viernes. 03.05.2024
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Atentado contra Alfonso XIII.

@Montagut5

La Masonería española fue siempre contraria al empleo de la violencia de signo político y social. Especial importancia tuvo, en este sentido, su condena del terrorismo, pero también de la represión indiscriminada del mismo.

Con motivo del atentado que sufrieron los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia el día de su boda, el 31 de mayo de 1906 en Madrid, El Gran Oriente Español manifestó en la sección del “parte oficial” de su Boletín una protesta por el mismo. En el mismo se decía que la francmasonería era una asociación filantrópica y progresiva, donde cabían todos los hombres “libres y honrados”, y que exigía a sus miembros la más absoluta moralidad. La francmasonería abominaba de todo procedimiento de fuerza, y solamente respetaba la propaganda legal y pacífica, acataba las instituciones existentes y las que pudieran darse, pero no podía guardar silencio ante el atentado. Por eso se protestaba enérgicamente contra el mismo. Además, se proclamaba que era hora ya de que la masonería exteriorizara sus “sentimientos de honradez” y no sólo en su seno, sino también” fuera, a través de la “prensa profana” para que todo el mundo supiera cómo era la moral masónica, para desterrar “cuantas patrañas” se habrían podido escuchar contra la misma, es decir, que, al menos desde el Gran Oriente, se quería dejar claro que la Orden nada tenía que ver con el empleo de la violencia, y que estaba formada por “hombres honrados, amantes de la patria y de la familia, propagadores de las doctrinas de paz y libertad, amigos de la ciencia y de la luz, partidarios de la unidad humana, y, por tanto, de la igualdad…”.

Pero también es cierto, y en el mismo Oriente, que la represión del terrorismo como la planteaba el poder no parecía la adecuada por considerar que vulneraba derechos. Así la Asamblea General del Gran Oriente Español de mayo de 1908 aprobó, por unanimidad, adherirse a la Junta de Defensa contra el proyecto de ley sobre el terrorismo, y acordó felicitar a dicha Junta por su “brillante campaña”. Su gran maestre, Miguel Morayta, uno de los masones más destacados de la historia de la masonería española, expuso que en ocasiones la masonería tenía que hacer una excepción en relación con la neutralidad en materia política, y apoyar las causas en las que todas las fuerzas políticas de “signo progresivo” se ponían de acuerdo, y que tenían que ver con derechos y libertades.

Antonio Maura presentó un proyecto de ley de represión el terrorismo que fue duramente atacado por los republicanos y los socialistas porque consideraban que era una amenaza para las libertades. Pero el clamor aumentó porque los propios liberales se unieron a esta férrea oposición, siendo el origen del conocido como Bloque de Izquierdas, con el apoyo de los tres grandes diarios liberales de la capital, El Liberal, El Imparcial y El Heraldo de Madrid. El 28 de mayo de ese año, es decir, poco después de celebrada la Asamblea del GOE, tuvo lugar un gran mitin en el Teatro de la Princesa. Pues bien, como vemos, la principal Obediencia masónica estaba en esta misma línea.

Hemos trabajado con los Boletines de junio de 1906 y de 1908, del Gran Oriente Español.

Masonería: terrorismo y antiterrorismo a principios del XX