viernes. 19.04.2024
José Marzilli | Imagen Andrés Gutiérrez

Al sur de la ciudad autónoma de Buenos Aires, Capital Federal y al otro lado del Riachuelo, está la importante y pujante ciudad de Avellaneda, capital a su vez del distrito del mismo nombre, en la extensa provincia de Buenos Aires, en Argentina. 

Avellaneda es más conocida tal vez por sus dos clubes de fútbol famosos, Rácing Club e Independiente, cuyos grandes estadios están uno frente al otro, tan sólo a unos 300 metros de distancia. Pero, Avellaneda es también una ciudad activa culturalmente, con una gran población de origen inmigrante, especialmente italianos y españoles, que instauraron una costumbre de  asociaciones o clubes sociales y deportivos, en su más de centenar de sedes barriales, que aparte de los deportes fomentaban bailes y actividades artísticas como el teatro, para la comunidad.  

En la ciudad de Avellaneda, además de numerosas fábricas e industrias, de esos clubes sociales y deportivos de gran contribución social, también hay varias salas de espectáculos.En su populosa Avenida Mitre cuenta, por ejemplo, con un hermoso edificio del Teatro  Colonial, de gran interés arquitectónico, fundado nada menos que en 1927, que presenta habitualmente, conciertos, óperas y teatro. En esa ciudad de Avellaneda, pocos años después de fundarse esa sala de estilo colonial, en 1935,nacía José Marzilli,que nunca se sintió atraído particularmente por el fútbol, si no por el teatro de esa ciudad. Así es que en el seno de una familia de origen italiano, como tantos argentinos, Marzilli se crió desarrollando su inclinación artística y comenzó a trabajar de joven como actor, llegando a hacer sus pinitos también en producción de cine en Buenos Aires. Hasta que decidió venir a España a mediados de la década de los sesenta, donde llegó a realizar una extraordinaria carrera como representante de actores, en Madrid, hasta su muerte el pasado 22 de abril. Una pérdida que sin eco en medios de comunicación, ha afectado a gran parte de la comunidad del espectáculo en España. Por todo lo que José Marzilli llegó a hacer durante estos últimos 50 años, como él mismo dijo,  trabajando en la sombra para los actores.

José Marzilli llegó en barco a Barcelona en 1963 y después de un breve período con conocidos en Asturias, comenzó su aventura en Madrid buscándose la vida en el mundo del cine, ”trabajando como el último mono”, según también le escuché decir alguna vez. Pero, su capacidad, sus ganas de agradar, su seriedad y sobretodo su bonhomía, le hicieron ir  ganando experiencia y especialmente contactos en el ambiente del espectáculo. En Madrid, después de unos años,trabajó como ayudante de una representante de artistas que con los años se ha convertido en una de las más conocidas del mundo, Katrina Bayonas.  Katrina, a su vez, de origen británico llevaba varios años ya abriéndose camino en España como representante artística, y en los años 70 acogió como representados a grandes nombres de la escena argentina que estuvieron en su cartera junto con otros españoles, también de gran calibre. Quizás por eso Katrina Bayonas incorporara por un tiempo como ayudante a un promisorio profesional, José Marzilli.

Cuento esto porque así fue como, fortuitamente, conocí a José. Yo ya había conocido a Katrina años antes, cuando aún viviendo y trabajando en Londres,había recibido un consejo personal del padre de Katrina, un famoso director de casting británico, llamado James Liggat, para quien trabajé como actor.  Liggat me dijo que, si alguna vez me venía a vivir a Madrid, no dejara de contactar con su hija.  Y efectivamente, cuando a fines de los 70 me vine a Madrid, no sólo conocí a Katrina sino que llegamos a ser tan amigos, con su familia y la mía, que compré mi casa a menos de 30 metros de la casa oficina de Katrina Bayonas, a finales de los años 70. Si  bien yo nunca fui representado por la Bayonas ocurrió, que un buen día, entre los actores argentinos amigos míos que Katrina representaba, me encontré con su ayudante, también argentino, José Marzilli.

Era, por entonces, una época en que mi madre argentina se quedaba largas temporadas en mi casa con mi familia anglo norteamericana,ayudando con nuestros dos hijos niños pequeños nacidos en Londres, que también jugaron con los hijos algo mayores de Katrina. Por esos tiempos, José con su encantadora personalidad tardó muy poco en congeniar con mi madre, que tengo que reconocer tenía su propia especial simpatía,lo que hizo que algunas ocasiones, después de comer, José Marzilli, cruzara los 30 metros de jardín entre la oficina donde trabajaba y mi casa, para pasar un rato tomando el tradicional mate argentino con mi madre. Yo no necesariamente estaba siempre presente entonces, es decir que José Marzilli se convirtió en un verdadero amigo de la familia.

