sábado. 18.05.2024

Virginia de Miguel Perdomo

Las historias que me llevan cien años atrás son una fuerte debilidad personal. Parten de un contexto lleno de acontecimientos históricos tan significativos que me atrapan e intrigan, con protagonistas relativamente cercanos a nosotros. Tienen una estética maravillosa y un toque de familiaridad que me cautiva. La animación puede ser muy efectiva para capturar esta naturaleza.

La película combina de manera muy bonita un dibujo clásico y artesanal a mano en 2D, con líneas finas y evitando demasiadas texturas, con material de archivo del primer reconocido y documentado viaje con éxito al Polo Norte en los años veinte. El hecho de que contemos con multitud de fotografías y vídeos que nos permiten ver a personas de esos años es increíble. En este caso, podemos observar cómo descubren, trabajan, se divierten o cómo se visten.

Titina se inspira en la reconocida historia sobre el descubrimiento en dirigible del Polo Norte

Titina es construida por un equipo internacional lleno de mujeres al mando de los departamentos. Kajsa Næss al frente en la dirección. De sus cortos como It was mine de 2015, también de animación, la directora noruega da el salto al largometraje con esta película. En el diseño de producción y arte, tenemos a la escocesa Emma McCann (La tortuga roja, 2016). En la dirección de la animación, a la belga Marie-Laure Guisset (Zombillénium, 2017).

Titina se inspira en la reconocida historia sobre el descubrimiento en dirigible del Polo Norte, llevado a cabo por el legendario noruego Roald Amundsen, el mismo explorador que llegó al Polo Sur por primera vez con anterioridad. Junto a él, se encontraba el italiano encargado de construir la aeronave, Umberto Nobile, y otros miembros de la tripulación. Entre los tripulantes, Umberto lleva consigo a Titina, una perrita encantadora que adopta en las calles de Roma.

La mirada de la perrita ofrece una perspectiva cargada de magia que se centra en las emociones. El ritmo nos permite sentir con ella, ya que se toma el tiempo de observar el viaje con toda su esencia, desde la vida italiana hasta el maravilloso paisaje del salvaje Ártico.

La mirada de la perrita ofrece una perspectiva cargada de magia que se centra en las emociones

La variedad cromática es hermosa, de colores cálidos a fríos. Es un disfrute cuando resulta que también hay espacio para el realismo mágico, que se ajusta tan bien a la animación y a sus colores. A su vez, la música propia de la Era del jazz en la banda sonora, vibra con canciones como The Jazzclub Flashback del compositor del filme, Kåre Vestrheim.

Aparece Mussolini con su fascismo y su ego, quien se convierte en caricatura, al igual que las disputas entre el noruego y el italiano sobre quién lidera la expedición o quién merece el honor, las cuales se vuelven casi absurdas. Las proporciones importan; hay bastantes escenas a la altura de Titina, quien no entiende de banderas.

Descubrimos la fascinante historia de la perrita a través de los recuerdos de un anciano Umberto Nobile. Con todo lo que recuerda y el material de archivo, además de la magia y diversión que ofrece la película, no importa qué edad tenga uno; Titina se siente como una brisa refrescante en pleno verano.

Titina: la primera perrita en viajar al Polo Norte