viernes. 29.03.2024
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Fernando García de Cortázar

Y cuando digo España. Todo lo que hay que saber, de Fernando García de Cortázar, es una muesca más en la trayectoria de reivindicación del pasado español que está llevando a cabo el exitoso historiador desde hace décadas. Otro voluminoso texto repleto de españolidad en el sentido historiográfico. España a raudales.

España bien escrita

Publicado en el abominable año 2020 por Arzalia ediciones, Y cuando digo España es, por encima de todo, un libro muy bien escrito, pues su autor es uno de los historiadores que mejor escribe en español sobre la historia (de España o de cualquier otro ámbito o asunto). García de Cortázar ennoblece el arte literario que como creadora de relatos comprensibles que expliquen el pasado acaba por ser la Historia con mayúsculas, este oficio con pretensiones de verdad y amigo de la ciencia.

“Porque la identidad es un proceso y España, como Francia o Gran Bretaña, como cualquier otra nación europea, es lo que ha ido siendo a través del tiempo: una inmensa mezcla, un mosaico de millones de piezas que vienen de todos lados. Somos griegos e iberos, fenicios y romanos, godos y árabes, judíos y cristianos. Somos también americanos, los descendientes de una historia rica y diversa. ¿O acaso no es un ciudadano entre otras muchas cosas un punto de convergencia, un producto, un hijo de su pasado nacional?

 […]

La patria del alma que los poetas, desde Marcial a Jaime Gil de Biedma, pasando por Ibn Hazm de Córdoba; Ibn Gabirol, Gonzalo de Berceo, Ausiàs March, san Juan de la Cruz, Espronceda, Manuel Machado, Blas de Otero…, nos han confiado con su cántico universal de amor a la tierra, a Dios y al hombre, roto el olvido del tiempo y la disparidad de las lenguas”.

y cuando Ibn Hazm

Monumento al filósofo musulmán Andalusí Ibn Hazm (Córdoba)

Los inconvenientes, también… Y la disección de las dificultades que atraviesa la España de hoy es magistral:

“Por supuesto, hay problemas. ¿Cómo no iba a haberlos? España padece los azotes del paro, del desprestigio social de saberes verdaderamente sustantivos (la filosofía, la historia, el arte), la fulminante desaparición de valores esenciales como la cortesía o la amabilidad, el narcisismo regional, la exigua ilustración de la clase política o la extensión entre sus ciudadanos de una simplista concepción democrática donde el pueblo se revela únicamente como sujeto de derechos. A todo ello hay que sumar la excesiva dependencia de la sociedad respecto del Estado que, unida a los viejos hábitos caciquiles y clientelares, favorece la corrupción y el abuso de poder y por tanto la degeneración de la vida pública.

La España de hoy tampoco escapa al peligro que ha vuelto a recorrer Europa: el auge del populismo, el desafío del nacionalismo excluyente, un virus que ya había suscitado grandes problemas mucho antes de la última crisis económica pero que a hombros de ésta ha dejado en paréntesis la solución constitucional de 1978”.

España no es diferente, no es tan diferente

Una de las vicisitudes que mina las bases de nuestra sociedad es para García de Cortázar (y es difícil no verlo así) “el rechazo vergonzante de la historia de España”, asociada casi exclusivamente a los episodios más tenebrosos o deprimentes de nuestro pasado. Según él, los españoles tenemos una democracia tan digna, desarrollada e imperfecta como la de nuestros vecinos europeos: sin embargo, hay muchos que piensan que el franquismo no ha terminado todavía, que ser español es algo exótico y que nuestra democracia es débil e insuficiente, también pobre; y no son pocos los que creen vivir en “una nación enferma cuya historia es la crónica de un interminable fracaso”. El historiador bilbaíno considera que “somos el único país europeo que parece avergonzarse de sí mismo”, también que ésta no es una manía nueva, sino que más bien es “algo que alcanza su máxima expresión en la primera mitad del siglo XX, agravado por el derrumbe de la Segunda República, la Guerra Civil y la dictadura”. Conviene recordar que “el fracaso de la democratización comprendida entre 1900 y 1936 no fue exclusivamente español, muchas otras naciones de Europa tampoco consiguieron hacer esa transición pacíficamente: Francia, Alemania e Italia entre ellas”.

y cuando MAB

Es evidente que la historia de España está repleta de violencias, “de destinos aplastados, de espinazos rotos”, pero ni más ni menos que lo está la del resto de las naciones europeas.

La historia de la infamia es universal y la historia de España, al igual que todas las historias de la historia está hecha de luz y de sombra: si ha engendrado inquisidores también ha dado personajes que no han sucumbido a las tinieblas y han sido leales a los fértiles valores del humanismo y a los avances de la razón”.

Porque España también es “los seis millones de manifestantes que, con ocasión del asesinato de Miguel Ángel Blanco, reprobaron en las calles y plazas del país la brutalidad de ETA, confirmando su compromiso con la defensa de las libertades a través de una explosión de civismo como no se había visto desde las manifestaciones contra la intentona golpista del 23-F”.

Y cuando digo España pretende además demostrar la utilidad de conocer la historia de un país, del país al que uno pertenece, o al menos del país en el que uno vive:

“Conocer la historia de nuestro país no es cosa menor, al contrario, desconocer el pasado de la nación en que uno vive es como estar privado de derechos civiles y culturales. Además, el conocimiento débil de la historia permite la manipulación política de la misma”.

Mitos, titanes, iconos… Y la Historia

Los planteamientos de historiador que leemos en este libro, como en todos los de García de Cortázar, son meridianamente claros:

“Cuando digo España no digo España tuya o mía, digo España nuestra, esa nación, esa tierra, esa cultura que Leonard Cohen celebró con hondísima gratitud al recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2011: ‘Toda mi obra —dijo, intentando transmitir la magnitud de la deuda que tenía con España— está inspirada por esta tierra. Así que gracias por celebrarla porque es suya, sólo me han permitido poner mi firma al final de la última página”.

y-cuando-digo-espanaEn poco menos de 50 páginas, García de Cortázar escribe un excelente resumen de la historia de España para el capítulo titulado ‘Historia portátil de España’. Otro de los capítulos es el titulado ‘Titanes de la historia’, en el que aparecen 31 protagonistas de la historia española (“31 titanes sin los que nuestro país sería peor de lo que hoy es”). Más capítulos de Y cuando digo España: ‘Nuestros mitos’ (“a diferencia de la historia, el mito distorsiona el pasado y dificulta su conocimiento; su esencia no es sólo la manipulación de la pasión, sino también el olvido, la amnesia selectiva”), ‘La deuda del mundo’ (“¿qué se debe a España, qué ha aportado al mundo desde hace dos, cuatro, diez siglos? El mundo sería peor de lo que es sin el legado español, Europa misma sería muy distintas sin los traductores de Toledo, Cervantes, el pensar recio de la escuela de Salamanca, el empuje explorador de los siglos XV y XVI, Goya…”), ‘Iconos de la patria’ (“España, tierra de aluvión humano y cultural, acumula algunos de los iconos más fotográficos del mundo”) e ‘Hitos de la historia de España’ (“medio centenar de acontecimientos sin los cuales no podríamos entender ni el pasado ni el presente de España”).

En suma, Y cuando digo España es un libro necesario, útil, a menudo discutible, casi siempre imprescindible. Como lo es la breve ‘biblioteca personal para conocer España’ (compuesta de novelas, sobre todo, pero también de poemarios, obras de teatro, ensayos “e incluso algún epistolario”) con la que García de Cortázar redondea un libro enorme.

Ese decir España del historiador Fernando García de Cortázar