jueves. 28.03.2024

Hace casi un año, las páginas culturales del diario La Nación anunciaban la buena nueva de que el circuito teatral porteño crecía, con la inauguración de tres salas más, que se sumaban a las 175 distribuidas a lo largo y a lo ancho de la capital argentina. Y esto sin contar otras salas que corresponden a distintos centros culturales.

En estos días, otros dos teatros abren sus puertas y en ambos casos están llamados a convertirse en referencias obligadas en una ciudad que vive el teatro como pocas en el mundo. En el tradicional barrio de La Boca, una instalación que comenzó a construirse hace 100 años, será la sede de una nueva sala sinfónica, con capacidad para 1.200 butacas. Tendrá otra sala más pequeña para conciertos de cámara y espacios para exposiciones. El edificio original perteneció a la Compañía Italo Argentina de Electricidad y en su momento albergó turbinas y calderas para la producción de energía eléctrica. El aspecto exterior es el de un palacete veneciano, gracias al diseño del arquitecto italiano Juan Chiogna.

Según las autoridades municipales, responsables de la nueva sala, será el Teatro Colón del siglo XXI, en referencia al gran coliseo porteño, unas de las grandes salas del mundo de la ópera y el ballet. Su ubicación, al sur de la ciudad, y en un barrio popular, es un acontecimiento notable. La Boca es mucho más que el barrio del equipo de fútbol más popular de la Argentina, también es el barrio del pintor Benito Quinquela Martín, que a principios del siglo XX le modeló una identidad cultural propia.

La otra sala que abre sus puertas estos días en Buenos Aires es el Teatro del Picadero, aunque en realidad se trata de una reapertura. La sala tiene historia: hace 31 años fue destruida por una bomba colocada por un comando de la marina, en plena dictadura militar. Sucede que allí había empezado una experiencia llamada Teatro Abierto, impulsada por el dramaturgo Osvaldo Dragún, que despertó la ira del gobierno militar. Un grupo de grandes figuras de las tablas, actores, directores y autores, decidieron presentar sus propuestas, que iban más allá del acontecimiento teatral: textos breves, precios bajos y los más importantes artistas, muchos de los cuales estaban silenciados por la dictadura.

El atentado le salió mal a los militares, ya en la etapa final del régimen, aunque todavía no había llegado la guerra de las Malvinas, que fue le tiro de gracia. Teatro Abierto continuaría con tremendo éxito en la sala Tabarís y fueron muchos los empresarios que ofrecieron sus salas para asegurar la continuidad de la experiencia.

En este caso, el Picadero se encuentra a metros de la esquina de Corrientes y Callao, en pleno centro de la ciudad. En aproximadamente un kilómetro, a lo largo de la avenida Corrientes, entre Esmeralda y Callao, están los principales teatros comerciales. Es la parte de la ciudad que trasnocha. Antes se decía que la calle Corrientes, con sus teatros, librerías y restaurantes, nunca dormía, aunque hoy ya no es tan así.

Tanto por cantidad, como por calidad, Buenos Aires es una de las ciudades más importantes del mundo desde el punto de vista teatral. Los porteños llenan las salas, incluso lo han hecho en tiempos de crisis. Y la fiebre por el teatro incluye las numerosas propuestas para el público infantil. Seguramente es ésta una característica única, que asegura el semillero de futuros espectadores

También hay un circuito off o alternativo, con el barrio del Abasto (cerca de 30 salas) como principal foco creativo. Pero el espectador puede ir al teatro en casi cada uno de los barrios de Buenos Aires. En ambos casos, circuito comercial y el llamado también off Corrientes, con muchas propuestas de calidad, con autores argentinos y extranjeros, clásicos y contemporáneos.

Y a todo ello hay que sumar la red de teatros oficiales, con el Colón, el Complejo Teatral San Martín y la sala Presidente Alvear, de administración municipal. Y el Teatro Nacional Cervantes, construido hace casi un siglo por la pareja de actores españoles María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, y que es además uno de los más bellos edificios de Buenos Aires, con su copia de la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares.

Nuevos teatros para Buenos Aires