El próximo cinco de febrero tendrá lugar la presentación de una nueva orquesta española, la Lugo Camerata. Un proyecto joven, fuerte y ambicioso que nace de la inquietud de músicos y gestores culturales por dotar a la ciudad de Lugo y a su provincia de una referencia en la música clásica con la que poder identificarse y de la que ser partícipe. Nueva Tribuna ha conversado con María Valcárcel Tabernero, una de las responsables de esta iniciativa.
Hachè Costa: La nueva orquesta clásica de Lugo, la LUCA, surge como una iniciativa personal de un grupo muy reducido de personas... ¿Cómo se ha gestado la idea?
María Valcárcel: Sí, es el resultado de un interés compartido por un grupo que cubre dos perfiles profesionales, la gestión cultural y la música clásica, ambos de Lugo y ambos convencidos de que la potenciación y difusión de la música clásica era algo que estaba por hacer.
H.C.: Galicia no ha destacado por su actividad orquestal, a pesar de que en los últimos años han existido algunos intentos de consolidar formaciones semi-profesionales. ¿Busca la LUCA un perfil profesional?
M.V.: Absolutamente. Es una de las razones esenciales en las que se basa el proyecto. En esa, y en la calidad.
H.C.: ¿Hay lugar en Galicia para ello? Allí, las distancias son muy cortas, pero su recorrido, eterno. Una población envejecida, pero con una juventud con unas inquietudes culturales muy fuertes. Parece un panorama complicado pero atractivo...
M.V.: Es una pregunta interesante porque me lleva al siguiente planteamiento cuya respuesta es, precisamente, la creación de la LUCA. ¿Hay espacio para la excelencia cultural en Galicia o, al menos, para su búsqueda y posterior aproximación? La respuesta es que si no lo hay, debería haberlo, o alguien debería esforzarse por crearlo. Es casi una cuestión de justicia. En cuanto al panorama que apunta, que es exacto, la dificultad no estriba tanto en las características de la población -que también- sino en algo más abstracto que tiene que ver con costumbres arraigadas, con pensamientos colectivos poco activos y bastante acomodaticios. En todo caso, resulta un reto y, como tal, atractivo.
H.C.: Se habla en estos días de un presunto fraude en el Festival Internacional de Música de Canarias. Entradas no vendidas -que se regalan para disimular una falta de rentabilidad- y que finalmente repercute en el erario público... ¿Es posible sostener la música culta sin dinero público?
M.V.: Existen, cada vez más, modelos muy interesantes de autogestión que tienen su base en la creatividad de los proyectos que abordan. La cuestión es cambiar la perspectiva y adecuarla al momento actual, no se puede seguir perpetuando un modelo que lleva a situaciones como la que planteas. Consolidar una estructura sostenible pasa por crear dinámicas nuevas y por buscar la implicación de los agentes sociales. No es algo que pueda materializarse de inmediato, pero es hora de empezar a pensar de otra forma.
H.C.: Programar a Bártok en un concierto inaugural, aunque no se trate de una de sus obras más arriesgadas, parece una declaración de intenciones.
M.V.: Efectivamente, lo es. La significación hay que buscarla en esa idea de transformación de la realidad a través del arte, en ese sentido nuevo que adquiere la combinación de vanguardia musical teniendo en cuenta el elemento de la tradición.
H.C.: Háblenos de la plantilla orquestal de la LUCA y de su director titular, Xan Carballal.
M.V.: Los músicos que forman la LUCA tienen un bagaje profesional destacado, su formación es muy completa, teniendo en cuenta su juventud. Lo único de lo que carecían era de oportunidades musicales con proyección de futuro. Su implicación en el proyecto es absoluta. Xan Carballal se ha formado con maestros de la talla de Rostislav Hališka, discípulo a su vez de Herbert Von Karajan, y ha tenido un papel esencial en la difusión de la música clásica en la provincia de Lugo, creando la Orquesta Clásica de Xove, dirigiendo varias escuelas de música y llevando a cabo una labor pedagógica incansable. Posee una visión muy clara de lo que quiere para la orquesta.
H.C.: Usted ha ejercido como programadora de diferentes actividades que han mejorado sensiblemente la oferta cultural del Ayuntamiento de Lugo, a través del Festival Nomenklaturas...
M.V.: La idea de Nomenklaturas es contribuir a crear una estructura cultural sólida en Lugo, generando interacciones, intercambios y perspectivas nuevas. Estoy convencida que de ahí es de donde salen los proyectos culturales sostenibles y ricos.
H.C.: ¿Están vinculados Nomenklaturas y la LUCA, o no mantienen relación alguna, más allá de su presencia?
M.V.: En Nomenklaturas se fue gestando la idea de una orquesta a partir de la realización de proyectos de música clásica novedosos en la ciudad, de hecho, muchos de los músicos que componen la LUCA participaron en ellos. El salto a la orquesta clásica puede entenderse como un paso natural -y ambicioso-, pero ya concebido como una entidad independiente.
H.C.: Volviendo a la LUCA, ¿qué tenemos más allá del concierto inaugural? ¿Se puede hablar ya de una temporada de conciertos estable o es algo que ha de ir conformándose poco a poco?
M.V.: Nuestra intención es cerrar cuatro grandes proyectos al año y conseguir mantenerlos. Hablo de proyectos y no de conciertos, por su sentido más amplio. El objetivo de cada uno es lograr el desarrollo de la orquesta a través de intercambios musicales fructíferos. No se trata de instalarse en una situación cómoda y, en cierto sentido, manejable, sino de afrontar nuevos retos buscando colaboraciones, innovando y creciendo. Tenemos también dos vías que queremos trabajar: la didáctica y la de difusión de compositores locales, como Juan Montes o Jesús Bal y Gay.
