sábado. 27.04.2024
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Primer aborto eugenésico legal en España (1937)

“El aborto será legalizado, practicado con asepsia y competencia no ofrecerá los peligros que hoy ofrece en la clandestinidad”. (Tierra y libertad, 6/1933).

“De un artículo titulado “Los rojos han implantado el divorcio”: El aborto, legalmente, es un asesinato, un crimen de lesa humanidad, ya que condena a un ser que había de nacer a que no nazca”. ¡Y tienen razón! Cuánto mejor es dejarlos que nazcan y esperarlos con el aeroplano a la salida de las escuelas. Así, por lo menos, se salva a España” (Solidaridad Obrera, 29.1.1937. “Leyendo prensa fascista).


  1. Félix Martí Ibáñez (1911-1972)

Félix Martí Ibáñez (1911-1972)

felix marti 1Nació en Cartagena. Era hijo del famoso pedagogo Félix Martí Alpera (1875-1946) y de la pianista Josefina Ibáñez Sánchez (1882-1972) profesora de música y maestra. Como curiosidad biográfica, digamos que era sobrino del escritor Vicente Blasco Ibáñez. Estudió medicina en Barcelona, licenciándose con 22 años.

Siendo estudiante lideró la Agrupación Escolar Marañón, editando la revista Archivos de la Agrupación Escolar Marañón. A Marañón lo consideró siempre su maestro. También, asistió a diversas conferencias de Ortega, de quien admiró su estilo literario.

felix marti 2Se casó dos veces. Su primera esposa, así me lo refiere una sobrina de Félix, se llamaba Mary. Su segunda mujer, de ascendencia italiana, fue Josefina Vittiglio. Falleció en 1966, tras un cáncer.

Su primer trabajo, publicado en Archivos del Instituto de Medicina Práctica, llevaba por título En torno a la profilaxia de la guerra, donde presentaba al médico como el primer opositor a la guerra. En febrero de 1934, en el mismo IMP organizó unas jornadas sobre Eugenesia. Intervino con una conferencia titulada Eugenesia y Piscología. En diciembre de 1934, defendió su tesis doctoral: Ensayo sobre la Historia de la Piscología y Fisiología místicas de la India. Un tema nada común en los predios universitarios de la época.

felix marti 3Su colaboración en la revista anarquista Estudios (1928-1937) data de 1934. Sus artículos versaron sobre sexualidad, eugenesia y control de natalidad.

En enero de 1936, inició un Consultorio psíquico-sexual y un “Consultorio médico”, al estilo de lo que venía haciendo Isaac Puente y Javier Serrano. Martí se presentaba como “Médico psicólogo. Enfermedades nerviosas y mentales. Conflictos espirituales y sexuales” y anunciaba que “en esta nueva sección de Estudios vamos a contestar a aquellas consultas que planteen un conflicto espiritual o sexual y que requieran consejo o tratamiento psicológico”.

felix marti 4La Revista Estudios, también, editaba, bajo el epígrafe de Biblioteca de Estudios, libros de divulgación. Martí publicará Higiene Sexual y una novela Yo, rebelde.

En enero de 1935, escribirá en la revista Higia (1935-1938), una Revista Mensual de Higiene y Divulgación sanitaria. Publicará dos artículos bien peculiares, uno titulado Miguel Servet y la inquietud y otro con el título de Valor higiénico de la disciplina espiritual.  

rebelde

higia

Además, era miembro de la llamada Asociación de Idealistas Prácticos, formada por médicos y estudiantes de medicina. Su sede estaba en la calle Santa Ana, 28, primera, en Barcelona. En dicha asociación se impartían cursillos de Asistencia Sanitaria. Su plantel de profesores estaba formado por los doctores Durán Jordá, Villadrich, Mas Oliver, Capitán Cruz, Capellá y el propio Martí.

SOLIDARIDAD OBRERA 22.8.1936, MARTI. IDEALISTAS PRACTICOSSus ideas pacifistas le llevaron a ser representante de la War Resisters´International, fundada en 1921. Su lema era “La guerre est un crime contre l'humanité”.

Participó en el IX Congreso Internacional de la Historia de la Medicina, presentando cuatro trabajos, extraídos de su tesis doctoral. Presidió el congreso Marañón y entre los presentes se encontraba su futuro amigo, el norteamericano Henry Sigerist.

Martí fue un activo colaborador de la Organización Sanitaria Obrera (OSO). En su consultorio gratuito, asistía a los aquejados de enfermedades nerviosas y mentales. En el barrio de Gracia, estableció una consulta de psicosexología, al mismo tiempo que colaborará con asociaciones e instituciones nada afines entre sí, como era el orientalismo, el marxismo y la teosofía.

