viernes. 29.03.2024
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“¡Indignaos!”. El libro publicado en Francia en 2010 por Stéphane Hessel (un exdiplomático nonagenario que, en su juventud, había sido combatiente de la Resistencia francesa), fue un llamamiento público contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica. El autor recordaba, en aquel panfleto, que sólo a partir de 1945, después de la tragedia de la II Guerra Mundial, fue cuando se creó en Europa la Seguridad Social y se instauró el derecho a la jubilación. También entonces nacionalizaron las fuentes de energía, la electricidad, el gas, las minas de carbón y los grandes bancos. Los derechos laborales y sociales -que los más jóvenes pueden pensar que existen desde siempre-, fueron instaurados a mediados del siglo pasado. En ese momento los gobernantes europeos tenían claro que “el interés general debía primar sobre el interés particular, y la repartición justa de las riquezas creadas por el mundo del trabajo sobre el poder del dinero”.

Ese magnífico libelo se convirtió en un texto inspirador para el Movimiento 15M que, en primavera de 2011 llenó las plazas y las calles de jóvenes indignados que acusaban a los poderes económicos y políticos de su situación precaria y reclamaban un cambio de rumbo: “nosotros, los despedidos, los mal remunerados, los subcontratados, los precarios, queremos un cambio y un futuro digno”. En el manifiesto de “Democracia real ya” recordaban que las prioridades de una sociedad avanzada deben ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.

Xosé Manuel Beiras, veterano intelectual y político gallego -que se considera miembro de una generación derrotada-, publicó un magnífico libro (“Exhortación a la desobediencia”, Laiovento 2013, que pronto será editado en castellano) en el que también recuerda que “estamos viviendo el final del ciclo abierto después de la II Guerra Mundial”. Este hombre, que está cerca de cumplir los ochenta años, es un ejemplo de conducta ética y de compromiso cívico. Cuando ya estaba jubilado y retirado de la actividad pública volvió a la primera línea para propiciar una regeneración de la vida política, tan necesaria en este país. En este libro afirma, con su excelente prosa, que “el cuento de que no hay dinero es un embuste descomunal, porque hoy en día hay más dinero que nunca en la historia de la Humanidad, solo que está en manos de los potentados delincuentes que no aportan ni un céntimo a las arcas públicas”. También señala que el poder está localizado, de forma obscena, fuera de las instituciones políticas y sin ningún tipo de control democrático, y describe el expolio que padece Galicia (expolio financiero y energético, exterminio del campesinado, expatriación forzosa de la juventud, ecocidio, exterminio de la lengua y de la cultura ). Hace una elocuente exhortación a la desobediencia: “es la hora de la ciudadanía ejerciente como tal, es la hora de la reconquista de los derechos y las libertades cívicas y políticas efectivas”.

En este país la crisis fue usada como excusa por los poderes económicos y políticos para realizar una auténtica contrarreforma social. Con extraordinaria celeridad suspendieron los derechos laborales, están desmontando el Estado de bienestar y realizan un continuado saqueo de las arcas públicas. La corrupción estructural persiste en la sociedad y cientos de imputados continúan ejerciendo el poder político. Pero aquel movimiento de indignación colectiva del 15M, heterogéneo y plural, fue cristalizando, con el paso del tiempo, en movimiento ciudadanos más organizados (Stop deshaucios, las “mareas” en favor de la sanidad y la educación públicas etc) y, más recientemente, surgió una organización política, Podemos, que obtuvo un gran apoyo electoral y provocó una enorme inquietud en la derecha gobernante y en la caverna mediática.

En Galicia la irrupción de AGE (Alternativa Galega de Esquerda) en las últimas elecciones autonómicas -liderada por Beiras-, representó un impulso de aire nuevo en el Parlamento gallego. Ahora, ante la proximidad de las elección municipales, surgen movimientos que despiertan ilusión y que pretenden sumar fuerzas para desalojar del poder a los actuales ocupantes. El manifiesto Somos Mayoría sumó numerosas adhesiones en pocos días. Los promotores afirman que “no estamos dispuestos a tolerar la desigualdad, el retroceso de las condiciones de vida de los más para que unos pocos se enriquezcan”. En A Coruña crece con fuerza, en los últimos días de julio, una Marea Atlántica que aspira a una ciudad sin corrupción y libre de especuladores; este movimiento pretende crear un espacio para sumar fuerzas alrededor de un objetivo común: “acabar con las políticas ditadas por las elites y el poder económico y rescatar la democracia” hoy en día secuestrada. No debemos olvidar que, si no nos movemos, mandarán los mismos de siempre, en su propio beneficio.

Indignación y desobediencia