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@Montagut5
Sin lugar a dudas, el affaire Dreyfus movilizó a la sociedad francesa en el cambio de siglo de una forma intensa. El país se dividió claramente ante un hecho que terminó siendo un escándalo mayúsculo en el mismo corazón de la Tercera República sobre la acusación falsa, pero, sobre todo, por la condena injusta a un militar que no había traicionado al país, pero que se convirtió en una víctima propiciatoria en la tensión con Alemania, y que, por lo demás desató una oleada de antisemitismo y de acusaciones cruzadas entre izquierdas y derechas. La Masonería francesa también intervino. En esta pieza nos hacemos eco del manifiesto o acuerdo del Gran Oriente de Francia en el otoño de 1898, y que se tomó en una asamblea general con representantes de más de trescientas logias.
El Gran Oriente de Francia tomó una decisión en función de su fidelidad a los principios de la Revolución, basados en la igualdad de los hombres ante la ley, cualquier que fuera su condición o creencia, pero, además, por el honor del ejército francés.
Así pues, los masones franceses proclamaban que toda violación del derecho iba en detrimento de la patria, que intentar excusar las ilegalidades atribuidas a determinados jefes militares, cualquiera que fueran los pretextos que se presentasen era traicionar a la Revolución y renegar del papel histórico de Francia, además de ultrajar al ejército.
Pero, además, la Masonería francesa consideraba que todo lo que estaba ocurriendo era fruto de un complot de los “clericales y cesaristas”, unidos en su odio contra la República y la democracia, contrarios al espíritu de 1789, con el fin de deshonrar al ejército y entregarlo a la reacción.
La Masonería francesa animaba, por fin, a quienes desde la República defendían el progreso democrático.
Este acuerdo fue comentado en el periódico español Las Dominicales del Libre Pensamiento en su número del 17 de noviembre de 1898. El hecho fue aprovechado para elogiar de la publicación que la Masonería estaba en su puesto, especialmente en los países amenazados por el tradicionalismo y la ambición del clero y los “cesaristas”. La publicación pedía a los masones españoles que estuvieran atentos ante dicho ejemplo, y, por tanto, reconstruyeran con fuerza la institución masónica para poder “salvar a la patria y para salvar la libertad”.
