viernes. 26.04.2024
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Imagen: Femme.Sapiens

Inés Villodre | En la década de 1970, Richard Dawkins decía en El gen egoísta, uno de los primeros escritos teóricos sobre el meme, que “cuando morimos hay dos cosas que podemos dejar tras nuestro: los genes y los memes”. La década de 2010 fue el germen contemporáneo de una cultura que hoy aparece como cotidiana, la cultura del meme. Páginas web como 4chan permitieron experimentar los primeros simulacros de memes en el Internet moderno al que España accedió a través de la traducción de aquellas tiras cómicas. Los trabajos teóricos publicados desde aquella década hasta la actualidad permiten estudiar cómo el meme se ha hecho hueco entre las grandes artes clásicas, replicando o creando nueva iconografía, en un nivel de complejidad muy similar al de la la escuela neoclásica.

Julio Sanz, director del Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Imagen (CIDI) desarrolla que “venimos de muchos años pensando que el arte está por encima de todo, quizá no es nuevo cuestionarlo, pero no tiene por qué no ser arte algo que se haga con urgencia, e inmediatez. Es incluso, información”. El curso de verano que dirige, titulado “El meme como una de las Bellas Artes” que se celebrará en la Universidad de Castilla-La Mancha los días 7 y 8 de octubre, tiene como propósito un acercamiento entre las llamadas artes académicas y la cultura del meme.

Una cultura que tradicionalmente siempre ha estado asociada al mundo del humor, pese a que como comenta la jefa de arte de la agencia Está Pasando, y secretaria del curso, Elena Pérez: “si te vas hacia atrás, ya había situaciones que se conocían y se viralizaron que no eran de humor”. Elena abarcó uno de los estudios acerca del meme publicados en la década de 2010. En esa década, en especial 2013-2014, fue cuando el meme “empezó a conocerse a nivel universal”.

Un ejemplo de esta superación del humor es la llegada del lenguaje del meme en la ayuda por el empoderamiento y la conciencia social en temas como racismo, feminismo o ecologismo. Elena Sótoca, ilustradora y activista feminista, que realiza memes bajo el nombre Femme Sapiens reutilizando imágenes pictóricas a las que da un nuevo contexto, en las situaciones cotidianas modernas. Su objetivo es “convertir este enfado que las mujeres tenemos derecho a sentir por un sistema machista en un contenido que sin quitar la seriedad al tema que estamos tratando a través del humor”. El humor paulatinamente ha pasado a un segundo plano y a convertirse en una herramienta que cree que “puede servir para hacer llevar el mensaje a aquellos que igual no están dispuestos a recibirlo, simplificando el mensaje”.

Además, no solo ha evolucionado la forma de tratar el humor, sino el propio sentido del lenguaje del meme, que ha trascendido en el uso que se le daba para la propia creación y el entretenimiento a ser usado como lenguaje en campañas publicitarias. Esta es la forma en que se comunican agencias como Está Pasando, de las que Elena Pérez explica: “creemos que la forma más directa para llegar a un público sobre todo en edades más grandes”. A través de gif, tuits o imágenes, el meme llega de forma natural a la forma de comunicación publicitaria porque la cultura del meme está ya en la del equipo que forma la agencia.

Desde la incursión del meme en el lenguaje cotidiano de Internet, se han generado numerosas iniciativas para tratar de conservarlo y catalogarlo, tales como el Museo de Internet, la plataforma Knowyourmeme, dedicada a catalogar y explicar la cronología, difusión, usos y significados de memes viralizados o la iniciativa de la Biblioteca Nacional de archivar estos elementos desde 2017 para tratar de desarrollar el contexto de acontecimientos en la historia reciente española. A este respecto, Julio Sanz detalla que “tenemos que pensar en la necesidad de poder revisar el pasado gráfico aún de lo que se mueve sin detenerse ni un instante” a pesar de que, como él mismo explica, en el futuro exista la posibilidad de que, al igual que se produce en la actualidad con las obras de arte antiguas, los memes se puedan descontextualizar para adaptar las imágenes a nuevos contextos que vayan surgiendo.

La clave es la inmediatez. La evolución desde el blog, plataforma con predominancia de texto “se usa menos porque cada vez se lee menos” según Elena Sotoca, y “esta inmediatez del meme que tanto se consume como se crea, rápido, contribuye a seguir la cadena”.

Imagen: Femme.Sapiens

El meme como décimo arte