Fue el gran artífice de la primera ley del aborto que hubo en España o, si se quiere más precisión, en Cataluña.

Tras la guerra, se exilió a Nueva York, donde obtuvo la nacionalidad norteamericana. Trabajó en el departamento médico de la División Internacional de Hoffman La Roche. Luego, fue director médico de Winthrop y, más tarde, de Squibb.

CIUDADANIA NORTEAMERICANA

Articulista, conferenciante y escritor

Su labor como articulista, conferenciante, escritor y, finalmente, como editor fue tan intensa como sobresaliente. Paradójicamente, muchos de los artículos que escribió, en especial los publicados en Mi revista, ilustración de actualidades -dirigida por el periodista de la CNT Eduardo Rubio Fernández, no parecen propios de un militante libertario. Tienen un fondo más filosófico y espiritual que político. Espiritual; no religioso.

Más que un anarquista nato, se mostró antifascista, defendiendo un respeto, inusual en la época, a todas las ideologías políticas que defendían el proyecto aconfesional y político que representaba la República.

Leyendo sus artículos muchos pensarán en que se encuentran ante un filósofo o maestro zen o budista o de un discípulo aventajado de Tagore, mucho más que ante un médico anarquista. De lo que sí puede afirmarse es que su cultura era inmensa. No hubo rama del saber por la que no mostrase curiosidad. Fue un intelectual, un cerebro muy bien adornado, en posesión de una prosa reflexiva, florida y recargada en su primera época, luego, mucho más depurada, como lo demuestra, entre otras obras, su monumental historia de la medicina titulada La Epopeya de la Medicina, una exquisitez médica, cultural y literaria.

epopeya medicinaEscribió infinidad de artículos afines con su profesión, en especial, sobre eugenesia, higiene, psicología y sexología. También lo hará sobre homosexualidad. R. Cleminson dedicará un extenso capítulo crítico a sus opiniones sobre este materia. En un momento, afirmará que “Martí Ibáñez coincidía paradójicamente con algunos moralistas que predicaban la supresión de la homosexualidad y que llegaban en algún caso a equiparar la homosexualidad con la maldad absoluta del diablo” (Anarquismo y sexualidad en España (1900-1939), editorial UCA, 2008).

Integrado en la Organización Sanitaria Obrera, entidad mutualidad ligada como se dijo a la CNT, se encontrará en ella con, entre otros compañeros, Javier Serrano Coello e Isaac Puente, siendo un activo fundamental en cada uno de los proyectos emergentes de aquella entidad.

Director general de Sanidad

El golpe de Estado lo pilló en Canet de Mar donde debía dar una conferencia al aire libre. Al momento, regresó a Barcelona integrándose en las milicias libertarias. Entre los soldados se lo conoció como “el médico de las barricadas de Barcelona”.

En septiembre de 1936, intervino en el primer congreso internacional de la Juventud, celebrado, en Ginebra. En su discurso, largamente aplaudido, defendió el carácter aconfesional de la organización. En diciembre, participará en un mitin en la ciudad de Valencia junto con Federica Montseny.

mitin montseny marti

Participó activamente en diversos organismos relacionados con el frente bélico. Lo hará en Control Sanitario Confederal, en conexión con la OSO; el Comité Revolucionario, constituido en Colegio de Médicos, órgano anejo al Comité Central de Milicias Antifascistas. Con la entrada de la CNT en la Generalitat, el Comité Revolucionario se transformó en el Consejo de Sanidad de Guerra, compartiendo cargo de vocal con Javier Serrano Coello.

Justo en el momento en que estalla la Guerra Civil, la CNT se integra en el gobierno de la Generalitat de Cataluña. Martí, con tan solo 25 años, será llamado por el consejero anarquista García Birlán para que, como Director General, coordine la sanidad y asistencial social. Lo hará desde el 1 de octubre 1936 y, aunque el 17 de diciembre Birlán será sustituido por Pedro Herrera, también anarquista, este confirmaría a Martí en su puesto. Durará en el cargo hasta mayo de 1937.

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El enfrentamiento entre comunistas y fuerzas de la Generalitat, de un lado, y los anarquistas y marxistas del POUM, por otro, provocarían una crisis dentro del gobierno de Largo Caballero que llevó a los ministros de la CNT -Montseny y García Oliver, este como ministro de Justicia- a dejar el gobierno central y a los consejeros libertarios a abandonar la Generalitat.