Poco tiempo después y persuadido principalmente por muchos amigos actores españoles que había conocido, José Marzilli se convirtió él mismo en representante, teniendo en cartera nada menos que a Pilar Bardem, y a su gran amigo, Jack Taylor, norteamericano de origen, pero que había ya labrado una brillante carrera como actor en el cine mexicano y luego en el español, asentándose en Madrid.  Pues, con el correr del tiempo, yo que había ido entrando, paulatinamente,bastante bien en el teatro, el cine, la radio y la televisión en España, como ya me había pasado en mis 15 años anteriores en Inglaterra, por vía de la amistad y la confianza pasé a tener también a José Marzilli como representante.  Desde entonces, que recuerde, José Marzilli comenzó a incorporar junto a veteranos intérpretes, como la gran actriz catalana desaparecida, Alicia Agut, o el brillante actor argentino, Pepe Soriano, a jóvenes figuras españolas, como Javier Bardem, de quien Marzilli  se preciaba con razón  haberle conducido  en el momento en que hizo su irrupción impactante en el cine español, con apenas 20 años. Así también como  lo hizo con Ernesto Alterio,  Carlos Bardem, y Ayanta Barilli, que ha desarrollado una multifacética carrera  llegando a ser también directora y productora. Lo mismo que con  Mabel Rivera, la actriz gallega que, no tan joven, pasó a ser conocida por su gran trabajo en Mar Adentro, y otros tantos intérpretes profesionales conocidos o no, como mi propio hijo, Giovanni Bosso.

José era un representante pulcro, delicado y dedicado, de gran humanidad  como lo demuestra el empeño que puso en los más jóvenes y el cuidado exquisitamente servicial con los más mayores y reconocidos. Es decir que, además de un muy buen profesional, era una persona de gran calidez humana que le hizo granjear la amistad y el respeto de gente enfrente y detrás de la cámara en el cine y la televisión, y de tanto dentro del escenario como detrás de bambalinas, por su calidad como persona. En un mundo pasional de creatividad, pero también de lobos en competencia por conducir la manada, José Marzilli dejó su propio sello personal de firmeza pero también de gran amabilidad.

Profesionalmente, además, siempre estuvo atento a las conquistas sindicales y laborales de los actores y actrices que representaba. Estuvo muy cerca del sindicato de la Unión de Actores, durante los 25 años en los que yo estuve vinculado en la directiva, y especialmente en los últimos 13 años en que ejercí, como secretario general, de esa organización de actores, la más grande en España, cuando todavía era parte de la entonces Federación de Artistas del Estado Español, que también conduje. Esto, en el campo laboral de los actores, pero, asimismo, con la creación de Aisge, la Sociedad de gestión de derechos de propiedad intelectual de los actores y bailarines, en 1990, José Marzilli siempre estuvo pendiente de la defensa de los derechos de sus representados. A menudo, poniéndose a disposición de los directivos de Aisge para organizar campañas, así como siendo atento receptor de la asesoría legal, como siempre lo ha sido en el sindicato. Creo que fue, tal vez, el representante de actores que más veces haya asistido a asambleas tanto de la Unión de Actores como de Aisge, a través de los años.

José Marzilli, junto con algunos de sus colegas, fue también fundador de la Asociación de Representantes de Actores de España, ARAE, que llegó a reunir a los profesionales más destacados de este país en esta difícil responsabilidad. En ARAE, al principio, se desempeñó como Tesorero. Es decir que también trabajó en la reivindicación y dignificación de la propia profesión que se había labrado en este país, en un delicado momento en que aparecía una nueva figura dentro del panorama de las actividades del sector, los directores de casting. En principio, se trataba de trabajadores contratados por el lado de la producción, pero que intentaban ser también representantes de los trabajadores artísticos a la vez. Es decir, trabajando para ambos lados de la mesa de negociación, algo que estaba muy restringido según la legislación laboral en otros países, pero no en España.

Es decir que José Marzilli hizo mucho por ganarse el respeto y el prestigio que logró calladamente, en el medio del espectáculo en España, y también en otros países, cuando alguno de sus representados cruzaba la frontera. Es tiempo, pues, que se dé a conocer la labor de José Marzilli  que falleció en Madrid el día jueves 22 de abril pasado, tras una larga dolencia bronco pulmonar, en su casa de Madrid, que, como siempre era también su oficina.

Un representante de actores, que en mi caso y sé también de otros colegas era un querido amigo, y especialmente una gran persona.

José Marzilli, fallece en Madrid a los 86 años