la poesía de los Salmos, y la visión metafísica neoplatónica, todo ello adornado por un gran conocimiento de la astronomía árabe. Muchas de sus composiciones religiosas han pasado al ritual litúrgico de los judíos sefardíes y asquenazíes, donde goza todavía hoy de gran prestigio.

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Las obras de Ibn Gabirol están escritas en lengua árabe, que era el idioma culto de la época. Compuso, además, dos célebres tratados en lengua árabe. El primero es de carácter filosófico, y fue traducido al latín como Fons vitae.

El segundo se ocupa de la ética y la moral y es de orientación ascética, el “Kitab islah al-ahlaq”, es decir, “La corrección de los caracteres”, del año 1045.

Ya en la parte final de su vida pretendió viajar a Israel, más en concreto a Sion, pero no lo pudo realizar, aunque la parte final de su vida es poca conocida. Se sabe que murió en Valencia en el año 1058 con treinta años de edad. Ibn Zakkuto nos trasmite una romántica leyenda de su muerte en Valencia, a manos de un vate musulmán celoso de sus poemas, y de cómo tras ser inhumado bajo una higuera, ésta dio sus más dulces frutos.

Fons vitae

Adherente a la filosofía neoplatónica, su obra más célebre es “La fuente de la vida”. Hemos de saber que el monje irlandés Escot Ariúgena influyó en la principal obra de Ibn Gabirol, el tratado metafísico sobre el origen y la constitución de los seres “La fuente de la vida”, que presenta radicales originalidades de contenido al tratar de superar el panteísmo de Escoto Eriúgena situando el principio último de lo real, Dios, en un orden trascendente al mundo.


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Esta obra adopta la forma de un diálogo, entre un maestro y su discípulo, y está dividida en cinco partes:

  • La primera parte es una explicación preliminar de las nociones de forma y materia universal.
  • La segunda describe la materia espiritual subyacente bajo las formas corporales.
  • La tercera demuestra la existencia de las sustancias simples.
  • La cuarta se ocupa de las formas y materias de las sustancias simples.
  • La quinta de las formas y materias del universo.

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Esta obra debe su importancia al hecho de haber sido Avicebrón el primer autor sistemático del neoplatonismo en Europa, llevando a cabo de esta manera una función análoga a la que mil años atrás otro judío, Filón de Alejandría, que había ejercido como intermediario entre la filosofía helénica, especialmente la platónica, y el mundo oriental.

Ambos tuvieron una influencia escasa en los ambientes judíos, y notable en cambio sobre el cristianismo primitivo, Filón y sobre la escolástica cristiana medieval, Avicebrón.

f5Fons Vitae mantiene la tesis dominante es que todos los seres creados están constituidos de materia y de forma, no sólo las substancias corpóreas, sino también las simples o espirituales, que sirven de eslabón entre la substancia primera y la substancia que se divide en las nueve categorías.

La materia y la forma se encuentran siempre en la relación de quien sostiene y quien es sostenido, de calificado y cualidad, substrato y atributo. La misma materia se da en todo el universo, desde las más altas formas de la espiritualidad a los más bajos límites del mundo físico. Cuanto más se aleja la materia de su primer origen, menos espiritual es.

La materia universal es el substrato de todo lo que existe. Esta universalidad de la materia es la aportación más original de la filosofía de Avicebrón. Todo lo que existe se puede reducir a tres categorías: substancia primera, materia y forma, mundo. La voluntad de Dios, su palabra creadora, no hace de intermediario, no es ni atributo ni substancia separada.


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Se ha dicho que con esta teoría, mezcla de platonismo y el monoteísmo judío. Avicebrón se proponía reconciliar esta última concepción con el neoplatonismo, pero hay que observar que contrariamente a la escolástica. Mantuvo su especulación filosófica inmune a toda contaminación teológica y bíblica.

f4De ahí que su obra se convirtiera en manzana de discordia entre los franciscanos platónicos y los dominicos aristotélicos, dirigidos por San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino.