Este enfrentamiento entre las fuerzas políticas de izquierdas no pasó desapercibido a la mente analítica de Martí. Dio su original interpretación de los enfrentamientos entre las fuerzas catalanas de izquierda, en clave psicoanalítica, en su libro Psicoanálisis de la Revolución social española (Barcelona, 1937), un estudio que no estaría nada mal que lo leyeran las actuales izquierdas eternamente divididas por anda y quítame esas pajas, consiguiendo así que las derechas se eternicen en el poder.

Se incorporó al Ejército del Este, como oficial médico (Diario Oficial del Ministerio de Defensa), con la antigüedad del 1 de agosto de 1936 y empleado en la Defensa Especial Contra Aeronaves (DECA) desde el 1 de junio de 1937. Y ello sin abandonar su faceta de orador, como lo demuestra su participación en el Mitin-Pro Ateneos, reclamo de asistencia reproducido por Solidaridad Obrera.

SOLIDARIDAD OBRERA. 14.1.1937. MITIN MARTI

Participó en el frente sur del Ebro, donde fue herido en “zona de tierra de nadie” en 1938. Recibió el impacto de una bala en el costado, el brazo derecho y la cabeza. Fue atendido de urgencia en el mismo campo de batalla y en el suelo de un camión trasladado a Barcelona Fue operado por uno de sus maestros, Trías, profesor de Cirugía, extrayendo los fragmentos de bala que pudo, aunque quedaron permanentemente algunos en el brazo y en la cabeza. Repuesto volvió a sus labores de medico militar.

Así contaba este hecho Solidaridad Obrera, y en Mi Revista, de la que era asiduo colaborador:

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Martí solo estuvo diez meses en el cargo como Director General de Sanidad, pero su huella fue relevante. Un análisis de su paso por la Dirección la resumió en tres artículos publicados en Mi revista con el título: “Diez meses de labor de la CNT en Sanidad y Asistencia Social”, con fechas 1 y 15. 10 1937, y 1.11.1937. Con el tiempo, se convertiría en libro. En él, en un lógico tono propagandístico, enumeraría cada una de las actividades realizadas por su equipo.

REVISTA, 10,2.1938 MARTI-LIBRO

Con Félix Martí cobraron impulso las obras ya pergeñadas por OSO, tales como la atención prestada en el ámbito de la asistencia psiquiátrica, de la infancia, de la medicina social preventiva, del servicio de incineración de cadáveres y de la puesta en marcha de los hospitales de santa Coloma, Horta y Sarriá y, finalmente, su gran apuesta por la regulación del aborto, una decisión compartida por el equipo que conformaba la dirección general de sanidad y el gobierno de la Generalitat, donde figuraban Companys y Josep Tarradellas.

Su trabajo se centró en transformar la arcaica sanidad curativa en medicina social y preventiva; suprimir su carácter de beneficencia privada y convertirla en solidaridad humanista, objetivos una y otra vez repetidos por el médico Javier Serrano en sus escritos. Alentó las luchas sanitarias contra la plaga de la tuberculosis, las enfermedades venéreas, la lepra, el paludismo y la rabia; y, por supuesto, su gran especialidad, el desarrollo de los servicios psiquiátricos.

Impulsó la publicación de una serie de folletos eugénicos, entre ellos, la creación del primer Boletín Técnico de Sanidad y Asistencia Social y la revista SIAS (Sanidad asistencial y social), portavoz higiénico y cultural, escrito en bilingüe, y dirigido por Martí.

En la publicación Mi revista escribirá  sobre temas relacionados con la guerra, pero no solo. Me limitaré a recordar los títulos de algunos de sus artículos que muestran su amplitud de miras e intereses: “Pánico en Ginebra”, “Julio, siempre”, “El arte en la guerra”, “Mensaje de Paz a los Trabajadores”, “El sexo en la literatura”, “Los médicos en la revolución” (réplica al doctor Marañón), “Una voz de la India. Ofrenda a Tagore”, “Tres Estampas (campesino, obrero y combatiente)”, “Mensaje a los idealistas”, “La objeción de conciencia ante la revolución”, “Juguetes infantiles”, “La nueva Cultura Obrera”, “México por España”, “La mujer en la revolución”.

La misma imagen de intelectual comprometido se observará en sus artículos de batalla, publicados en los periódicos anarquista Tierra y libertad y Solidaridad Obrera: “Sobre la prostitución” (12.11.1935), “Mensaje revolucionario a la España proletaria”, “El niño y sus juguetes” (27,12.1936), “La cultura en el nuevo orden revolucionario” (19.1.1937).

