viernes. 29.03.2024
israel fernandez
Fotos: Jesús Huerta

Era el día del aniversario de la muerte de Camarón, una fecha marcada en el santoral, por mucho que en El Vaticano no se hayan pronunciado todavía sobre la divinidad de Monge. Israel Fernández, el último cantaor señalado como El Elegido, aceptó en Cuenca la responsabilidad de rendir tributo a la leyenda y estuvo a la altura. El de Corral de Almaguer se elevó desde su humildad para inundar con un canto profundo los cañones que flanquean la capital conquense.

El toledano colgó el cartel de 'No hay billetes' y conectó desde el primer momento con un público generoso y ávido de arte. El tsunami coronavírico ha arrasado muchos escenarios flamencos de este país y artistas como Fernández son fundamentales para reconstruir lo que se ha perdido. En Cuenca desgranó un repertorio de corte romántico, un cante amoroso en el que asomaban coplillas de Bécquer y se colaba, intrusa, alguna ranchera. Engarzaba unas canciones con otras, casi como en un concierto de Los Ramones, pero con la diferencia de que se trataba de temas largos y con gran exigencia vocal. Al amor que te ha abandonado y a la madre que se ha marchado hay que cantarle así. "Cuando las cosas llegan a los centros no hay quién las arranque", dice la novia de Bodas de Sangre. El canto de Israel Fernández nace del doloroso triunfo de haber logrado arrancarlas.

israel fernandez 2

La bailaora Virginia García Vicente

El artista toledano, de apariencia tímida hasta que el cantar le hace flotar sobre las tablas, rozó la excelencia en algunos momentos de este concierto en Cuenca que dedicó a Camarón, el espejo en el que se mira. El público disfrutó como nunca y revolotearon los olés y los aplausos por el escenario del Parador de Turismo de Cuenca sin que se resintiera la solemnidad del recital. Se hizo corto un concierto que terminó con todo el público en pie y con el artista, generoso, repartiendo autógrafos y fotos a discreción.

Antes del cante hubo baile en Estival Cuenca. La conquense Virginia García Vicente, fija en el cartel de esta muestra musical, ofreció una actuación con pinceladas de reivindicación del arte español y de ansia de resurrección de la cultura tras los sufrimientos de la pandemia. Mucho color en este espectáculo que la artista, que se esfuerza cada año para mostrar cosas diferentes, ofrece sobre el incomparable lienzo de la hoz de Cuenca.

Israel Fernández, flamenco profundo y amoroso para el aniversario de la muerte de Camarón