Guillermo de Auvernia habla de él como del más noble de todos los filósofos cristianos; y Alejandro de Hales y San Buenaventura aceptaron su doctrina de la constitución de las substancias espirituales de materia y forma. Su máximo defensor fue Juan Duns Escoto, para llegar más tarde a Giordano Bruno.

Santo Tomás de Aquino se opuso a tres de sus teorías:

- La universalidad de la materia.

- La pluralidad de las formas en un ser físico, pues admitía formas separadas desprovistas de materia.

- El poder de actividad de las substancias físicas, afirmado por Avicebrón y rechazado por Santo Tomás.

Jourdain escribió que la filosofía del siglo XIII no es inteligible sin conocer la filosofía de Avicebrón y su influencia.

Como vemos “La Fuente de la Vida” es una obra de profundo contenido filosófico, cuya importancia destacaba la filóloga Natalia Muñoz Molina y que en opinión del medievalista Luis Suárez Fernández, desempeñó un papel esencial en la historia de Europa.

Uno de los aspectos más destacables de “La Fuente de la Vida” es que, con ella, Ibn Gabirol pretendió crear una filosofía universal que, por encima de las diferencias religiosas, pudiera reunir a toda la humanidad en torno a la verdad. Pensaba que la religión había llegado a ser un signo de división, la filosofía podía ser el instrumento para lograr la unidad perdida.

Las máximas morales de su “Selección de perlas” y, sobre todo, “La Fuente de la Vida”, una obra de profundo contenido filosófico, cuya importancia destacaba la filóloga Natalia Muñoz Molina y que en opinión del medievalista Luis Suárez Fernández, desempeñó un papel esencial en la historia de Europa.

Uno de los aspectos más destacables de “La Fuente de la Vida” es que, con ella, Ibn Gabirol pretendió crear una filosofía universal que, por encima de las diferencias religiosas, pudiera reunir a toda la humanidad en torno a la verdad ya que pensaba que, si la religión había llegado a ser un signo de división, la filosofía podía ser el instrumento para lograr la unidad perdida.

Para buscar el acercamiento entre las tres religiones monoteístas, en aquellos tiempos tan convulsos como violentos, la filosofía de Ibn Gabirol se hizo impersonal, aconfesional, dado su convencimiento de que todos los pueblos adoran bajo diversos nombres al mismo Dios.

Ibn Gabirol no lograría su proyecto de unidad interreligiosa ya que “La Fuente de la Vida” trascendió durante poco tiempo en la filosofía judía o árabe en España. No obstante, en el siglo XII, la Escuela de Traductores de Toledo tradujo “La Fuente de la Vida” al latín.

Por no contener esta obra referencias a los textos fundamentales del judaísmo, es decir, el Pentateuco y el Talmud, y por haber sido redactada originalmente en árabe, su autor Avicebrón fue tomado al principio por un filósofo musulmán.

La figura y la importancia de Ibn Gabirol, ha sido ampliamente ensalzada por su profundo legado. Así, la citada Sor Mary Testemalle dice que “fue una de las mayores glorias del judaísmo español y esta gloria se debe en parte a los maestros geniales que encontró en la capital de Aragón, que supieron desarrollar sus dones excepcionales”.

Heine dijo que Ibn Gabirol fue “poeta entre los filósofos y filósofo entre los poetas”. Menéndez Pelayo llegó a compararlo con Dante y Milton “por la elevación de sus pensamientos, la belleza de las imágenes y la elegancia del estilo”.

Gabirol simboliza el esplendor de la cultura judeo-española de la primera mitad del siglo XI y su influencia se extendió hasta la escolástica de Santo Tomás de Aquino y también hasta el pensamiento de Abraham Abulafia, cabalista judío nacido en Zaragoza.

f3Ibn Gabirol, razón por la cual se dijo de él que “hizo su entrada triunfal entre los cristianos occidentales”, aunque ello fuera a costa de su nombre ya que pasó a ser conocido como Avicebrón, como así lo llamaron los escolásticos creyendo que era cristiano, y no fue hasta el año 1846 en que Salomon Munk dio a conocer la identidad judía de Ibn Gabirol.