Martí procedía de la corriente eugenésica, de ahí que hiciese hincapié como médico en aspectos como el control de la natalidad, el aborto libre, la protección socio-sanitaria a la infancia, creación de liberatorios de la prostitución, centros de información juvenil y sexual. Quedó en el tintero su propuesta de la creación de un Instituto de Ciencias Sexuales.

Ley del aborto, 25 diciembre de 1936

Félix Martí fue el inspirador fundamental de la ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo fechada el 25 de diciembre de 1936, aunque su conquista fuese considerada como un éxito sobresaliente del anarquismo dirigente. Así lo reflejarían los periódicos Solidaridad Obrera y Tierra y libertad.

La ministra de sanidad de la II República, Federica Montseny, gran amiga de Pedro Herrera, ofreció a Martí Ibáñez dirigir la Subsecretaría del Ministerio de Sanidad del gobierno de la Nación. Ambos dirigentes se conocían muy bien. De hecho, participaron en mítines libertarios.

La propuesta de su nombramiento como Subsecretario de sanidad del Gobierno republicano llevaba fecha del 2 de enero de 1937, para lo que fue necesario que cesara como secretario general del Consejo Nacional de Sanidad. El gobierno, a propuesta de la ministra, aceptó su dimisión el 22 de febrero de 1937. Sin embargo, no consta ninguna disposición ministerial tramitada por Martí con el cargo de subsecretario

La ley pro aborto se promulgó en diciembre de 1936. Entró en vigor en 1937 y llevaba la firma de Josep Tarradellas. Pedro Herrera, conceller de Sanitat y Asistencia social, y Rafael Vidiella, de la UGT, conceller de Justicia.

gobierno 1937

El médico anarquista Félix Martí́ Ibáñez, Director general de Sanidad de la Generalitat, escribió́ la introducción del folleto que, desde la Consejería, se editó para dar a conocer su contenido. Dejaba claro que consideraba el aborto como una medida más dentro de la reforma eugénica: “El aborto salta de la sombría clandestinidad e incompetencia en que fue verificado hasta hoy y adquiere una categoría biológica y social, al convertirse en instrumento eugénico del proletariado”.

folleto reforma eugenicaAdemás de los motivos eugenésicos, este decreto pretendía dar una solución al grave problema de los abortos clandestinos: “Durante mucho tiempo, el aborto ha sido practicado por elementos desaprensivos que han especulado con las necesidades proletarias de limitar la prolijidad en determinados casos. Precisa terminar con el oprobio de los abortos clandestinos, fuente de mortalidad maternal, para que la interrupción del embarazo llegue ser un instrumento al servicio de los intereses de la raza y verificado por aquellos que tengan solvencia científica y autorización legal.”

Se establecían claramente los supuestos por los que se podía realizar un aborto:

“Art. 1.° Queda autorizada la interrupción artificial del embarazo efectuada en los Hospitales, Clínicas e Instituciones Sanitarias dependientes de la Generalidad de Cataluña en los cuales esté organizado el servicio especial para tal finalidad.

Art. 2.° Se considerarán motivos justificados, para la práctica del aborto, las razones de orden terapéutico, eugénico o ético.

Art. 3.° Los casos de solicitud de aborto no terapéutico ni eugénico se efectuarán exclusivamente a petición de la interesada, sin que ninguno de sus familiares o cercanos puedan presentar luego reclamación ninguna respecto al resultado de la intervención.

Art. 4.° En los casos que excedan de los tres meses del embarazo, la interrupción del embarazo no se efectuará a menos que exista justificación terapéutica.

Art. 5.° No se permitirá a la misma mujer la interrupción del embarazo más de una vez al año, si no existe causa terapéutica que lo exija.”

En este decreto, se contemplaba que la mujer, motivada únicamente por razones “sentimentales” o “éticas” pidiese que se le practique un aborto, siempre y cuando no llevase más de tres meses embarazada. Esta petición solo podía realizarla ella, y nadie de su familia podía presentar ninguna reclamación.

decreto de abortoEste último motivo suponía un reconocimiento del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su maternidad. La ley establecía cuatro supuestos para autorizar el aborto hasta los tres meses: “causas  terapéuticas (enfermedad física o mental de la madre que contraindica el parto), el motivo eugénico (incesto paterno o taras que podrían propagarse en el futuro ser), los factores neomalthusianos (deseo consciente de la limitación voluntaria de la natalidad) y sentimental o ético (maternidad indeseada para la madre por causas de orden amoroso o emotivo).

