jueves. 28.03.2024
procusto
Teseo ataca a Procusto. Pintura anónima en el fondo de un kílix ático de figuras rojas (440 a. C.) encontrado en Vulci. (Wikipedia)

En la mitología griega Procusto, era hijo de Poseidón y de su esposa Silea. Fue un bandido y posadero del Ática. Procusto tenía una posada en la colina donde ofrecía cobijo al viajero, cuando éste dormía Procusto le ataba en una cama de hierro. Si la persona era alta y sobresalía de la cama, Procusto le cortaba las extremidades. Por el contrario, si el viajero era menor de talla que la medida del lecho, le estiraba hasta llegar a la medida del mismo.

Procusto siguió con su reinado de terror hasta que el héroe Teseo le desafió y le propuso invertir el juego, retándolo a comprobar si él encajaba en el tamaño de la cama. Teseo le amordazó y ató a la cama y con un hacha cortó la cabeza y los pies de Procusto. Matar a Procusto, fue la última aventura de Teseo en su viaje desde su aldea natal de Trecén en el Peloponeso, hasta Atenas.

En Psicología Industrial se habla de complejo de Procusto, para referirse a aquellas personas que se muestran intolerantes ante el éxito de los demás, detestan a aquellos que destacan en alguna materia y no tienen en cuenta las ideas o proyectos que ellos proponen.

Este trastorno se basa, por tanto, en un deseo de uniformidad y por ende una intolerancia a la diferencia. Por ello se acuñado el término del lecho de Procusto. Este deseo expresa el miedo a ser superado por el subordinado.

Cual son los rasgos característicos de este trastorno. En primer lugar, presentan un miedo enorme a reconocer que personas de su entorno laboral puedan tener más conocimiento que ellos, (basado en su baja autoestima), mejor iniciativa y ser más proactivos que ellos en las tareas de la empresa. En segundo lugar, son muy reiterativos en insistir en la importancia de resaltar la necesidad del trabajo en equipo y de la escucha activa, pero para ser escuchados por los demás, no para escuchar ellos. En tercer lugar, son claramente personas egocéntricas que buscan apoyos en terceros para frenar aquellos miembros del equipo que destacan. En cuarto lugar, son personas que se muestran furibundas cuando otros tienen razón y ellos no.


Otros complejos...


Las consecuencias de directivos o cargos intermedios, en un entorno laboral que presenten este complejo de Procusto son fundamentalmente crear un clima laboral de tensión, cercenan cualquier avance positivo que otros proponen, anteponen sus prejuicios a su rendimiento, pueden llaga a deformar datos o informes para que los resultados se ajusten a sus propuestas y evalúan a sus subordinados con criterios que ellos mismos no alcanzan.

Una persona con este complejo en un equipo de trabajo no es un líder, sino un lastre que arrastra a todo el equipo

El mejor enfoque, desde la Psicología Industrial, para abordar este problema en un equipo de trabajo, es cambiar el enfoque y dirigirlo hacia el desarrollo de los demás. Un líder debe de generar líderes y debe saber que su crecimiento profesional depende de la influencia positiva y de crecimiento que deja en los otros. Por tanto, la persona con este complejo debe estar dispuesto a un cambio integral. Su lema a partir del cambio debe ser, uno crece si crecen los demás.

El liderazgo no es sólo una competencia profesional, es también una habilidad humana. El complejo de Procusto es contagioso en un equipo laboral, pero lo es aún más el liderazgo. La clave es entender que una persona con este complejo en un equipo de trabajo no es un líder, sino un lastre que arrastra a todo el equipo.

Por último, compartir esta reflexión del cínico Oscar Wilde: “el trabajo es el refugio de aquellos que no tienen nada mejor que hacer”.

Complejo de Procusto