No obstante, sorprende la falta de conocimiento generalizado sobre la vida y la obra de Ibn Gabirol, de su legado poético y filosófico, en España y también en Aragón.

Se cumple el milenio de su nacimiento, es el momento oportuno para dar a conocer su figura más allá de ser judío, dada la transcendencia universal de su poesía y filosofía y un primer paso sería incluir su estudio en los diversos currículos educativos.

Ibn Gabirol, resulta más necesario que nunca destacar el valor de la tolerancia y de la multiculturalidad, de la cultura de la paz y el respeto a la diversidad en definitiva. Creó un estilo original infundiendo el hebreo bíblico de imágenes y modismos métricos extraídos de la poesía árabe

He aquí un fragmento elegíaco a la muerte de su maestro Yekutiel ben Isaac:

Fíjate en el sol del ocaso, rojo,

Como revestido de un velo de púrpura:

Va desvelando los costados del norte y del sur,

Mientras cubre de escaleras el poniente;

Abandona en la sombra de la noche, cobijo;

Entonces el cielo oscurece, como si

Se cubriera de luto por la muerte de Yequtiel.

Más allá de su excelsa creación poética, Ibn Gabirol alternaba la lírica con la producción gnómica y filosófica, a la que dedica Ortega Muñoz las más encendidas e inspiradas páginas de su biografía, estudiando su dialéctica, su metafísica y su influencia en otros nombres e ideas relevantes posteriores, especialmente del mundo cristiano medieval, donde su influencia está presente hasta prácticamente el Renacimiento.

f2Estatua del poeta en Cesarea. Israel

Para Ortega Muñoz En su pensamiento se encuentra una lograda síntesis entre Platón, Aristóteles, Séneca y Plotino, expresada con una sensibilidad poética extraordinaria y un original sistema metafísico que nos recuerda la filosofía tantos años posterior a Hegel”.

Para Ortega Muñoz hay “Pocos pensadores posteriores han sido tan profundos como él en su análisis de un mundo paralelo, de una realidad ideal de la que ésta es reflejo”.

Un mundo paralelo que para Ibn Gabirol refleja, como la imagen en el espejo, la realidad física en un sistema conceptual especular que es propio sólo del ser humano y que posibilita y se refleja a su vez en el lenguaje, que sin él no sería posible. “Este sistema Gabirol lo concibe, no como nosotros lo entendemos, como una copia de la realidad, sino al contrario como su modelo original del que es la realidad, como nosotros la entendemos, la que se copia”.

El filósofo judío concibe esa realidad conceptual como una zona intermedia entre la causa primera o Dios y el mundo físico, mediando la Voluntad, en un sistema ordenado de reflejos y copias de copias que desciende desde la Unidad Primera a la pluralidad inmensa y extremadamente diversificada del mundo físico.

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Su talante puramente neoplatónico fue rápidamente olvidada a raíz del triunfo posterior de la filosofía aristotélica, piedra angular de las obras de pensadores como Avicena, Averroes o Maimónides.

La importancia e influencia que Gabirol no tuvo entre los hebreos y lo árabes, lo obtuvo entre los cristianos medievales y incluso posteriores como Giordano Bruno, Espinoza y Hegel. . El obispo de París, Guillermo de Auvernia lo consideró como “el único nobilísimo entre todos los que filosofan”,

Según se cuenta, la higuera que ocultó su cadáver dio unos frutos tan extraordinarios y dulces que atrajo la atención del rey sobre su propietario, obligándole a confesar su crimen.


BIBLIOGRAFIA

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Salomón ibn Gabirol, poeta y filósofo