La ley catalana de interrupción artificial del embarazo fue, como reconocía expresamente su texto, la primera vez que la eugenesia se incorporaba a una ley. También, sería la última. Fue el canto del cisne de la escuela ibérica de eugenesia, que duró desde principios del siglo XX hasta 1939. Una corriente ideológica que nada tenía que ver con la eugenesia racista, que algunos países practicaron, no solo Alemania.

Luis Huerta, el más famoso de los defensores de la Eugenesia en España, recibió esta ley con las siguientes palabras: “Con júbilo debemos celebrar esta gloriosa conquista eugénica; el aborto autorizado es un derecho reconocido hoy por las ciencias jurídicas. ¡Loado sea el profeta y loado también el jurista!”

Pedro Herrera, Conceller de Sanitat, defendió la ley diciendo: “Los que anhelamos una nueva humanidad plena de amor teníamos que impedir el nacimiento de los no deseados, por ser probables seres condenados al desprecio y abandono de sus progenitores. Los que soñamos con una era de belleza no podíamos consentir la existencia de seres estigmatizados por las lacras de sus padres”.

Por su parte F. Martí comentó: “Y como toda reforma eugénica debe situar en el punto axial de la misma a la madre y al niño, por ahí comenzamos, estableciendo en el citado Decreto la libertad de practicar el aborto, sea cual fuere la causa que lo motive, borrando así de golpe el curanderismo asesino y dotando al proletariado de un modo científico y eficaz de controlar su natalidad, sin temor a los riesgos que ello pudiera reportarle”.

Martí defendía una legislación que amparase la libertad de abortar, al mismo tiempo que la limitación de la natalidad como uno de los objetivos del Decreto. Buscaba la legitimidad del aborto para evitar la muerte de las mujeres durante prácticas abortivas ilegales. Sobre este asunto, escribirá con conocimiento de causa: "Ya no asistiremos más al espectáculo de madres muertas a causa de una fallida maniobra abortiva, de infanticidios dimanantes del odio al niño que nació sin ser deseado, de mujeres con su rumbo vital torcido por un hijo que es un estigma o una reminiscencia de algo que se desearía olvidar, de niños llegados a hogares sin pan y a padres sin amor" (Félix Martí Ibáñez: “En torno a la reforma eugénica del aborto”, Estudios, enero de 1937).

El periódico Solidaridad Obrera calificó esta ley como una Conquista de la Revolución, tal y como reflejó en uno de sus artículos fechado el 13 de enero de 1937:

“La incorporación a la legislación sanitaria del reconocimiento del aborto como necesidad social, supone para la mujer y para la sociedad una conquista revolucionaria de las de mayor transcendencia, que solo en los momentos actuales, o en su régimen de libertad, ha podido ser implantado. La legalización del aborto, como medida de higiene social y como reparación de orden ético, se ha estrellado siempre, aun en lo países de legislación democrática, contra la muralla de prejuicios y la hipocresía se las clases burguesas. Pero es una realidad que el aborto se practica en todas las grandes ciudades del mundo, originando una especie de curanderismo que, sin ninguna garantía higiénica, pero con repulsivos aspectos de celestinajes, explota y comercia con la desesperación, unas veces, con la miseria otras”.

SOLIDARIDAD OBRERA. 13.1.1937. ABORTOCONQUISTA

El juicio habitual sobre este asunto es que Cataluña se puso a la vanguardia europea con relación a la legislación sobre el aborto. Hay que recordar que en 1916, había sido la República Federal de Suiza la que, tras un duro debate, había introducido por primera vez en Europa una legislación sobre el aborto. Le había seguido Checoslovaquia, en 1925, admitiendo el aborto no sólo por motivos terapéuticos sino también con fines restrictivos de maternidad. Al año siguiente, fue la Unión Soviética la que aceptó el aborto, y tres años más tarde, en 1929, el Japón imperial.

Sería la revista ilustrada Mundo Gráfico quien se hizo eco publicitario elogioso de dicha ley, dedicándole dos páginas y que reproduzco.

MUNDO GRAFICO. 12.5.1937. CATALUÑA-ABORTO

MUNDO GRAFICO 12.5.1937. CATALUÑA ABORTO.2

Primer aborto en el hospital de Barcelona

La primera mujer que abortó legalmente en España, “en marzo o abril de 1937”, tenía 25 años, la cual, según palabras de F. Martí, “tenía un nivel cultural deficientísimo, fruto de una triste herencia, cuyo eslabón, cuyo final herrumbroso fue ella. Un padre luético y canceroso, una madre muerta de afección cardiaca y ocho hermanos, dos muertos de pulmonía, una hermana escrofulosa; toda una muchacha enfermiza, estigmatizada, eslabones de una cadena degenerativa, cuyo primer anillo se esfuma en lejanías patológicas”.

