jueves. 28.03.2024
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El nazismo estableció para la mujer el modelo de las tres K: Kinder, Küche, Kircher, o lo que es lo mismo, niños, cocina, iglesia

@montagut5 | Gertrud Scholtz-Klink fue la dirigente del SLRJF, es decir del Servicio Laboral del Reich para la Juventud Femenina. Este organismo tenía como misión adoctrinar y educar para el servicio a las mujeres alemanas. Las tareas de la mujer eran las de madre y ama de casa. Así pues, debían aprender las tareas del hogar y las teorías raciales y genéticas nazis. El nazismo estableció para la mujer el modelo de las tres K: Kinder, Küche, Kircher, o lo que es lo mismo, niños, cocina, iglesia. El Servicio Laboral Femenino debía, según nuestra protagonista, fomentar el tránsito del trabajo profesional de las mujeres en Alemania a las tareas de la familia y la patria, así como a su repoblación. Como no se tuvo mucho éxito, ya que solamente el 5% de las jóvenes alemanas se apuntaron al SLRJF, se dictaminó la obligatoriedad de prestar dicho servicio durante un semestre.

La organización femenina nazi influyó en parte del ideario de otras organizaciones semejantes como la Sección Femenina española, aunque en ésta el elemento religioso siempre fue fundamental.

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Al finalizar la guerra, Gertrud Scholtz-Klink fue apresada por los soviéticos y enviada a un campo de concentración, pero consiguió escapar y vivir con su marido con papeles falsos en Tubinga

En 1934, Gertrud Scholtz-Klink consiguió su anhelado objetivo: asumir la dirección de todas las organizaciones femeninas nazis. Pero esta posición no se correspondía con un verdadero poder en la jerarquía nazi. No tuvo una posición destacada y dependía, directamente, de la beneficencia nazi que era dirigida por un político. Tuvo muchos conflictos de competencias pero nunca cejó en sus empeños y siempre tuvo una fe ciega en Hitler, demostrada tanto en el texto que incluimos al final del artículo, como muchos años después de la derrota, Pero Scholtz-Klink no pudo acceder directamente al máximo dirigente de la Alemania nazi, a pesar de que éste la incluyó en un elogio a las pocas mujeres que, según él, tuvieron fuste en Alemania. Tampoco tuvo relaciones fluidas con el resto de dirigentes. En este sentido, no debemos olvidar el papel subordinado que los nazis asignaron a la mujer.

Al finalizar la guerra, Gertrud Scholtz-Klink fue apresada por los soviéticos y enviada a un campo de concentración, pero consiguió escapar y vivir con su marido con papeles falsos en Tubinga. Hasta el año 1948 se les presumía como fallecidos pero en ese año fueron desenmascarados y detenidos. Pasaron a disposición judicial ante un tribunal francés, que les condenó a un año y medio de prisión y a pasar por un programa de desnazificación. En 1950 su proceso fue revisado y se les añadió a la condena otros dos años y medio de trabajos forzados. En 1953 salió de prisión. Nunca renegó del nazismo. En los años setenta publicó un libro sobre la mujer en el Tercer Reich. Falleció en 1999.

Para terminar incluimos un fragmento de un texto de Scholtz-Klink, consultado en la obra de Anna María Sigmund, Las mujeres de los nazis, Barcelona, Debolsillo, 2001, pág. 135:

"Y entonces, como personas y camaradas, vamos a ser cada vez mejores alemanes, que ponen su vida perecedera al servicio de una gran época para que el Führer pueda crear una Alemania eterna a partir de su oratoria, hinchada y fanática"

Gertrud Scholtz-Klink al servicio del nazismo