Añadía el informe que había tenido dos hijos “heredosifilíticos” y “anormales” (discapacitados mentales). La mujer, embarazada de nuevo, huyó de Madrid, donde se quedó su marido, miliciano combatiente, y llegó hasta Barcelona, donde abortó con todas las garantías legales en el hospital Cardenal. Es evidente que su caso fue filtrado a la prensa con ánimo de recalcar la faceta eugénica de la nueva ley catalana de legalización del aborto.

Es unánime la opinión de que dicha ley se aprobó y se aplicó gracias al contexto de la guerra y a la posición de poder que el anarquismo tuvo en el gobierno de la Generalitat. En efecto. Entre los meses de septiembre de 1936 y junio de 1937, la Consejería de Sanidad y Asistencia Social estuvo ocupada por cuatro titulares, militantes de la CNT: Antonio García Birlan (septiembre diciembre de 1936); Pere Herrera (diciembre del 36 de abril de 1937; Aureli Fernández (abril-mayo del 37), Valeri Mas i Casas (consejero de los servicios públicos, economía, sanidad y asistencia social mayo junio del 1937.

Esta continuidad en cargos y de personas permitió a los anarquistas practicar una política sanitaria según su ideología, basada en unos principios que se resumían en dos conceptos fundamentales: sanidad preventiva antes que curativa y sanidad solidaria en lugar de beneficencia.

A pesar de la bondad de tales principios, incluida la ley del aborto, el gobierno de Madrid no adoptó dicha legislación. Lo contó Federica Montseny entonces Ministra de Sanidad en el gobierno de Largo Caballero, señalando que “consciente de la necesidad de encontrar solución al caso, sin ser partidaria, ni mucho menos, de la práctica del aborto, decidimos de común acuerdo la doctora Mercedes Maestre y yo preparar un decreto que permitiera la interrupción artificial y voluntaria del embarazo. Decreto que quedó en suspenso en la cartera del presidente a causa de la oposición de la mayoría de miembros del Gobierno”.

Montseny no consiguió convencer a sus colegas varones del Consejo de ministros para que aprobasen una ley como la catalana para todo el territorio republicano. No hubiesen dicho lo mismo si quienes tenían que abortar habrían sido hombres. Vox pópuli dixit.

Sin embargo, a pesar de que Largo Caballero se mostró contrario a la aprobación del proyecto, la ministra Montseny recurrió, según refiere en su relato, “al subterfugio de extender al resto de la España republicana los beneficios del decreto sobre el derecho a la interrupción artificial del embarazo adoptado por la Generalidad de Cataluña en agosto de 1936”. Se trata de una parte de la historia poco conocida y, de hecho, no hay datos, ni siquiera en el libro biográfico de Montseny, sobre esta hipotética extensión del Decreto de Interrupción Artificial del Embarazo al resto del territorio de la República. Tampoco, debería extrañar. La expansión del derecho al aborto duró muy poco tiempo en Cataluña.

Además, la situación de la guerra hubiese impedido aplicar dicha ley en todo el territorio. Y la necesidad urgente de responder a los problemas acuciantes de sanidad y asistencia sanitaria a los heridos del frente paralizó de un modo radical la dedicación específica a la reforma eugénica del aborto.

La ley se mantuvo en vigor en Cataluña hasta enero de 1939. En 1942, fue promulgada la ley de protección de la natalidad  y la prohibición del aborto y la propaganda anticoncepcionista del régimen franquista. El resto es sobradamente conocido.

¿Por qué fracasó la ley del aborto?

Es unánime la opinión de que la aplicación de la ley catalana sobre el aborto fracasó. Y no solo por el impedimento importante de la guerra. Hubo más factores que dieron al traste con dicha ley (en Cataluña).

Para empezar, habría que decir que los anarquistas, a pesar de defender los derechos reproductivos, no repararon en que el aborto era una cuestión de autonomía femenina. Martí mismo había dicho. “La autorización para efectuar el aborto representa pues una vigorosa afirmación de la maternidad en cuanto afecta a la responsabilidad de la mujer en adelante en lo que a su vida sexual se refiere, la mujer quedará liberada de la tiranía egoísta masculina y tendrá unos derechos de los cuales destaca el de disponer de sí misma y decidir sobre su maternidad que comprará a costa del precio de unos deberes hasta hoy olvidados” (Martín Ibáñez, Mi revista “Diez meses de labor de Sanidad”, 15.10.1937).

mi revista. 1.10.1937, marti. ex 1Dejo de lado las estadísticas de abortos que hubo, porque, tras el turbión de la guerra, resulta imposible dar con una documentación fiable. Más todavía, la desaparición de parte de la documentación del Hospital Clínico hace difícil evaluar las elevadas cifras dadas por Martí y su equipo.

La historiadora Mary Nash aduce varias razones de este fracaso. Recalca, sobre todo, la disposición hostil de los médicos. Se negaron a colaborar en la reforma eugénica aunque estuvieran obligados a cumplir la normativa. En la ley, se prohibía la objeción de conciencia. Todos los médicos estaban obligados a participar en el servicio. El 30 de abril de 1937, el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya una circular firmada por Martí Ibáñez recordaba a los médicos que aquellos que no cumpliesen la normativa vigente sufrirían las máximas sanciones posibles. Indirectamente, sugería que el decreto no se estaba cumpliendo

Para Nash fue innegable la existencia de una política obstruccionista por parte del sector médico, pero, como ella misma dice, “no solo por cuestiones éticas y morales”. Había otra interpretación más sutil y que ella, con agudeza analítica, la desmenuza de este modo: “los derechos emancipatorios femeninos contemplados en la nueva legislación catalana superaron las bases justificativas de la licitud del aborto aceptadas en los ámbitos médicos”. Estos consideraron la ley como una bofetada a su autoridad, como una imposición por parte de los médicos anarquistas, cuya política sanitaria despreciaron. Era una ley que los médicos no habían elaborado. Así que, no solo impidieron el aborto clínico, sino que desviaron a estas pacientes de los centros de planificación de la Generalitat. Los anarquistas no solo no consiguieron el apoyo de la clase médica a la ley, sino, también, su boicot.

Nash añade, también, la falta de pedagogía práctica a la hora de “vender” el producto eugénico. De hecho, la Generalitat no hizo publicidad directa en la calle ni contó con el apoyo de los medios de comunicación, radio y prensa.

Para colmo, el decreto nunca fue debatido. De este modo, su problemática no transcendió a la calle, ni al debate periodístico. El folleto “La reforma eugénica del aborto” apenas se divulgó. Y quienes eran los impulsores de esta reforma, conviene no olvidarlo, era un grupo reducido de hombres, con exiguos recursos económicos, dado el Saturno devorador de la guerra.

Y, cosa paradójica, las mujeres, tampoco, intervinieron en el diseño de esta nueva política sanitaria. Un error gravísimo, producto sin duda de la ideología patriarcal del momento. Así pasó. Fueron poquísimas las mujeres que se enteraron de la existencia de este servicio. Como dice Nash “muchas mujeres trabajadoras catalanas no tenían idea de esta ley”. Fue consecuencia directa de la marginación a la que la mujer había sido sometida en el terreno de la política y en otros ámbitos públicos. Y las mujeres que sí se enteraron de la reforma no la usaron. La actitud tradicional con respecto al aborto voluntario seguía siendo culturalmente inaceptable y a nivel público se condenaba por inmoral o por asunto de putas. Añádase a ello la burocracia del servicio de aborto que añadió una dificultad más, al no garantizarse el anonimato caso de abortar.

Lo más sintomático de esta situación es que las organizaciones femeninas implicadas en la lucha antifascista tampoco incluyeron este tema en su programa. El silencio de una organización anarquista como Mujeres Libres en torno a la reforma eugénica del aborto, implantada precisamente por sus propios compañeros anarquistas, fue más que chocante. En este sentido, no se puede olvidar que la anarquista y médica Amparo Poch Gascón estaba en Barcelona, dirigiendo el Casal de la Dona Treballadora, pero ni ella, ni la revista Mujeres Libres, dijeron una palabra al respecto. Ni Lucía Sánchez Saornil, ni Mercedes Comaposadas Guillén, etcétera.

mujeresLa práctica del aborto siguió formando parte de la cultura clandestina y  una realidad social marginada a pesar de la dinámica de cambio social del momento (Véase de Mary Nash, Historia Social, “Género, cambio social y la problemática del aborto”, nº 2, Otoño 1988).

Exilio y ciudadanía norteamericana

En 1938, Félix Martí asistió como delegado anarquista al Congreso Mundial de la Juventud por la Paz en Nueva York. Así lo reflejaría Mi Revista:

MIREVISTA.1.8.1938, MARTI-AMERICA

CONFERENCIA NUEVA YORK

Aprovechará el momento para impartir varias conferencias por los Estados Unidos y mantener encuentros con intelectuales y sindicalistas.

conferencias 1938

El objetivo era busca apoyos internacionales para la República. Un viaje que le llevó a establecer lazos de amistad que, más tarde, le servirían para instalarse definitivamente en Nueva York y trabajar como editor médico e historiador de la medicina. Todo ello gracias a Henry Sigerist, que vivía en Baltimore.

Aun sabiendo que la guerra estaba ya perdida regresó a Barcelona, pero no tardó en tomar el camino del exilio en febrero de 1939. Pasó la frontera junto con los restos de uno de los cuerpos del ejército que abandonaron España en retirada, a través de los Pirineos, en medio de una gran nevada, los pies descalzos y envueltos en trapos. Para no terminar en un campo de concentración se ocultó tres días debajo de una cama en un hotel fronterizo, hasta que fue rescatado por unos familiares residentes en Arcachón. Consiguió llegar a París donde, por fin, se embarcó hacia EE,UU.

A partir de este momento, comenzará a vivir su etapa conocida como “época neoyorkina”. Abandonará toda vinculación con las organizaciones políticas, lo que no será óbice para apoyar activamente a los aliados durante la II Guerra mundial.

arielSe dedicará con pasión absorbente a su tarea de escritor. En septiembre de 1939, se publicó en Los Ángeles, en castellano, la revista Ariel.

En 1944, adquirió la nacionalidad norteamericana.

En 1950, fundó la MD Publications Inc, grupo editorial de revistas de gran tirada como MD Magazine. La revista cultural dirigida a los médicos tuvo un gran éxito. Al mismo tiempo, será profesor Historia de la Medicina en el New York Medical College durante diez años.

A principios de 1952, Ordás, entonces presidente del consejo de ministros de la Republica Española, le propuso ser el  cargo de consejero delegado de la República en Nueva York. Agradeció el honor, pero rehusó. En 1956, fue nombrado profesor y director del Departamento de Historia de la Medicina, de la Facultad de Medicina de Nueva York, puesto que dejó en 1958, alegando falta de tiempo.

Y lo que es la vida. Laín Entralgo y Martí, antiguos enemigos políticos, se vieron las caras en el Congreso Internacional de Historia de la Medicina, en 1959 en Ámsterdam. Ningún reproche. Absoluto respeto en su encuentro.

En 1960, publicaría su ensayo Surco, un trabajo interdisciplinar, marca de la casa.

surco portadaComo recuerdan dos de sus mejores biógrafos -José Vicente Martí Boscà y Antonio Rey González-, en 1970 recibió la medalla de oro “José Vasconcelos”, concedida por la asociación cultural mejicana Frente de Afirmación Hispanista. Fernando Varela, presidente de la Republica Española en el exilio, le propuso la representación de la misma como Ministro con misión para los EEUU. Martí alegó su ciudadanía norteamericana y ser director de una empresa editorial para rechazar tal honor.

Murió el 24 de mayo de 1972, a los sesenta años, tras haber regresado a España en varias ocasiones.

Terminaré este recorrido diciendo que sus amigos neoyorkinos no lo olvidan. Cada año en la catedral de san Patricio en Nueva York le dedican un homenaje. El último de ellos fue promovido por su colaboradora Verna Sabelle.

Y lo que podría tomarse como un síntoma de gratísima recuperación, en los meses de marzo y junio de 2003, el CSIC, en Barcelona, la Universidad Autónoma de Barcelona y Grup de Recerca Consolidat Francesc Salvà impulsaron el Memorial Félix Martí Ibáñez. El Ayuntamiento colocó una placa conmemorativa frente a su vivienda familiar en la calle Benet i Mercadé.

En este contexto, cabe recordar, también, la conferencia en noviembre de 2017, impartida, en su ciudad natal, Cartagena, por Martí Boscà y Rey González sobre la figura de Félix Martí, organizada por la Asociación Memoria Histórica de Cartagena.

La figura de Félix Martí sigue sin conocerse en España. La causa ya sabemos dónde está: en el olvido al que lo postergó el franquismo, como ya hiciera con otros intelectuales y médicos españoles, anarquistas o no, ilustres o no, y que tan certera y amargamente describiera Francisco Guerra en su libro La medicina en el exilio republicano (2003).

¡Queda tanto por recordar!

placa marti
 

Félix Martí Ibáñez, médico e intelectual